Que Triumph haya vendido más de 50.000 unidades de la Street Triple desde su lanzamiento en junio de 2007 no es moco de pavo. Es uno de sus modelos más competitivos y, sinceramente, me parece el mejor del catálogo actual del fabricante inglés.
Para 2013, han querido dar una vuelta de tuerca que va más allá del restyling de hace dos años. Seguirán sirviendo la versión básica y la R, con modificaciones comunes que pasan por la adopción de un nuevo chasis con geometrías diferentes, subchasis fundido a alta presión, basculante de aluminio con anclaje regulable, silencioso por debajo del motor y llantas. El colín ha sido rediseñado, se ha rebajado 6 kg el peso total de la moto y la instrumentación cuenta con más información que antes. ¿Te parece poco? Aunque parecía difícil, la Street Triple R 2013 ha superado a su predecesora. Por supuesto, habrá opción de equiparlas con ABS (desconectable y con un regulador más compacto de sólo 1.5 kg).
Por lo demás, la Street Triple R sigue disponiendo de unas excelentes suspensiones multirregulables Kayaba y pinzas delanteras Nissin radiales de 4 pistones, además de guardabarros trasero de serie, maneta de embrague regulable y decoración más deportiva (subchasis y laterales rojos, horquilla negra, etc).
Cuestión de chasis
A veces, lo que no se ve es lo que más se nota. La Street Triple R es un claro ejemplo de ello. Disfrutando con ella por las reviradas carreteras de Almería, te das cuenta de la concienzuda puesta a punto de la que hace gala, convirtiéndose en una de las motos más ágiles del mercado.
No sólo es importante la rebaja de 6 kg respecto al modelo 2012, sino también, dónde se han rebajado. En este sentido , el colín recibe el grueso de los cambios. Sólo el sistema de escape (antes 3 en 2 con salida bajo el colín) pesa 3.6 kg menos y ha pasado a ubicarse bajo el motor, un lugar idóneo para centrar las masas y conseguir un reparto de pesos que carga más el tren delantero (52%-48%, antes 49%-51%). El avance y las geometrías también son diferentes, otorgando una estabilidad nunca vista. Además, el radio de giro ha aumentado 3º (de 28º a 31º), una de las pocas cosas que no gustaba en la versión precedente, facilitando las maniobras y los giros cerrados en ciudad.
La llanta trasera (1 kg menos) también se encarga de aportar su dosis de precisión en la conducción, ya que reduce la masa no suspendida, ayudando a que abordar una curva sea tan intuitivo que casi no te lo crees.
Definitivamente, la Street Triple R es un “juguete” para alucinar. Por comportamiento y efectividad, no hay otra igual. Es más ágil que antes, se siente más ligera y gira mejor. Nunca deja de sorprenderte y su parte ciclo está a un gran nivel. Cuanto más revirada sea la carretera, mayor será tu sonrisa.
Mecánica “triumphal”
A menudo, cuando nos enfrentamos a una nueva moto, sólo nos preocupamos del motor. En este caso, la Street Triple apenas ha tocado este apartado, disponiendo de las mismas versiones standard (95 CV) y R (106 CV) que tenían hasta ahora: rapidez para subir de vueltas, recuperaciones enérgicas, velocidad y mucho par. Sus 68 Nm están disponibles en todo el rango de revoluciones, uno de sus puntos fuertes: en cualquier momento “hay chicha”.
El motor tricilíndrico de 675 cc apenas ha necesitado evolucionar pues su alto rendimiento es de sobra conocido. Los retoques vienen dados por un nuevo sistema de admisión (que produce una aspiración aún más ronca), inyectores, reprogramación de la centralita y primera marcha más larga. Con todo, el consumo en conducción urbana se ha reducido un 30%, algo muy interesante en los tiempos que corren.
Toque personal
En una “streetfighter” así, tampoco podía faltar un completo catálogo de accesorios. Nuestra unidad disponía de todos ellos, siendo una de las pocas “full equip” de la presentación: silencioso Arrow de titanio (si quitas el dB killer ganas 2 CV), cúpula, quilla, tapa de colín, intermitentes de leds, manetas CNC Titax, depósitos de líquidos STM en aluminio, topes anti-caída, tapas protectoras de motor, cambio semi-automático (mejorado para funcionar a baja velocidad), sistema de monitorización de presión de los neumáticos, etc.
Respecto a los precios de las motos, la Triumph Street Triple básica arranca en 7.595 € (7.995 € con ABS) en blanco, negro o azul, mientras que la R asciende a 8.695 € (9.095 € con ABS) en blanco, negro o gris.
Valoración final
Lo mejor:
- Respuesta del motor
- Agilidad
- Peso
Mejoraríamos:
- Visibilidad por los retrovisores