Hay muchos indicios que apuntan a que el cambio de marca de Jorge Lorenzo esta vez puede hacerse realidad. Lo más llamativo de esta situación no es el interés de Ducati y su jugosa oferta. Lo sorprendente es la posición que ha adoptado Yamaha frente a Lorenzo, instándole a responder a la propuesta que tiene sobre la mesa antes del Gran Premio de España, del próximo 24 de abril.
Lorenzo pide tiempo para valorar la situación y no quiere precipitarse, pero es evidente que en Yamaha no quieren quedarse en fuera de juego ante la posibilidad de que Lorenzo retrase mucho su respuesta y que eso comprometa la composición de su equipo. Inicialmente los movimientos de cara a 2017 están bloqueados en el tablero de MotoGP, y la de Lorenzo será la primera pieza que se mueva. A partir de ahí todas las demás irán encajando como si de un puzzle se tratara.
Se habla mucho de la propuesta de Ducati, pero por encima de la atractiva oferta económica que Ducati, con el respaldo de Audi y el Grupo Volkswagen, han hecho al mallorquín, pero lo cierto es que Lorenzo no quiere precipitarse y quiere comprobar que el rendimiento de la Ducati Desmosedici GP16 es óptimo en más pistas. El año pasado funcionó muy bien en Losail y en las primeras tres citas, pero pinchó en Jerez y en bastantes carreras después, a pesar de la portentosa regularidad que mostró Andrea Iannone en la primera mitad de campeonato. Esta temporada, se va cumpliendo el guión, aunque la atropellada penúltima curva de Iannone en Termas haya arruinado el resultado del equipo.
Jerez podría ser un buen termómetro para medir la capacidad de respuesta de Ducati, pero Yamaha no quiere esperar más allá para conocer la decisión de Lorenzo. A pesar de haber sido el único que ha aportado los últimos títulos de la marca (tres coronas desde 2010), Lorenzo sigue sintiéndose en infravalorado en su propia casa frente a Valentino Rossi. La rápida renovación protagonizada por Rossi en Qatar ha sido una jugada maestra del italiano, y a pesar de que las cosas no han empezado rodando demasiado bien para él, ha terminado posicionándose en una buena situación en el campeonato.
Tanta urgencia por parte de Yamaha no tiene que ver tanto con amarrar lo antes posible a Lorenzo como asegurar a su sustituto y evitar que otro competidor se lo arrebate. Maverick Viñales es el objeto del deseo de la marca, y si bien antes Yamaha parecía la alternativa clara de futuro para él, la evidente evolución de la Suzuki demuestra que la marca japonesa tiene potencial para aspirar a más. Esto obliga a Yamaha a no posponer demasiado tiempo el fichaje de su otro piloto, y ahí, en parte, el ultimátum que ha recibido Lorenzo.