Volver a ver una Suzuki en el Mundial SBK a corto plazo se antoja algo difícil. Si bien las actuaciones de la nueva GSX-R1000 en el campeonato americano de Superbike MotoAmerica son muy buenas gracias a Toni Elías y Roger Lee Hayden (que lideran la provisional) su desarrollo en el Británico de la especialidad con Sylvain Guintoli y Taylor Mackenzie en el equipo Bennetts es todo lo contrario. Richard Cooper, el piloto oficial del equipo en la categoría Superstock 1000 figura segundo del campeonato, demostrando que la última ‘gixxer’ es una excelente moto de calle. En Italia y Alemania también tiene presencia, aunque en menor medida y con estructuras privadas. Tampoco hay que olvidar que Michael Dunlop se ha coronado rey del Tourist Trophy 2017 al ganar la categoría Senior.
Pensar en un hipotético equipo formado por Toni Elías y Sylvain Guintoli, ambos pilotos con experiencia en el Mundial SBK, sobre una GSX-R1000R preparada en colaboración con los especialistas de Yoshimura no es descabellado. Veteranía, experiencia y dos títulos mundiales sería suficiente para desarrollar la moto. Otra hipótesis pasaría porque el equipo Crescent abandonase su actual proyecto con la Yamaha R1 Pata de Lowes/Van Der Mark y regresar a Suzuki como en el pasado.
Suzuki, centrada en el Mundial de MotoGP (Ianonne y Rins) y en el de Motocross MX1 (Strijbos y Jasikonis), parece no estar muy interesada en intentar revalidar un título de Superbike que se le resiste desde 2005, año en el que Troy Corser arrasó a la competencia con la Alstare Coronita evolucionada desde su llegada al mercado en 2001. En Resistencia, Suzuki intentará ganar su 16º entorchado con la nueva moto, una disciplina que la GSX-R ha dominado con mano de hierro durante las últimas dos décadas, demostrando que es el mejor banco de pruebas para este tipo de monturas.
Para que la firma de Hamamatsu ataque el Mundial SBK debe tenerlo muy claro, haciendo valer una moto competitiva e invirtiendo muchos euros de desarrollo para que no le suceda lo mismo que a Honda o Yamaha. Otro handicap al que se enfrentaría el año de su regreso es el cambio de normativa que ha planteado Carmelo Ezpeleta (CEO de Dorna Sport) planteando un reglamento similar al de Superstock 1000 para “acercar” estos modelos a las motos a la calle.
