Ace Cafe London
«A las 12 llegamos. Todavía me temblaba el pulso cuando aparcamos delante de los 8 enormes ventanales con 24 cristaleras cada uno. Me doy la vuelta y miro hacia arriba. Unas letras plateadas sobre fondo negro flanqueadas por el conocido símbolo del trébol no dejan lugar a dudas: ACE CAFE LONDON. Recorro a pie todo el contorno del alargado edificio de ladrillos blancos que, si bien ha sufrido dos reconstrucciones a lo largo de su existencia, guarda muchas similitudes con aquel que hizo famosos a los Rockers y creó el segmento cafe-racer. Patrocinio de Castrol y Peavey electronics, un reloj de aguja en la fachada y 5 mástiles sin bandera en la azotea. Todo está tranquilo, hoy no hay ninguna concentración».
En 2013 se está celebrando el 75 Aniversario del Ace Cafe de Londres. No ha sido el único garito motero inglés de la década de los ’60 (hubo casi un centenar), pero sí es el más representativo y uno de los pocos que aún se mantienen activos. Inaugurado como cafetería en 1938, sus servicios fueron ampliados posteriormente a gasolinera y lavado de coches. Durante la II Guerra Mundial el edificio fue bombardeado, luego se reconstruyó y se reabrió en 1949. 20 años más tarde se cerraría de nuevo, pero el espíritu esas dos décadas permanecería en la memoria para siempre.
Mark Wilsmore (el dueño actual, junto a George Tsuchnikas), reabrió sus puertas al público en agosto de 2001, no sin antes “testar” las posibilidades en las dos reuniones de principios de los ’90. Las 12.000 personas y 7.000 motos que se dieron cita en 1994 conmemoraron los 25 años de clausura del café, algo que, espero, no vuelva a suceder por el “bien de la sociedad motera”. El Ace tiene 5 locales más con el mismo nombre (Alemania, Japón, Finlandia, USA y China), pero no son franquicias ni están capitaneadas desde Londres exactamente. Más bien poseen la licencia oficial para explotar el nombre con un mínimo de requerimientos para montar la cafetería.
«Me adentro en un local de suelo ajedrezado con paredes amarillas y mucho sabor retro-moderno. Barra de aluminio, pizarras, banderines, mesas de madera, una Jukebox, máquina tragaperras y futbolín. Sobre el pequeño escenario, un par de Triumph y al lado, un espacio para gastar libras en merchandising. Motos, velocidad y Rock ‘n’ Roll… ¿hay algo mejor?».
«Una restaurada y carminada camarera rubia de bote me sirve la ansiada Pepsi. Mientras tanto, el tema Funkytown (Lipps INC, 1980), se entremezcla con las ondas acústicas de otras camareras que sirven los platos a voz en grito. Miro el asfalto a través de la cristalera y me teletransporto a una época en blanco y negro en la que la contracultura rocker inundaba la sociedad…».
Me refiero a aquellos jóvenes rebeldes con tupé lacado, chupa de cuero, vaqueros y tachuelas que con sus máquinas inglesas artesanales reclamaban un nuevo modo de ver la vida. Triton, Tribsa, Norbsa, Norvin y sucedáneas llevaron el tan de moda fenómeno cafe racer al límite de su concepto. La mayoría de ellos participaba en carreras clandestinas por las calles aledañas para poner de manifiesto su valentía y buen hacer mecánico. El que llegaba primero sin que la canción de la Jukebox se hubiese acabado era el ganador. Como no se usaban los cronómetros, el minutaje de la canción era la que mandaba.
«En la planta de arriba del Ace Cafe se encuentran los baños, junto a un pasillo de magníficos posters bien referenciados: historia, motos, fotos, música, películas (Salvaje, Leather Boys, Girl on a Motorcycle, Some People, Quadrophenia…), noticias de periódicos, etc. Una zona para deleitarse».
Cultura Cafe Racer
Yo soy de los que piensan que no se puede escribir sin vivir. Mejor dicho, escribir bien sin vivir en primera persona. Y así fue como un día cualquiera de agosto me acerqué a Londres para empaparme del nacimiento, en la década de los 60, del movimiento cafe racer, del que casi nada queda en la actualidad: Royald Enfield CF 535, Triumph Thruxton, Moto Guzzi V7 Racer y… ya.
Partiendo de la base de que esta tipología de motos es eminentemente inglesa, voy a intentar aportar algunas luces sobre estas monturas. Me atrevería a decir que son el germen de lo que hoy entendemos como tunning o personalización, pues fueron las primeras en combinar piezas de distintas motos.
Las “Cafeteras” de verdad
A pesar de ser un término bastante vilipendiado en la actualidad (hoy día a una simple naked con semimanillares ya la denominan así), existen unos rasgos concretos y diferenciadores de una Café pura:
- Llantas de radios.
- Motor de una moto y chasis de otra.
- Para suspensiones nada de sofisticaciones modernas. Los frenos de tambor y doble leva. Vale todo, aunque lo ideal es recurrir a la industria inglesa o italiana: Roadholder, Forcella Italia, Marzocchi, Ceriani, Fontana, John Tickle, Falcon, etc.
- Semimanillares cortos por debajo de la tija Tomaselli es una buena elección.
- Ausencia total de carenado.
- Depósito pulido de aluminio (opcional).
- Asiento monoplaza.
- Faro delantero redondo.
La diosa Triton y demás Cafés
- La Triton es una moto que jamás se ha construido en serie.
- Una auténtica Triton debe integrar un motor twin Triumph T110 o T120 de 650-750 cc (carburatas Amal o Dell’Orto obligatorios) en un chasis Norton Manx Featherbed (lecho de plumas). En su defecto, cualquier chasis Norton.
- Depósito de aluminio pulido o cromado con velocímetro y cuentavueltas Smiths o Lucas.
- Los propietarios de una Triton deben amar la buena cerveza, el cuero negro y el Rock n’ Roll.
- Ver una en España es realmente difícil, y las pocas que hay suelen estar bien guardaditas. Puedes encontrarlas por 10.000 €… en el Reino unido.
- El origen del universo cafe racer en general y de esta moto en particular está ligado a la competición. Con la creación del Mundial en 1949 surgió un nuevo tipo de mecánicas gordas de 500 cc. Como Norton no vendía sus motores sueltos pero sus chasis eran los mejores, los pilotos privados debían ingeniárselas para conseguir propulsores…
La Triton no está sola en el universo de las Café. Otros productos dispares también son dignos de admiración:
- DRESDA–TRITON (vencedora de las 24 Horas de Montjuich en 1965 y 1970 con Dave Degens). Todavía las fabrican artesanalmente bajo pedido.
- TRIBSA (chasis BSA + motor Triumph)
- TRIBSATON (chasis BSA + motor Triumph + piezas Norton)
- NORIEL (chasis Norton + motor Ariel)
- NORVIN (chasis Norton + motor Vincent)
- NORLEY (chasis Norton + motor Harley)
- TRICATI (chasis Ducati + motor Triumph)
- NORCATI (chasis Norton + motor Ducati)
- TRIFIELD (chasis Royal-Enfield + motor Triumph)
- NORARIEL (chasis Norton + motor Ariel)
- NORFIELD y BSAUMPH no son muy populares…
El Club 59
«Junto a mi 851, aparca una Triumph Trident verde inglés con la pegatina del Club 59 al lado de la llave de contacto, ¡qué auténtico, coño!».
La historia del club es digna de mención. El Padre William Shergold es el alma mater de este club, creado en 1959. Aunque fuese cura, era tan motero como el que más y, desde 1962 puso en funcionamiento un servicio eclesiástico para reuniones juveniles de rockers. Los llenos eran totales y el éxito fue increíble.
Durante años, el Padre Bill ha bautizado motos y casado a moteros pertenecientes al Club. Más por nostalgia que por otra cosa, actualmente Bill y un grupo de voluntarios se encargan de mantener el local y las actividades a flote.
El club está reconocido por la Federación Británica de Motociclismo.
