Pierfrancesco Chili (56 años, nacido en Bolonia) fue un popular piloto de Gran Premio y de Superbikes, muy querido por su espectacular estilo y gran carácter. Ganó el polémico Gran Premio de Misano de 1989 en 500 cuando, debido a las condiciones de lluvia y el estado del asfalto, los demás pilotos oficiales se negaron a salir a correr. Tras cinco años en 500, corrió en 250, acabando tercero del Mundial en 1992 y acompañando a la revelación Tetsuya Harada (Campeón) con Yamaha en 1993, cuando tuve el placer de conocerle. A partir de 1995 pasó a correr en Superbikes con Ducati y Suzuki, marcas con las que sumó 17 victorias. Pese a no conseguir nunca el título, «Frankie«, como era conocido en el paddock, fue un piloto siempre agresivo y rápido, y muy buena persona con el casco quitado: recibimos con tristeza pues la noticia de que sufre la enfermedad de Parkinson.

Lo desveló en una entrevista en Italia: «el cuerpo humano es como una moto, y si vibra demasiado es que algo va mal«, describió su situación sin perder su sentido del humor. «Cuando las manos empezaron a temblarme me di cuenta que algo iba mal, fui al médico y me diagnosticaron la enfermedad de Parkinson. Fue un duro golpe, la verdad… pero todavía tengo espíritu de piloto: cuando nos caemos, siempre nos levantamos para seguir«. De esto hace un año, y después del diagnóstico Chili no ha dejado de montar en moto: «Sí, el año pasado ya lo sabía pero me invitó Troy Bayliss a Australia y estuve con él. Rodamos en el circuito, y fue divertido, pero no lo repetiré porque creo que fue demasiado arriesgado: al final vibraba más yo que la moto…«.