Después de toda una vida dedicada en gran parte a prepararse para competir y montar en moto, el momento de dejar las carreras suele ser duro para todos los pilotos. Por norma general, la mayoría de ellos no termina nunca de desvincularse de las carreras y muchos incluso siguen entrenando físicamente y montando en moto cada vez que pueden, lo que les hace estar en forma casi tanto como cuando competían.
También hay un grupo reducido de pilotos a los que la retirada no les termina de convencer y son capaces de aprovechar la más mínima oportunidad que surge para volver a enfundarse el mono, bajarse la visera del casco y salir por el pit-lane dispuestos a demostrar que son capaces de ir tan rápido como antes e intentar vencer a sus rivales. Como bien dicen, nunca se deja de ser piloto…
Mike Hailwood
Cuando se piensa en regresos sonados a la competición, si se tienen unos cuantos años, es difícil que no venga a la cabeza el del mítico y añorado Mike Hailwood. El británico, un auténtico “gentelman”, tuvo la suerte de poder empezar en las motos con el apoyo de su padre, algo que no era habitual en la época y además de que su padre pudiese proveerle de un material de calidad. Esta situación, sumado al incuestionable talento de Mike, le hicieron destacar pronto.
Debutó en el Mundial en 1958 para correr tres carreras, subiendo en las tres al podio. A partir de ese punto y hasta 1967, Hailwood fue amo y señor en el Continental Circus, donde a pesar de su mítico “Por amor al deporte” se comportaba como una auténtica bestia cuando salía a pista dejando las migajas para el resto. En aquellos años se hizo con un total de 9 títulos de Campeón del Mundo, repartidos en las categorías de 250, 350 y 500. Pero en 1968 Honda se fue del campeonato y pagó a Hailwood para que no corriese con otra marca, lo que hizo que “The Bike” pasara a las 4 ruedas, llegando al Mundial de F1 y consiguiendo dos podios.
Ya retirado de las carreras, en 1978 recibió la llamada de Ducati para correr en el TT de la Isla de Man y a pesar de llevar 11 años retirado de las carreras de dos ruedas, se llevó el triunfo en la categoría de F1. Al año siguiente, con 39 años, volvió a correr, aunque con una Suzuki 500, consiguiendo el triunfo en el Senior TT, el 14 de su carrera. Aquel año colgó las botas definitivamente y dos más tarde, un camión que no respetó las señales se lo llevó para siempre.
Freddie Spencer
Ahora se habla de Marc Márquez como ejemplo de joven con talento, pero hace tres décadas ese puesto lo ocupaba otro hombre, el norteamericano Freedie Spencer, un verdadero niño prodigio en la época en la que las carreras de motos no eran lugar para imberbes, si no para hombres curtidos en mil batallas. Aún así, “Fast Freddie”, que debutó en 1980 corriendo una sola carrera de 500, desembarcó definitivamente en el campeonato en 1982, consiguiendo dos victorias y terminando en tercera posición. El de 1983 fue el año de su primer campeonato en 500 y en el 85 una hazaña que quedará para el recuerdo. Fue el último piloto en conseguir ser Campeón del Mundo de 250 y 500 c.c. el mismo año, en una era muy diferente a cuando estos hechos eran habituales. Aquel esfuerzo le propició una lesión que ahora es frecuente y para la que hay cura, el síndrome compartimental, pero en aquel momento aquello costó la carrera deportiva a Spencer, que en el 89 y con 28 años tuvo que abandonar la competición.
La sorpresa llegó en 1993, cuando reapareció para volver a competir en la categoría reina. Por desgracia para él, las lesiones no le respetaron y a pesar de las ganas que mostraba únicamente pudo competir en tres carreras, poniendo, ahora definitivamente, el punto y final a una carrera tan brillante como fugaz.
Kevin Schwantz
Pocas cartas de presentación hacen falta para el piloto tejano, al que avalan sus resultados, con 25 victorias en Grandes Premios, sus 26 podios y su título de Campeón del Mundo de 500 c.c. Su llegada al Campeonato del Mundo de 500 fue en 1986 cuando compitió en cuatro carreras, pero fue en 1988 cuando comenzó a disputarlo de manera habitual, siempre a los mandos de una Suzuki con la que plantó cara a monstruos de la talla de Lawson, Gardner, Rainey, Mamola… Pero el hecho de contar siempre con una máquina inferior a la de sus rivales le llevaba siempre al límite y eso se traducía en caídas que le iban mermando físicamente hasta el punto de que a mediados de 1995 y durante la celebración del GP de Italia en Mugello, anunció su retirada.
Durante muchos años Schwantz siguió ligado a las motos, pero desde un segundo plano, como monitor, haciendo apariciones estelares de la mano de su inseparable Suzuki o como representante de MotoGP en Estados Unidos. Para sorpresa de todos, en 2013 anunció su regreso a las carreras con 49 años. En lugar de volver al Mundial de Velocidad, lo hizo en el de resistencia, compitiendo en las 8H de Suzuka, donde además acabó en el podio. En 2014 repitió la aventura, aunque sin tanta suerte. ¿Volveremos a verle a los mandos de una Suzuki en 2015?
Troy Bayliss
Es el que tiene más reciente eso de volver a la acción. El tres veces Campeón del Mundo de Superbikes se retiró de las carreras de velocidad a finales de 2008 y con su último título bajo el brazo. El bueno de Troy, sin embargo, nunca ha dejado de disfrutar de su pasión por darlo todo en una pista y desde entonces ha ejercido en ocasiones de piloto probador de Ducati, firma con la que mantiene una estrecha relación. Tampoco ha dejado de competir, aunque sea en otra disciplina como el dirt-track, pero ya a nivel amateur y disfrutando del mero hecho de correr. Igualmente “Baylistic” ha estado dando vueltas en Ducati biposto a afortunados en su Australia natal.
Aunque uno de sus retornos más especiales fue al Mundial de MotoGP, cuando venció en el GP de Valencia al que acudía en calidad de piloto sustituto, en aquella ocasión Troy estaba en activo como piloto, por lo que no cuenta como regreso. El que si ha sido un regreso por todo lo alto ha sido el protagonizado en la primera carrera del Mundial de Superbikes 2015, cuando acudió a la llamada del equipo oficial de Ducati para sustituir al lesionado Davide Giugliano. Por el momento su regreso ha quedado en una carrera, en la que llegó a luchar por el top5, aunque la lesión de Giugliano podría llevar a Troy a competir en Tailandia.
Jeremy McWilliams
Jeremy McWilliams es uno de esos pilotos incombustibles que parecen capaces de estar toda la vida compitiendo. Prueba de ello es que el debut de Jeremy en el Campeonato del Mundo de Velocidad en 1993 cuando ya rozaba los treinta años. Después de eso estuvo en activo hasta 2007 embarcado en varios proyectos de 250, 500 y MotoGP, subiendo al podio en diferentes ocasiones y llegando incluso a anotarse una victoria.
Por desgracia para McWilliams, cuando tenía todo preparado, sufrió una fuerte caída en los entrenamientos de Qatar, por lo que no pudo tomar parte en la carrera y posteriormente el equipo Illmor desapareció.
Desde entonces McWilliams no se ha bajado de la moto, aunque no compitiendo a ese nivel hasta que en 2014 fue elegido por Brough Superior para correr como piloto invitado en el Mundial de Moto2 con 50 años cumplidos. A pesar de su experiencia y su buen hacer, la moto no permitió al piloto británico lucirse y tuvo que conformarse con la penúltima posición en carrera.
Sebastián Porto
El caso de “Sebas” Porto es uno de esos que pone de manifiesto la presión a la que son sometidos los pilotos de élite y lo complicado que tienen mantenerse en la brecha por mucho tiempo. Porto era el piloto argentino con más proyección del momento, tras sus incursiones como piloto invitado en el GP de Argentina del ’94 y ’95 en las categorías de 125 c.c. y 250 c.c. respectivamente, se incorporó de manera permanente al Mundial de la categoría intermedia en 1996. Hasta 2001 no llegó a cuajar actuaciones reseñables, ya que los buenos resultados en entrenamientos no se reflejaban en carrera, pero aquel año logró tres terceros puestos, un segundo y una victoria, en el GP de Río. Desde aquel momento Porto pasó a ser uno de los referentes del campeonato, luchando en cada carrera con los mejores e incluso llegando a ser el máximo rival de Dani Pedrosa en la lucha por el título en 2004, cuando terminó como subcampeón. Ya en 2005 los resultados no estuvieron a la altura y en 2006, cuando estaba en la estructura heredada directamente de Dani Pedrosa, a penas completó media temporada antes de decidir colgar el mono.
Tras un largo periodo de tiempo en Argentina compitiendo en carreras de coches, volvió a competir sobre dos ruedas en su país natal causando grandes sensaciones que en refrendó en las últimas carreras del CEV de 2013 en la categoría de Moto2. De cara a 2014, Porto, a sus 34 años, se embarcó de nuevo en el FIM CEV, participando además como piloto invitado en el GP de Argentina, donde acabó en una discreta vigésimo tercera posición. Por desgracia para Porto, el equipo con el que iba a participar desapareció y obligó a una nueva retirada del argentino.
Sete Gibernau
El piloto catalán fue durante varias temporadas el máximo rival del mismísimo Valentino Rossi en MotoGP. Sete, nieto del inolvidable Paco Bultó, se formó como piloto en las categorías inferiores. Hizo su debut en el Mundial en 250 en 1992 participando como piloto invitado en el GP de España, pero hasta 1996 no tuvo la oportunidad de hacer el campeonato completo. En 1997 dio el salto a 500, donde comenzó a progresar hasta ir a parar, debido a la lesión de Takuma Aoki, a HRC. Los resultados comenzaron a llegar, llegando incluso a subir al podio del Circuito del Jarama en 1998 con la bicilíndrica. De nuevo una lesión, en este caso de Doohan, dio la oportunidad a Sete de contar con una cuatro cilindros y “litle” no desaprovechó la oportunidad. Desde aquel momento pasó a ser uno de los pilotos top de la categoría, llegando incluso a disputar carreras y títulos a Valentino Rossi ya con la llegada de los cuatro tiempos y consiguiendo por el camino dos subcampeonatos.
Las lesiones apartaron a Sete de las carreras tras un desafortunado 2006 con Ducati. Sin embargo un piloto nunca deja de serlo y cuando sus amigos Pablo y Gelete Nieto montaron un equipo de MotoGP en 2009 con una Ducati y el apoyo de Paco “El Pocero”. Desafortunadamente las cosas no salieron como esperaban y además el apoyo económico del constructor se esfumó y el proyecto bajó el cierre antes de tiempo, poniendo en la cola del paro a Sete Gibernau, que ya no volvió a enfundarse un mono para competir.