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No debería haber pasado

Fotos: Motogp.com
El pasado domingo en Sepang “The Doctor” acabó enloqueciendo con la medicina prescrita por él mismo. Se empezó a administrar dosis cuando acabó la carrera de Australia, y sobre todo se administró unas altísimas dosis a partir del jueves en Sepang…

Al final acabamos asistiendo a unos tristes efectos secundarios que nunca deberíamos haber vivido. Espero que sepamos recuperarnos de ellos, porque todavía no se han superado y la resaca está garantizada.

Vamos a leer y a escuchar muchísimas versiones de lo sucedido con la intención de justificar a uno u a otro, siendo más o menos profundos en el análisis y sobre todo justificando una u otra posición en función de lo que nos dicta el corazón. Creo que nos toca ser un poco más exigentes, dejar de lado lo que nos dice nuestro corazón y defender el espíritu del deporte, la competencia noble en nuestro deporte que lleva implícito riesgo físico, y que de ningún modo hay que convertirlo en un deporte más peligroso.

Creo que personas que son un referente a nivel mundial en cualquier deporte, están obligadas a comportarse en un modo ejemplar sin excusas cuando desempeñan su actividad, y preferiblemente también en el resto de facetas de su vida. Obviamente como humanos que son se pueden equivocar como todos lo hacemos, pero ellos están especialmente obligados a disculparse y a corregir su error. En este caso Valentino Rossi se ha equivocado y debería responder a la altura de su estatus deportivo a nivel mundial, porque personajes como él son auténticos iconos que se utilizan como ejemplo para toda la sociedad y mucha gente quiere imitarles en lo que hacen bien y en lo que hacen mal, y han de tener mucho cuidado porque tienen esa gran responsabilidad en sus manos.

Desafortunadamente los pilotos salen a pista sin saber qué consecuencias puede tener un “lance de carrera”.

Del mismo modo que hemos de exigirles a los deportistas, la gente que formamos parte del deporte deberíamos ser igual de exigentes con nosotros mismos, cuando estamos delante de situaciones reconocidamente antideportivas. Basta de emplear en nuestro amado deporte la justificación “lance de carrera”, porque cuando queremos que una decisión que hemos tomado no tenga ningún tipo de consecuencia recurrimos a esta expresión. Estamos obligados a mejorar, estamos obligados a llenar de significado esta expresión acompañándola con una consecuencia.

En Sepang hemos visto unas vueltas excepcionales, no tan sólo protagonizadas por Valentino Rossi y Marc Márquez, Dani Pedrosa, Jorge Lorenzo y todos los que componen la parrilla, que desafortunadamente no saben qué consecuencias puede tener un “lance de carrera”. Entiendo el error que pueda llegar a cometer un piloto en una acción o una decisión durante una carrera, fatiga, adrenalina, ansia de victoria… muchas emociones a más de 300 km/h. Cuando la acción es acertada tiene como premio la victoria, cuando la acción incide sobre el resultado/seguridad de otro piloto ha de tener una consecuencia disciplinaria proporcional al tamaño de su acción.

La Comisión de Seguridad tiene un trabajo difícil y muy duro, porque tiene que empezar a llenar de significado el reglamento para todo este tipo de acciones. No me gustaría desaprovechar está desagradable situación para que se convierta en un punto de inflexión hacia la concienciación y regularización de estas acciones.

Sería una lástima no ensalzar la actuación de Dani Pedrosa en un final de temporada brillante en el que Jorge Lorenzo sigue empujando hasta el final aunque no tenga nada fácil el título, a pesar de que Valentino Rossi se empeñe en decir que ya lo ha perdido. Héctor Barberá volvió a ser la primera Open, brillante en Sepang. Toni Elías fue la segunda open por delante de su compañero de equipo. Lástima que la actuación de todos ellos haya quedado oculta detrás de una acción que nunca debería haber sucedido.

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