Internet, como la vida, es un pozo infinito de sabiduría. En la red somos capaces de encontrar ejemplos positivos que nos ayuden a seguir nuestro camino ampliando nuestros conocimientos y ejemplos negativos, protagonizados por auténticos cafres, de los que sacar conclusiones para evitar no caer nosotros en ellos. Este es el caso del vídeo protagonista en este artículo, en el que pueden verse tres motos deportivas circulando por la autopista.
Ya de entrada se ve que bien, lo que la DGT entiende como bien, no están circulando. Dos motos por carril, distancia de seguridad inexistente, velocidad elevada a no ser que se encuentren en una de las famosas “Autobahn” alemanas sin límite de velocidad.
Pero todo “mejora” cuando los protagonistas del vídeo deciden empezar a dar gas en plan animal y aderezarlo con caballitos empalmando marchas. Como suele suceder cuando uno echa papeletas tiene la posibilidad de que le toque y, claro, tanto tentar a la suerte no puede acabar bien. El caso es que cuando el tipo que lleva la cámara baja la rueda, el que viene por detrás, aun teniendo toda la autopista para él, le golpea y acaba en el suelo. Gracias a la inercia la moto de adelante no se cae, pero el hasta entonces orgulloso propietario de una flamante ZX10R se pega una deslizada por el asfalto de las que hacen época. Lo más sorprendente de todo es que a pesar de que la escena sucede en una carretera abierta al tráfico, el accidentado no es arrollado por ningún vehículo y salda su caída únicamente con su correspondiente abrasión y unos cuantos cientos de euros menos.
Aunque sea repetirlo una vez más, hay que recordar que la carretera no es ni un circuito ni una zona habilitada para el stunt, que hay que respetar las normas y ser cuidadosos. Al final somos nosotros los que pagamos las consecuencias y, si esto es poco, además podemos afectar al resto de usuarios de las vías públicas. La próxima vez que se te cruce por la cabeza la idea de hacer el “macarra” por carretera recuerda este vídeo y que la suerte no es eterna…
