Mike Jones es un piloto habitual del campeonato australiano de SBK, con bastante experiencia en la categoría. A principio de temporada corrió como piloto invitado en el Mundial de SBK en Phillip Island con su equipo, el Desmo Sport Ducati, y no se le dio mal: 14º en la primera carrera, y caída en la segunda. Jones, de 22 años, está apadrinado por Troy Bayliss, embajador de Ducati, y no cabe duda que esa conexión directa entre Bayliss y Borgo Panigale jugó a favor de Jones cuando la marca italiana se planteó tomar prestado a Héctor Barberá por un par de carreras.
Había que buscarle un sustituto. Lo lógico sería buscarlo en el Mundial de SBK, pero la coincidencia de Motegi con la carrera de SBK en Jerez no dejaba muchas opciones, y se consultó con Bayliss, que controla ese área del mundo motociclista. No dudó que Jones, su apadrinado, era una buena opción.
Bayliss hizo las cosas al modo australiano, sin paños calientes. Le llamó el miércoles antes del Gran Premio de Japón, a las 4 de la madrugada: “Sal de la cama, cógete el mono y todo tu equipamiento, que te vas a Japón”, y le colgó. Hasta que no estuvo en el aeropuerto, Jones no supo a qué iba a Japón.
FIM Grand Prix Licence, una licencia que expiden las federaciones nacionales. Pero luego es la pista la que verdaderamente discierne quien está capacitado y quien no, y Jones demostró estarlo porque se mantuvo dentro del 107 por ciento, el margen de seguridad que garantiza que no es un piloto lento, salvo en su primera toma de contacto con la moto. Pero pasó de rodar a casi ocho segundos en la FP1, a estar a poco más de tres en la FP4.
“Ha sido una completa novedad, porque todo es muy diferente a lo que estaba acostumbrado, pero la experiencia ha sido impresionante. Todo es nuevo y he aprendido muchísimas cosas, por lo que he tratado de absorber toda la información que he podido. Ha sido bastante difícil, pero estoy muy contento”, dijo entonces. Y una semana después, en Phillip Island, corriendo en casa, Jones se ha superado, sumando su primer punto en MotoGP: “Estoy muy, muy contento y muy emocionado. Ha sido una carrera muy buena, he mejorado un montón con respecto a Motegi”, aseguró-.
Lo cierto es que en Avintia son especialistas en esto de coger el toro por lo cuernos… Hace tres años, en el Gran Premio de Cataluña, Hiroshi Aoyama se lesionó en el FP3 de MotoGP. Sin pensárselo dos veces el equipo ofreció su moto a Javi del Amor, que se acaba de retirar de las carreras y estaba en el Circuit como cicerone de unos invitados de J.Juan. Incluso había ido al circuito con su propia moto, que se quedó en el aparcamiento… Le buscaron un mono de Iván Silva que había en la sede del equipo en Cardedeu, no demasiado lejos de Montmeló, y sin más preparación se subió a la FTR-Kawasaki del equipo en el FP4. Se clasificó sin problemas, y ¡cogió un punto!
NSR 500 oficial, a Juan Bautista Borja, piloto del equipo en el Open Ducados 250, que estaba luchando por el título. Pero Borja se rompió la clavícula en los entrenamientos de 250.
A Carlos Checa, sin equipo en el Nacional, la organización le dijo que fuera a Albacete por si había opción de encontrarle una 500 para dar mayor caché a la parrilla de esta carrera. Y ante la inesperada baja de Borja, el Team Pons le propuso que cogiera la 500 de Puig. Cuando este se enteró, se subía por las paredes: “A este paso van a subir a un chaval del Critérium”, bramaba Alberto. El estreno de Checa no fue malo: tercero en una manga y caída en la otra. En 1995, Pons lo llevó al Mundial de 250, y cuando Puig se lesionó en Le Mans, Checa heredó la moto de Alberto. Eran otros tiempos.
