Instintivamente cualquier persona que vaya montar o haya montado en moto, sabe lo imprescindible que es una buena cazadora chaqueta para poder disfrutar de la moto con comodidad y, algo fundamental, protección ya no solo ante caídas, sino el frío, la lluvia o lo que nos encontremos en la carretera.
Y es aquí donde conviene remitirse especialmente a fechas como estas, donde el invierno nos ataca con heladas por la mañana, jornadas de frío interminables y lluvia, nieve o viento helado cuando menos te lo esperas… ¡aunque ya te haya avisado el hombre del tiempo o la página de meteorología que consultes por Internet!
Pero aún hay más. Frente a ligereza y “finura” de las chaquetas veraniegas, el invierno se combate con capas más gruesas, forros térmicos, sin olvidar que los numerosos bolsillos de cada prenda deben estar perfectamente aislados, o el terrible frío que te puede congelar elementos electrónicos tan habituales como es hoy día el teléfono móvil.
¿Cómo debe ser y cómo debes elegir tu mejor chaqueta de invierno?
Diseño
Seguro que esto, como lector habitual de Soymotero.net que eres, ya lo sabes, pero partamos de la base de que existen dos tipos básicos de chaqueta para moto: corta (llega hasta la cintura, tiene un patronaje más o menos ajustado y es la que más se asimila con la imagen habitual del motorista) y larga, también conocida como de tres cuartos. Esta sería básicamente como la anterior, pero a la que se ha añadido una especie de “faldón” desde la cintura que cubre las caderas y el culo… detalle este muy importante porque así te cubre toda la zona lumbar y evita que entre el frío y el agua en caso de lluvia.
Existiría un tercer tipo, que son básicamente como gabardinas que llegan hasta debajo de las rodillas, muy similares a los guardapolvos de la época de los vaqueros. No obstante, son una minoría, muy difíciles de encontrar y nada fáciles de usar en cierto tipo de moto.
Teniendo en cuenta esto, es lógico pensar que para invierno una “tres cuartos” es la elección más lógica, porque protege mejor de los elementos y del frío, además de tener mayor capacidad de carga porque tiene bolsillos laterales más grandes y un gran bolsillo trasero que también muchas incorporan, muy habitual también en las chaquetas “off road” y trail. No obstante, ese faldón (y los objetos que puedas meter en sus bolsillos) pueden ser incómodos si llevas una moto deportiva corta entre ejes y con una posición muy inclinada hacia delante, porque lógicamente rozarás en el depósito y puede incomodarte al flexionar las piernas.
Por lo tanto, la cuestión ergonómica es algo que has de valorar tú mismo según la moto que tengas, aunque desde luego te puedo asegurar que la diferencia de protección térmica ante el frío entre una corta y una larga es importante. Para una moto en que vayas erguido (trail, naked, retro, escúter, etc.) la opción “tres cuartos” es, sin duda, lo más recomendable cuando el invierno aprieta.
Un detalle a tener en cuenta es si la vas a usar con un pantalón en concreto, que normalmente sería otro de Cordura que puede ser del mismo fabricante. En cualquier caso, todas las chaquetas incorporan una cremallera en la parte interior trasera para que la puedas unir al pantalón de invierno (que también suelen llevar ese tipo de cremallera) o a otro como un vaquero, donde puedes coser la otra parte de la cremallera. También hay algunas chaquetas que tienen enganches con automáticos para poder sujetarlos a los tiradores del pantalón, muy buena idea para uso diario.
Materiales
Popularmente, la imagen del motorista está ligada subliminalmente al cuero como material básico de su vestimenta. Esto viene determinado porque, en un principio, los motoristas usaban prendas muy similares a las de los aviadores, entre las que el cuero era el material básico por su resistencia a la abrasión. No obstante, el cuero transmite el frío perfectamente y para tener aislamiento térmico necesita incorporar dentro un grueso forro que era antiguamente de piel de oveja, aunque ahora los que buscan una chaqueta de cuero para el frío disfruten de forros interiores de distintos materiales. Además, el cuero pesa mucho, absorbe cantidades ingentes de agua en caso de lluvia y es especialmente sensible a la humedad, al frío y al sol, por lo que pierde propiedades y resistencia rápidamente en un uso invernal.
De todo esto, deducirás rápidamente que el cuero no es el material más adecuado para una chaqueta de moto, sobre todo en época de frío, lluvia y nieve. Así, ya en los años 80 se desarrolló un tipo de nylon muy resistente que genéricamente se denomina Cordura, y que desde entonces se convirtió en el material más usado en prendas para moto. Sus ventajas son variadas: es lógicamente mucho más flexible que el cuero, más barato, más fácil de cortar y coser y (detalle importantísimo) permite ser lavado en la lavadora con toda facilidad.
Por otro lado, su estructura permite que el patronaje sea mucho más fácil de realizar, incorporar varios forros desmontables, aislar cremalleras o tomas de aire regulables, e incorporar todas las protecciones semirrígidas en su interior.
En resumidas cuentas, es mucho mejor para el duro uso que exigen los motoristas a su equipación, aunque por supuesto también tiene sus puntos débiles. Por ejemplo, una prenda de Cordura no se puede acercar a una fuente de calor porque se funde. Recuerda que se trata de nylon mucho más resistente, pero que básicamente es plástico, y por lo tanto muy sensible a puntos caloríficos tan diferentes como una calefacción o un simple cigarrillo.
Contra el frío
Hemos dicho que el cuero es un excelente transmisor del frío, pero tampoco la Cordura es aislante por sí misma, aunque si permite recibir una capa impermeabilizante en su cara interna y en los puntos de cosido, por lo que si actúa como cortavientos. No obstante, para proteger propiamente del frío necesita una aplicación de fibras de última generación, dentro de las cuales la más conocida es sin duda el Gore Tex.
Esta fibra nació en los años 70, y se convirtió rápidamente en la reina de las equipaciones para deportes de exterior como alpinismo, montañismo, esquí y, por supuesto, motociclismo. Supuso un paso de gigante porque permitía aislar del agua y del frío, pero en cambio sí permitía que el sudor se evaporase, por lo que el eterno problema de los deportistas de estar más calados por el sudor que por el agua de lluvia, se evitaba.
Su arrollador éxito llevó a la industria textil a crear copias y mil versiones de la misma tecnología, que es la que disfrutamos ahora. Por eso, hoy día podemos encontrar equipaciones con fibras transpirables a muy buen precio.
Para aislar propiamente del frío, las chaquetas tienen uno o varios forros térmicos y aislantes en su interior con materiales como fibra de aluminio, Thinsulate y sus derivados, etc.
Protección y capacidad de carga
Estamos hablando de cómo debe ser una chaqueta de moto para protegernos del frío, pero no olvidemos que la misión fundamental de cualquier prenda motorista es también protegernos de cualquier impacto. Precisamente, ya hemos comentado que una de las ventajas de la Cordura es precisamente su flexibilidad, que permite diseñar y colocar alojamientos interiores para las correspondientes protecciones de forma mucho más fácil y cómoda que otros tejidos.
Por eso, no olvidemos que este tipo de chaquetas también deben incorporar todo tipo de piezas amortiguadoras en codos, hombros y espalda. Deben ser flexibles (las casi rígidas ya casi ni se usan), con una buena resilencia y su correspondiente homologación, algo que podrás comprobar en la documentación técnica que tiene cada prenda cuando la compras.
En el diseño general, otro detalle importante son los bolsillos. Las cazadoras de invierno, al ser más gruesas y con más capas (forros desmontables, etc.) que las de verano, también incorporan más alojamientos que una fina y sencilla chaqueta de verano. No obstante, también tiene más dificultad crearlos porque deben estar especialmente aislados para que no entren ellos agua o frío que nos pueda arruinar lo que llevemos dentro, desde billetes (de dinero, ¡el que tenga suerte!) hasta mandos electrónicos de garajes o coches, o el mismo teléfono móvil. Por ello, las propias cremalleras deben estar aisladas por ser impermeables en sí mismas (técnica también muy usada en prendas de montaña, por ejemplo) o cubiertas por solapas que cubren la zona de cierre.
Hay otro detalle que los compradores no suelen vigilar mucho pero que resulta definitivo para la comodidad: deberías elegir una chaqueta cuyos tiradores de cremallera tengan alargadores de tela o cordón. De esta forma, te será infinitamente más fácil poder abrirlos y cerrarlos con los guantes de invierno, bastante más gruesos y con menos tacto que los de verano.
Electricidad
Aparte de la protección térmica en sí misma, se han experimentado más vías para hacer más eficientes las prendas invernales. No olvidemos que una equipación invernal busca básicamente que el cuerpo no pierda el calor que produce, pero una chaqueta normal no genera calor por sí misma.
Así, en los últimos tiempos está apareciendo una nueva generación de prendas eléctricas. De momento, está creciendo especialmente en el segmento de guantes, pero también podemos encontrar chaquetas con resistencias interiores que, con la adecuada conexión a la batería de la moto o a una independiente incorporada en sí misma, genera calor y es realmente la verdadera solución absoluta para los grandes viajeros invernales. Su problema está en que el precio, lógicamente, es mucho mayor que una chaqueta con tecnología convencional, y que necesita una cuidadosa instalación en la moto si necesitas conexión a su batería.
Por lo tanto, el uso de estas prendas eléctricas es recomendable sobre todo a los grandes ruteros y a los que realmente hacen grandes y largos viajes en esta época de frío garantizado.
Recomendaciones básicas
Después de todo este reportaje técnico, no te dejes impresionar. Realmente la mayoría de las cosas que acabas de leer son de pura lógica, y por otro lado os puedo asegurar que hoy día es fácil comprar muy buen equipación a precios muy asequibles. Lo que hay que cuidar son detalles que caen por su propio peso, como que la chaqueta que elijas tenga un buen ajuste en todos los puntos de cierre como son el cuello, las muñecas, la cintura y, por supuesto, el frontal. En todos ellos, las cremalleras han de estar cubiertas (una que tenga los “dientes” al aire es una entrada segura de frío) y que los cierres no te rocen, algo especialmente molesto el cuello.
Así que ya sabes que para disfrutar de tu moto en invierno sólo necesitas una buena equipación, algo de lógica y ganas de disfrutar de una buena ruta.
Detalles clave
- Si vas a montar con mucho frío, mejor elige una tipo “tres cuartos”.
- La Cordura, las protecciones y los forros interiores deben ser de calidad y que te resulten cómodos, aunque te cueste un poco más. Recuerda que una buena chaqueta invernal te durará años.
- El acceso a los bolsillos ha de ser sencillo; incluso prueba a abrirlos y cerrarlos con gruesos guantes de invierno.
- Prueba que las zonas de ajuste (cuello, puños, cintura) son cómodos y no te rozan.
- Mejor si eliges un modelo con aperturas de ventilación para poder usarla incluso si la temperatura sube ligeramente.
- Casi todos los modelos mínimamente técnicos tienen uno o varios forros interiores desmontables para aislar del frío y ponerlos o quitarlos dependiendo de las condiciones externas.
- Si estás seguro de viajar o usar mucho la moto en época de frío, una excelente opción es una chaqueta eléctrica. Tú debes elegir si la prefieres con conexión directa a la batería de la moto o con batería independiente.