Prueba Yamaha MT-09 2024: Introducción, posicionamiento y rivales
Yamaha gusta de innovar en determinados segmentos con grandes aciertos, como la Yamaha T-Max (2000) entre los scooter y algunos modelos incomprendidos, como la Yamaha BT 1100 Bulldog (2001). La Yamaha MT-09 (119 CV, 11.299 €) pertenece al primer grupo. En 2013 se erigió como novedad en el segmento naked, con una propuesta diferente a lo que había en el mercado. El motor CP3 irrumpió como un motor formidable en cifras netas, pero esa primera generación de la MT-09 presentaba algunas aristas por limar en cuanto a comportamiento.
La posición de conducción erguida también la diferenciaba respecto a la competencia, mientras que la estética nos cautivó a casi todos. El cambio de las ópticas delanteras en las siguientes versiones fueron, cuando menos, discutidas; mientras, el comportamiento de la MT-09 se iba desbastando y afinando a cada generación, revelándose como una moto tremendamente eficaz.
Con la diez años cumplidos, Yamaha presenta la 4ª generación para pelear en el segmento naked con rivales como la Kawasaki Z900 (125 CV, 10.599 €), Ducati Monster (111 CV, 12.490 €), Triumph Street Triple 765 R (120 CV, 10.795 €), KTM 990 Duke (123 CV, 15.699 €) o la BMW F 900 R (105 CV, 9.720 €). La Yamaha MT-09 sigue conservando todo lo bueno que tenía, pero ahora en un envoltorio bonito, con mucha tecnología y más fácil de conducir que nunca.
Prueba Yamaha MT-09 2024: Características técnicas y equipamiento
Aunque ahora cumple con la norma Euro 5+, las cifras de potencia (119 CV a 10.000 rpm) y par (93 Nm a 7.000 rpm) se mantienen inalteradas. Eso no quiere decir que no haya cambios. El sistema de admisión tiene ahora dos conductos (antes tres, pero más estrechos) que se conectan con la parte superior del depósito, de modo que, además de respirar mejor, conecta el aullido del motor en la parte alta del cuentavueltas con lo más profundo de tu alma.
El motor sigue siendo un portento a bajas, medias y altas revoluciones de un modo muy lineal. Yamaha sitúa su consumo en 5 l/100 km, pero la realidad se manifiesta en torno a 5,6 l/100 si rodamos sin miramientos, décima arriba, décima abajo, en función de tu condición o las condiciones de la carretera. Para un depósito de 14 litros, permite una autonomía teórica de 250 kilómetros, algo escasos para una salida dominguera, si es que no quieres repostar.
La nueva MT-09 está equipada con un quickshift de tercera generación. Su funcionamiento está tan perfeccionado que permite incluso bajar de marchas mientras se acelera y subir de marchas desacelerando, todo ello sin necesidad de usar el embrague. No obstante, si los parámetros para el cambio no son adecuados para el motor, éste se protege y no permite el accionamiento. En resumen, no permite “hacer el cafre”.
Los cambios más evidentes son los que entran por los ojos, empezando con la nueva óptica delantera, quizás lo más criticado en la segunda y tercera generación. Ahora se concentra en una óptica delantera LED de tipo proyector bifuncional, flanqueado en su parte inferior por luces diurnas LED. El resultado es una óptica que combina con el resto del aspecto de la moto, más rectilíneo que antes.
El cambio es patente en las formas más angulosas del depósito y, sobre todo, por el nuevo asiento en dos alturas, otra de las novedades. En mi opinión es un poco duro. A partir de 100 kilómetros empecé a pensar en él; hasta entonces, no. A otros compañeros les pareció adecuado, así que es más una cuestión de gustos.
También cambia la postura de conducción, cargando ahora más peso en la rueda delantera. No ha cambiado la altura del asiento (825 mm), sin embargo los puños están ahora más bajos y un poco más cerca del piloto. Ambas manetas son ajustables.
Las estriberas están más retrasadas y elevadas, dotando a la MT-09 de una postura más tradicional, en cuanto a lo deportivo, si la comparamos con las versiones precedentes. La palanca de freno es de aluminio forjado y la punta del pedal de cambio se ha rediseñado para reducir la cantidad de movimiento que debe realizar el tobillo durante los cambios, permitiendo un funcionamiento más suave.
En cuanto a la parte ciclo, el chasis de fundición de aluminio no ha cambiado, pero sí el subchasis, más armonioso en sus perfiles con el propio chasis (antes era de tubo redondo). Los frenos siguen siendo de 298/245 mm, con pinzas radiales de 4 pistones/pistón simple, pero la bomba es ahora una Brembo radial, que transmite un tacto y progresividad magníficos.
La horquilla delantera KYB de 41 mm se puede ajustar totalmente en precarga, compresión y extensión, mientras que se ha modificado el diseño de las bieletas de la suspensión trasera y cambiado las cotas muy levemente. Los neumáticos de serie son los excelentes Bridgestone Battlax Hypersport S23 M; le van como anillo al dedo.
La electrónica incluye una IMU de seis ejes que ahora incluye un regulador de deslizamiento trasero (BSR); éste ofrece estabilización cuando la rueda trasera se bloquea, al sufrir un frenado excesivo del motor, para controlar el nivel de par producido; es útil en situaciones en las que resulta difícil activar el embrague antirrebote cuando, por ejemplo, la adherencia es baja.
Se une a los ya presentes sistemas de seguridad en el Yamaha Ride Control (YRC), como son el sistema de control de tracción (TCS) sensible a la inclinación, el sistema de control de deslizamiento (SCS), el sistema de control de elevación de la rueda delantera (LIF) y el sistema de control de frenos (BC). Todos estos sistemas vienen predefinidos en sus respectivos modos de conducción (Street, Sport, y Rain), a los que se suman dos nuevos modos personalizables en los que serás tú quien decida cuánta ayuda quieres de cada uno de los sistemas, así como la entrega de potencia (PWR).
Hay dos maneras de comunicarte con la moto, también para definir tus preferencias del Yamaha Ride Control (YRC) antes mencionado. Una es mediante un smartphone, a través de la app MyRide. La otra es a través de la instrumentación de la moto, que estrena una nueva interfaz realmente novedosa.
Se trata de una pantalla TFT de 5” que incluye el sistema de conectividad; permite la posibilidad de atender llamadas y escuchar música a través de Bluetooth por medio de un intercomunicador conectado a tu casco. Una vez conectados, también se puede utilizar el sistema de navegación gratuito (no requiere suscripción) integrado Garmin StreetCross, con dos modos de visualización.
El primero de ellos te permite ver un mapa en perspectiva como en cualquier GPS y seguir el trazado de la carretera; el problema está en que el mapa no ocupa toda la pantalla TFT, pues esta ha de partirse para mostrar también uno de los 4 modos de presentación de la información (velocidad, rpm, odómetros, etc). Así, ambas ventanas son muy pequeñas y es difícil leer los guarismos más pequeños.
El segundo modo de visualización es por flechas, que aunque también divide la pantalla, se hace más claro de entender. Si no usamos el GPS, la pantalla es más que suficiente para mostrar cualquiera de los 4 modos mencionados y toda la información que contiene.
Los menús son de lo más intuitivo, pero lo que de verdad supone una gran mejora es la nueva piña izquierda. Prescinde del clásico mando de intermitencia y lo sustituye por un botón asimétrico al que te acostumbras en cinco minutos. Su funcionamiento al tacto es de lo más intuitivo y al igual que en muchos coches, permite pulsación corta (tres intermitencias) y pulsación larga (funcionamiento estándar). La cancelación es automática.
Me pareció brillante, pues elimina la habitual confusión intermitencia/joystick sin prescindir del mismo, que se sitúa en la parte alta de la piña; su funcionamiento es impecable y tan lógico como navegar por el menú de la pantalla. En la parte superior de la piña todavía queda espacio para el control de crucero, también con pulsación corta (incremento/decremento +/-1) y pulsación larga (incremento/decremento +/-10). Funciona a partir de la 3ª velocidad y por encima de 40 km/h.
Por último, Yamaha ha creado una serie de accesorios modulares, incluyendo pantallas y protectores de puños que permiten cierta protección contra el viento, así como asientos (más bajos o más cómodos) o sistemas para almacenar equipaje. Entre todos ellos destaca la línea de escape Akrapovic, que no solo aligera el peso y el rendimiento de la MT-09, sino que también mejora la línea de la moto
Prueba Yamaha MT-09 2024: Cómo va la Yamaha MT-09 2024
La presentación internacional de la Yamaha MT-09 tuvo lugar en Lanzarote, con paisajes que sobrecogen el espíritu. La ruta discurrió por más de 220 kilómetros, que como decir que recorrimos toda la isla. Supuso la distancia justa para un depósito. Finalizado el día, repostamos las motos con casi 50 kilómetros de autonomía por delante según el ordenador de a bordo, que cifró el consumo en 5,7 l/100 por la mañana y 5,6 l/100 al final de la jornada.
Saliendo del hotel y durante los primeros compases de la ruta, pude comprobar que es muy ágil en los cambios de dirección de las rotondas. El manillar ancho otorga un brazo de palanca que hacen percibir la moto más ligera que los ya ligeros 193 kg con todos los llenos hechos. Ayuda la distancia entre ejes de solo 1.430 mm. También pude constatar que es mucho más agradable el modo Street para circular entre tráfico que el modo Sport, demasiado reactivo al primer golpe de gas y que reservo para más adelante
Es muy fácil emplear el control de crucero, así como leer cualquiera de los 4 modos de presentación de la información. La unidad de pruebas venía con la ruta instalada y puesto que disponíamos de un guía al frente de la comandita, me era más cómodo prescindir del GPS y circular sólo con la pantalla estándar.
De haber tenido que buscar la ruta, hubiese preferido el guiado por flechas, siempre más legible al primer vistazo. Ya en parado, me había llamado la atención el mando de la intermitencia. El diseño me pareció brillante por original. Su funcionamiento es tan elemental que enseguida parece más lógico que el sistema tradicional. Otras marcas se han enfrentado al rediseño de la intermitencia, siempre desde una perspectiva más compleja. El éxito reside en el diseño sencillo, intuitivo.
Cambiando al modo Sport, no tardas en reencontrarte con el viejo conocido, el CP3. ¡Qué motor! Su elasticidad lineal permite (por supuesto) el circular fluido y acompasado. Pero pronto, dos factores empiezan a exacerbar tus ganas de marcha: el motor es lineal, sí, pero engancha con garra a tu solicitud de gas y sube de vueltas a velocidad pasmosa. El ruido de admisión es excitante, textualmente. A eso se añade que es una moto corta y ligera, es decir, ágil.
Pronto se pone a los mandos el piloto que tienes dentro; y eso es buen síntoma, porque es fruto de la confianza que sientes a sus mandos. Bajo carga de gas la moto aligera el tren delantero hasta el punto que tú quieras. Y si quieres, caballito. Caballito hasta donde quieras, porque la regulación de caballito determina el máximo que te permite subir la rueda delantera (bastante/mucho/muchísimo). La electrónica opera con sigilo y eficacia; esto incluye el quickshifter.
La conducción se limita a elegir la línea, que en el caso de la MT-09 es múltiple, pues permite cambios de trazada (siempre dentro de un orden) en función de muchos factores. Uno de ellos es el magnífico grip de los Bridgestone Battlax Hypersport S23 M de serie, así como el tarado de la horquilla, perfecto para mi gusto. El amortiguador es un poco seco en baches y juntas de dilatación, pero aguanta bien la petición de servicio a paso ligero. La frenada está en línea con el resto de la moto.
La bomba radial freno proporciona tacto y precisión muy buenos y no desfallece, al menos en carretera, pero intuyo que tampoco lo hará en las más que aconsejables incursiones de esta moto en pista, donde estoy seguro que dará muchas satisfacciones. La nueva ubicación de las estriberas permite inclinar mucho, más todavía sin avisadores (son un poco largos).
Al final de la jornada me doy cuenta de que me lo he pasado muy bien. Siempre me lo había pasado bien con un CP3 entre las piernas, pero nunca de una manera tan fácil y divertida. El encanto de las buenas motos es el de elevar más aún el placer que de por sí supone montar en moto. La MT-09 es potente, ligera, divertida y está en ese club.
