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Ni una concentración, ni un rally, ¿qué es Artic?

Fotos: Tomás Pérez
Artic parece tomar su gélido nombre del enclave pirenaico en el que se celebra, a pesar de que esta edición 2019 ha resultado ser absolutamente tórrida. Artic es una carismática reunión que aglutina a cientos de motoristas, para vivir una aventura muy peculiar durante la que se involucran con su moto en un juego que les sumerge en los parajes más profundos de las montañas ibéricas más grandes. Estuvimos en Artic y te contamos cómo es Artic desde dentro.

No es una concentración, tampoco es un rally, con o sin competir. No es una gyncana. ¿Qué es Artic?

Pues podría decirse que lo primero que debe de hacer quien participa por primera vez en este particular evento es imbuirse del espíritu boy scout. Si lo fue de pequeño, mejor, si lo es alguno de sus hijos, mejor también: le vendrá muy bien sentarse a charlar con él, y que le explique, antes de partir para los Pirineos. Y si no tiene ni ha tenido ninguna relación directa o indirecta con semejante organización, lo mejor que puede hacer es empaparse de ese espíritu leyendo parte de todo lo que hay publicado, por ejemplo, este mismo reportaje.

En realidad, Artic significa: Adventure Road&Trail Internacional Challenge, y en su edición 2019, aparte de sufrir unas temperaturas abrasadoras, en torno a los 40 grados, ha registrado una inscripción de 494 motos y 577 personas. Todas ellas dispuestas, con el mejor entusiasmo, a divertirse a lo largo de la jornada del sábado, tomando parte en un juego con pruebas que, cuando menos, esbozan la sonrisa de todos; y todo ello mientras contemplan, como auténticos privilegiados, los paisajes más espectaculares de la cordillera. Rincones ignotos para una motocicleta a través de los que los participantes de Artic pudieron transitar a paso de desfile, para quedar absortos ante la belleza más agreste que es capaz de mostrar la Naturaleza.

Asfalto y Trail

Las casi quinientas motos inscritas partieron de la base del evento, sita en Benasque (Huesca), desde las 8 de la mañana en grupos con un máximo de 5 integrantes cada uno, para cubrir dos tipos de recorridos: uno propio y exclusivo del asfalto y el otro casi off road por completo, a lo largo de pistas sencillas para la práctica del trail.

Cada categoría, asfalto y trail, tenía preparada cuatro rutas con diferentes puntos de control obligatorio, en los que había que cumplir con los más variopintos requisitos, todos ellos con la diversión como protagonista, para ir sellando puntos en la cartulina de cada participante. Desde meterse en un arroyo pirenaico, de buena mañana, con el agua cubriendo por encima de las rodillas, hasta llenar un envase proporcionado por la organización con una cantidad exacta de agua, calculada a ojo de buen cubero, que luego mediría un juez de la prueba, en un puesto recóndito, con la precisión de una probeta.

Parada de Artic en medio junto a Viella, en un paraje perdido del Pirineo.

Las rutas trail no solo se presentaban como un auténtico lujo en semejantes parajes, sino que a la postre resultaron asequibles para todos los públicos, hasta el punto de que para alguno de los participantes representó su estreno pisando la tierra con su moto. Ningún lugar mejor para hacerlo que en pleno Pirineo y rodeado de amigos, compartiendo una jornada de ruta y aventura.

En cualquier caso, Artic también contó con algún paso de cierta dificultad, pensando en los amantes del trail más pro; aunque, eso sí, advirtiéndolo, readvirtiéndolo y señalándolo de forma bien explícita en el elaborado briefing que se dio a la concurrencia a su llegada durante el vienes anterior.

Un comportamiento ejemplar

Por otro lado, se podría decir que el perfil tipo de Artic es el del motorista eminentemente rutero, con mayoría trail y trail-asfalto, pero, en cualquier caso, exhibiendo un comportamiento que destaca por su exquisito civismo; tanto es así que ya son varias las ediciones pasadas en las que la Guardia Civil han ido a felicitar a los responsables del evento por el excelente comportamiento de todos los motoristas.

Lo cierto es que durante los dos días y pico que convivimos con los participantes de Artic no se escuchó, por ejemplo, ni un solo corte de encendido, ni desde luego tuvimos ocasión de presenciar ni de escuchar hablar de ninguna quemada de rueda.

Felicitaciones

Pero también cabe felicitar a la organización de Artic por algunos logros conseguidos, tan quiméricos, por ejemplo, como el permiso de este año para que las motos pudieran transitar por parajes tan reservados y cuidados como La Besurta, en el Parque Natural de la Madaleta; un hecho que se podría contemplar como insólito antes de que ni siquiera se nos ocurriera imaginarlo, y que sin embargo consiguió Artic, convenciendo a los políticos responsables probablemente con el mejor de los argumentos, el que representa la forma respetuosa de vivir la pasión más intensa y más viva por la moto que practica cada inscrito en Artic.

Aspecto que mostraba el pabellón de Benasque durante la cena de despedida de Artic 2.019.

También cabe entre los logros copados por la organización la larga lista de premios para todos los inscritos, entre los que destacaba un juego de neumáticos Continental, a elegir para la moto del agraciado. Tal fue la ristra de regalos que la entrega a los premiados se prolongó durante todo el tiempo que duró la multitudinaria cena, para más de 600 personas, que Artic ofreció en el pabellón deportivo de Benasque. Una muestra de que las marcas han visto en esta particular reunión un evento que ha cimentado su confirmación, año tras año, a base de un concienzudo trabajo para que cada edición, a principios de julio, todo quede listo y funcione a la perfección en pleno corazón del Pirineo.

Artic en el futuro

Pero Artic tiene sus límites. El primero de ellos es el número de participantes que es capaz de albergar. Con las 500 motos que va registrando en los últimos años, puede decirse que alcanza su tope natural, por definirlo de algún modo, con lo que son muchos los que se quedan fuera a última hora de cada edición. Una circunstancia que hace a la organización de Artic plantearse más de una, o quizá más de dos, ediciones por año, y no siempre repitiendo en Pirineos, sino extendiéndolo también a otras sierras como pueda ser, por ejemplo, la de Gredos.

La edición 2019 ha resultado, en cualquier caso, un completo éxito. Veremos qué es lo que 2020 depara a este personal evento, que va camino de convertirse en una reunión tan carismática como puedan ser las más representativas del mundo motorista; y veremos, también, si no viviremos más de un Artic durante la próxima temporada.

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