Cuando alguien piensa en adquirir una moto nueva, lo primero que suele mirar es la dificultad que se le puede presentar a la hora de llegar al suelo con ambos pies. Está claro que si mides 1,90 no vas a tener mayores problemas, pero si tu medida se aproxima más al 1,70, empezarán las dudas.
Hace algunos meses os contábamos unos cuantos trucos interesantes a la hora de modificar o incluso pilotar una moto en estos casos. Pero lo que realmente ayuda es hacer un curso de conducción y aprender las técnicas necesarias para mover la moto a baja velocidad, saber jugar con los pesos, con el manillar, etc. La práctica es la única forma de llegar a la perfección.
La protagonista del vídeo no tenía ninguno de los anteriores conceptos demasiado claros, y al salir de su casa acaba con la moto en el suelo. Según cuenta su novio no es la primera vez que le pasa, pero lo divertido (y frustrante para ella) es lo que ocurre a continuación.
Tras caer, intenta levantar la moto, pero sin éxito. ¿Por qué? Pues porque también desconoce la técnica para conseguirlo. No es cuestión de fuerza, sino de maña. Una chica de 50 kg puede levantar una moto de 300 kg… si sabe como hacerlo.
Tras unos minutos, los nervios hacen mella y empieza a sobrar ropa por todas partes. El casco, la mochila, la chaqueta, los guantes… Aun así, un diez para la chica que no ceja en el empezo y al final consigue que la moto recobre el equilibrio. A tesón poca gente le ganaría.
Eso sí, un último consejo. Si en parado la protagonista tiene problemas con sus pantalones, que constantemente se le caen, no nos queremos imaginar qué podría pasar en un arrastrón tonto. Pensemos cuando elegimos la ropa para ir en moto, vestirnos como si fuésemos a caer y no como si fuésemos a una pasarela de moda. Por lo que pueda pasar…
