Si eres un fan del manga y te gustan las motos seguro que conoces Akira. Escrito y dibujado por Katsuhiro Otomo entre 1982 y 1990, pintaba un futuro distópico en el ya pasado 2019. Ya en aquél entonces se temía una tercera Guerra Mundial y, precisamente, post desastre nuclear que conllevaba a ella se desarrollaba toda la historia en Neo-Tokio. Su protagonista, Kaneda, es el líder de una banda de motoristas delincuentes y, bueno, sus aventuras giran en torno a una sociedad dominada por las élites.
Lejos de analizar el trasfondo de este manga y su adaptación cinematográfica, nos centramos en su moto. Lo hacemos porque hay un aficionado que está construyendo una réplica a escala real y totalmente funcional de la moto de Kaneda y, lo cierto, es que los avances impresionan.
El corte de la moto es meramente futurista incluso para las fechas en las que estamos, ni que decir tiene que en los ‘80 se fueron muy largo con las expectativas de diseño que tenían para las próximas décadas. Es Ayato, un youtuber, el que a partir de una Yamaha Majesty ha ido trabajando y echando más horas que un reloj al proyecto que ya va cogiendo forma aunque, ya te adelantamos, todavía le queda algo de trabajo hasta conseguir acabarlo.
En el vídeo que acompaña el artículo se puede ver parte del proceso que ha ido siguiendo, y la ingeniosa solución que ha desarrollado para conseguir uno de los puntos más icónicos de la moto: las ruedas con luces en los laterales. Para ello ha recurrido a una tecnología que en 1982 no estaba, ni mucho menos, tan avanzada como lo está ahora y es que cuenta con luces LED.
Aunque no está muy claro quién y cómo las inventó, lo cierto es que no se han popularizado hasta hace poco tiempo así que punto para Otomo. Para protegerlas Ayato ha recurrido a tubos de silicona, ya que como se puede ver en el vídeo, las tiras LED son las mismas que cualquiera puede comprar en la tienda.
Para lograr la mayor similitud posible, el trabajo ha sido totalmente artesanal, lo que ha permitido ir dándole forma con una sorpresa final en los últimos minutos del vídeo. Y es que al igual que la moto original, la parte trasera de la moto se baja para rozar prácticamente el suelo. Hay que reconocer que el trabajo llevado a cabo es espectacular y aunque todavía le quedan algunos retoques finales y la pintura la moto, ya es digna de admirar.