George Brough concibió sus motocicletas en plena Primera Guerra Mundial. Cuenta la historia que allí, en las trincheras, hablaba con su compañero George Patchett de cuál era su visión de una motocicleta. Una vez terminada la Gran Guerra y con el capital inicial que le prestó su padre William Brouth, fundó la mítica Brough Superior.
El ideal de la empresa era sencillo sobre el papel aunque difícil de llevar a cabo: diseñar las mejores motocicletas del mundo usando los mejores componentes, para así conseguir los modelos más rápidos y capaces de todos. Por ello son conocidas como las Rolls Royce de las dos ruedas y sus precios de venta son realmente astronómicos. Y hoy en día siguen siendo espectaculares, como la Brough Superior AMB 001.
Las primeras motos vieron la luz en 1919, demostrando que George Brough no solo era un buen diseñador sino también un gran ingeniero. El ejemplo que podéis ver aquí es una Brough Superior Mark 1 90 Bore de 1922 y, que se sepa hoy en día, es uno de los dos ejemplares que se conservan de este modelo. Su restauración ha sido completa, luciendo tal y como lo hacía cuando salió de fábrica hace casi 100 años.
El corazón es un motor JAP (JA Pre stwich) denominado 90 bore de dos cilindros en V con válvula superior y 1.000 cc. La caja de cambios es una Sturmey- Archer de 3 velocidades. El propulsor era un diseño de carreras, siendo uno de los primeros en colocar las válvulas verticalmente sobre los cilindros construidos en hierro fundido. La lubricación se conseguía mediante un sistema por goteo al cigüeñal combinado con una bomba manual. El resto de elementos se bañaban en aceite con un sistema de lubricación por niebla, lo que la hacía bastante fiable para los estándares de la época.
Mecum tiene a la venta esta unidad, cuyo precio puede ser inimaginable. Hace un par de años una Sand Racer se vendió por 300.000 euros, ¡estando completamente desmontada! Imaginaros el precio que alcanzará con una restauración a este nivel.