Pese a que históricamente Madrid había sido un Ayuntamiento amigo de las motos lo cierto es que el nuevo Gobierno Municipal, que había mostrado reticencias con esa política pasada, confirma su alergia a las dos ruedas (con motor). Se ha confirmado el borrador del Plan de Calidad del aire y a partir de noviembre de 2018 para entrar en la “almendra central” de Madrid hará falta llevar etiqueta medioambiental de la DGT. Es decir, sólo podrán pasar los vehículos menos contaminantes entre los de su especie.
Este último matiz es importante. Una moto anterior a 2003 no tiene etiqueta medioambiental porque contamina más que las motos posteriores a ese año (homologación Euro 2 y posteriores). Pero no significa que contamine como un coche sin etiqueta medioambiental: ¡contamina muchos menos! Sus emisiones son más bajas y por su movilidad (pasa menos tiempo circulando con el motor en marcha) todavía tienen menos impacto en el medioambiente. Esto el público no lo sabe (los políticos sospechamos que tampoco) pero es un éxito (demagógico) prohibir circular ”a los vehículos más contaminantes”.
Un último e importante detalle que escapa a nuestro entendimiento: las motos con etiqueta (B o C) podrán circular por esas zonas, pero sólo en horario de día. Es decir, que desde las 22 horas hasta las 7 de la mañana NO se podrá pasar por esas calles ni siquiera con una moto moderna. Esto nos ha traído recuerdos de antiguas prohibiciones similares en poblaciones costeras, tan antiguas como de la época franquista nada menos…
Las calles prohibidas
La medida pretende reducir en un 20 por ciento el tráfico en estas zonas, con lo que afirman poder disminuir un 40 por ciento las emisiones de dióxido de nitrógeno. Los coches sin etiqueta y motor diésel son los auténticos responsables de esas emisiones, pero hasta que alguien con conocimientos técnicos llegue a los puestos de decisión municipales habrá que tener paciencia (o una moto moderna). Es algo que ya apuntamos en su día.
En cualquier caso las calles que delimitan esa almendra central son: Alberto Aguilera, glorieta de Ruiz Jiménez, Carranza, Sagasta, glorieta de Bilbao, Génova, plaza de Colón, Paseo de Recoletos, plaza de Cibeles, Paseo del Prado, plaza de Cánovas del Castillo, glorieta de Carlos V, Ronda de Atocha, Ronda de Valencia, glorieta de Embajadores, Ronda de Toledo, glorieta de la Puerta de Toledo, Ronda de Segovia, Cuesta de la Vega, Mayor, Bailén, plaza de España, Princesa y Serrano Jover.
El Ayuntamiento colocará a partir de noviembre controles en los puntos de entrada desde esas calles. Sin precisar más, se supone que habrá cámaras como las usadas en las actuales zonas residenciales limitadas, y un sistema que reconozca las matrículas y su etiqueta correspondiente (o directamente las etiquetas, cosa más complicada). Tampoco se ha precisado si llevar la etiqueta será obligatorio o bastará con que la moto tenga derecho a ella. No son gratuitas y hay que solicitarlas (cuestan 5 euros en las oficinas de Correos).
La excepción a esta prohibición serán los residentes empadronados en esas calles, o los vehículos con etiqueta Eco o Cero (las motos eléctricas sí podrán). Los vehículos de autoescuela y otros tendrán un plazo que oscila entre 2020 y 2025 para adaptarse.