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Cómo pasar de 200 km/h con un scooter eléctrico: salta en paracaídas

Un anuncio chocante de Niu
Fotos: YouTube
Tirarse en paracaídas con un scooter eléctrico: ésa es la idea de Niu para un anuncio que nos ha chocado bastante. Pero también es una forma de conseguir superar los 200 km/h a sus mandos...

Cuando hemos visto este vídeo no salíamos de nuestro asombro, la idea desde luego es chocante: saltar en paracaídas ¡subido en una moto! Aunque no es el primero, aquí se trata de un scooter eléctrico Niu (su modelo Nqi GT) y el vídeo lo rodó el especialista JT Holmes, habitual participante en eventos de Red Bull y «stuntmant» en producciones de Hollywood, acompañado del fotógrafo especialista en caída libre Craig O’Brien. Como se suele decir: no lo hagas con tu moto.

Está claro que el piloto aterrizó suavemente con su paracaídas, pero a todos nos surge la duda de cómo lo hizo el scooter… En caída libre, el Niu superaría los 200 km/h (menos mal que no habría ningún Pegasus de la DGT en los alrededores) y llegar al suelo a esa velocidad no debió sentarle muy bien al pobre. Aunque según un comentario del vídeo, afirman que «el aterrizaje del scooter fue controlado, coordinado por el equipo de especialistas, y el scooter se encuentra en buen estado. Condenamos el maltrato a los scooter«. ¡Lo que ellos digan!

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¿Cuánto planea un scooter?

En la historia de la aviación ha habido auténticos «ladrillos voladores«, y el Niu parece haberse sumado a la lista: sin paracaídas, diríamos que el planeo de un Niu no debe llevarle muy lejos del punto de inicio del descenso… o sea, una relación de planeo (cuántos metros avanzados por cada metro descendido) cercana a cero.

Un muy famoso «ladrillo volador» fue la Lanzadera Espacial (Space Shuttle) con cifras curiosas porque, al volar hasta más allá de la atmósfera, cambiaba su comportamiento según la velocidad y altitud a la que estaba: cuando volvía de una misión, primero volaba en la estratosfera a velocidad hipersónica (más de Mach 5) y planeando en torno a 1:1 (que ya es mejor que el Niu). Pasada la reentrada seguía a velocidad supersónica planeando en torno a 2:1 (avanazba el doble de metros que caía) y al final, ya a velocidad infrasónica y en el aterrizaje, rondaba los 5:1.

Un buen «ladrillo», porque incluso un aparato tan pesado como un Boeing 747, si se queda sin motores planea a un ratio de 17:1. O sea, volando a 10.000 metros de altitud, si se queda sin motores llegaría a 170 kilómetros de distancia (la próxima vez que vueles recuérdalo para estar más tranquilo si se paran los motores).

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