Palabras como entusiasmo, emoción, pasión o euforia se quedan cortas para describir lo vivido ayer en el mágico evento organizado por Red Bull en Valdemorillo en el que deporte, familia, pasión, motos, y diversión fueron todo uno.
Tras la presentación del circuito en el que se realizarían las carreras de Red Bull Give Me Five, eran muchos los que, al probarlo, se atrevían a denominarlo “uno de los mejores circuitos del mundo”. El innovador formato inventado por la marca de bebidas energéticas no tenía otro fin que acercar el motocross internacional al público español mostrando cómo podría ser una batalla mano a mano entre los mejores pilotos de motocross y supercross de la Tierra. El resultado: un éxito rotundo.
Sobre el espectacular trazado específicamente diseñado para tal evento, el americano Ryan Dungey se tomó la esperada revancha, tras no haber logrado su objetivo en el pasado Motocross de las Naciones y se impuso a lomos de su KTM SXF450, superando al italiano Tony Cairoli y al francés Marvin Musquin en lo más alto del podio.
Los españoles Jonathan Barragán y José Butrón se quedaban en semifinales. El gaditano protagonizaba la polémica del día cuando, liderando la manga de repesca para la final, se tocó con el francés Jordi Tixier (ver video: 1.22) y ambos quedaron fuera de carrera. Esta caída no frenó al andaluz de acercarse a su público, que le ofreció todo su ánimo a base de gritos y rugidos desde las gradas.
La manga final fue un espectáculo sin igual. El alemán Ken Roczen comenzó liderando a un ritmo altísimo por delante de Ryan Dungey, aunque cayó en la primera vuelta, perdiendo toda opción al podio. A partir de ahí, cuatro vueltas frenéticas en las que Dungey, Cairoli y Musquin ponían toda la carne en el asador por hacerse con el primer Red Bull Give Me Five. Finalmente el americano se alzaba vencedor, seguido de Cairoli, Musquin, Ferrandis y Roczen.
En la categoría de 85cc, el joven piloto gallego Jorge Prado dominó con total poderío sobre sus rivales y acabó la final con doce segundos de ventaja sobre Mikel Haarup y Kim Savaste.
Si algo nos ha enseñado Red Bull Give Me Five es que las ganas por devolver el motocross español a lo más alto están más vigentes que nunca y que sólo hace falta una pequeña ayuda para que maravillas como ésta sean posibles y las parrillas mundiales del futuro estén repletas de pilotos españoles.
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