En los atentados de Palma de Mallorca, del pasdo jueves, la banda terrorista ETA sesgo las vida de dos jóvenes guardia civiles, entre los que se encontraba Diego Salva Lezáun. El joven de origen pamplonés se incorporaba al servicio activo después de una baja para encontrarse con su fatídico destino y perder, junto a su compañero Carlos Enrique Sáenz, la vida por la barbarie terrorista.
Diego, de 27 años era un apasionado de las motocicletas y sus compañeros y amigos ayer expresaron por la calles de Palma el rechazo a la banda armada, con una manifestación que colapsó las calles de la ciudad con 1.000 motocicletas homenajeando y reivindicando lo que ya viene siendo un clamor popular el ¡¡¡BASTA YA!!!, contra el terrorismo.
Algunos de los participantes llegarón a quemar sus neumáticos en señal de rabia e impotencia
Descansen en paz.