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Márquez homenajea a la cultura nipona en Hakone, el Nürburgring japonés

Fotos: Red Bull
Con motivo del GP de Japón, Red Bull ha vuelto a realizar uno de esos vídeos épicos. En esta ocasión ha llevado a Marc Márquez hasta el mismísimo Hakone Turnpike para un montaje en el que se rinde homenaje a la cultura del motor japonesa con multitud de guiños. Te enseñamos todos los secretos que nadie te ha contado.

Existe una carretera a unos 160 km de Tokio que es conocida, coloquialmente, como el Nürburgring japonés. Su nombre real es Hakone Turnpike y se trata de un trazado serpenteante y de peaje (cinco euros) que va ascendiendo hasta pasar los 1.000 metros de altitud en aproximadamente 14 kilómetros. Al final de ella, un bar sirve de lugar de descanso desde donde admirar las vistas del Monte Fuji, que se erige desafiante a unos 25 km de distancia.

Se trata de una de las carreteras más conocidas de Japón para los quemados del motor, siendo además utilizada con frecuencia para vídeos promocionales o sesiones de fotos. Otro de sus atractivos reside en que durante primavera, los cerezos en flor estallan haciendo que el paisaje sea todavía más impresionante,

Márquez y un Nissan GTR

Con todo ello era lógico que Red Bull aprovechase para realizar uno de sus vídeos promocionales que, en este caso, tiene como protagonista a Marc Márquez y que es posiblemente uno de los más épicos de los últimos tiempos. No sólo por ver a la Honda RC213V pilotada por el piloto español en una carretera serpenteante sino porque han aprovechado para hacer un gran homenaje a la cultura japonesa del motor, con varios “huevos de pascua” escondidos en el metraje.

En primer lugar, Márquez se encuentra en su recorrido con una Honda Super Cub, icono por excelencia de las motocicletas con más de 100 millones de unidades vendidas a lo largo de su historia. A sus mandos no nos encontramos a un hombre cualquiera sino nada menos que a Norio Iobe, ganador del All Japan GP500 y un asiduo de las 8 Horas de Suzuka de finales de los 80 y principios de los 90.

A continuación el piloto del Repsol Honda da buena cuenta de un Nissan Skyline. Este vehículo, el KPGC10, puso a Japón sobre el mapa como fabricante de vehículos deportivos y hoy en día es toda una leyenda sobre el que deriva la saga del Nissan GT-R. Por supuesto, no podría faltar otro guiño a la cultura japonesa del tuning extremo de los camiones, bizarros a más no poder y conocidos como Dekotora.

Márquez y un camión Dekotora

El momento más épico aparece cuando Marc Márquez alcanza a tres corredores callejeros de moto conocidos como Winding Riders y que fueron inmortalizados en la impresionante revista Bari Bari Machine. Subidos a tres motos que apenas hemos podido disfrutar aquí como son una Honda VFR400R, una CBR400RR y una NSR250R, son otra parte imprescindible de la cultura japonesa del motor. Creemos que sólo faltaría una referencia a los Bozosoku para ser casi perfecto.

Pero el homenaje no acaba aquí ya que a medida que Márquez sigue con su recorrido por la carretera serpenteante de Hakone Turnpike, pasa por delante de un vehículo aparcado con otro personaje imprescindible del motor japonés que lo admira desde fuera. Se trata nada menos que de Isami Amemiya, fundador de la casa de preparaciones de motores rotativos RE Amemiya y uno de los impulsores en el nacimiento del drift.

Márquez y los Winding Riders

Un gran homenaje en todos los sentidos, sin lugar a dudas. Por cierto, si vas a Hakone Turnpike y consigues llegar a la cima en menos de 8 minutos, puedes considerarte un piloto rápido.

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