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Prueba Zontes Z2-125 2021

Apuesta naked urbana de calidad
Fotos: Javier Ortega
La Z2-125 es la nueva naked del gigante asiático Zontes. Apta para carnets A1 y B, es sin duda alguna una utilitaria de excelente relación calidad-precio, y no defrauda ni por componentes, ni por estética, ni por comportamiento dinámico. Además, la importa Motorien, siempre una garantía por su experiencia y solvencia en el mercado nacional.

Zontes es una marca de origen chino que llegó a España hace tres años. La Zontes Z2-125 ha sido el último modelo del catálogo en llegar, pero repasemos brevemente todo lo que ha dado de sí la marca de la Z en este tiempo. Empezaron comercializando, de la mano de Turbimot (FB Mondial, Super Soco, SWM, etc.) las versiones 310: la Zontes T310, Zontes R310 y Zontes X310. En 2019 llegaría la Zontes V310. Estamos hablando de una trail, una naked, una sport-turismo y custom, respectivamente. Motos que se desenvolvían realmente bien, especialmente la primera, con un gran éxito comercial. 

El año pasado ampliaron gama con los modelos de pequeña cilindrada para carnet B/A1: las 125 cc. Unas motos, que, en sus diferentes versiones, se han convertido en una referencia en cuento a equipamiento, calidad de componentes y equilibrado funcionamiento. Motos capaces de rivalizar con modelos japoneses mucho más caros y no por ello mejores, al menos aparentemente. Todas ellas comparten la misma base, con diferencias que no van más allá del aspecto exterior, el recorrido de las suspensiones o el tipo de llantas y neumáticos utilizados.

La Zontes G1-125, la versión naked-scrambler, sin duda es la que más expectación ha causado entre el público, pero tampoco se quedan atrás la Zontes U125 (naked hiper llamativa de estilo «transformer») y la Zontes U1-125, una suerte de combinación entre las dos anteriores con una estética naked y un enfoque trail.  

La Zontes Z2-125 es la más discreta estéticamente, ofreciendo además una agradable conducción, habitabilidad y todo ello sin renunciar a un toque picante y deportivo. Su precio: 2.995 €. Lejos de la competencia nipona con su equipamiento (la Honda CB125R cuesta 4.625 € y la Yamaha MT-03 4.899 €), y por encima de modelos chinos, y japoneses (La Honda CB125F tiene un precio de 2.750 € y la Yamaha YS125 2.799 €), más sencillos.

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CARACTERÍSTICAS Y EQUIPAMIENTO 

Pese a ser una moto del octavo de litro, la Z2 tiene un equipamiento digno de motos mayores, más aún si tenemos en cuenta como ya hemos mencionado antes, su precio. Y es que por menos de 3.000 € no encuentras en el mercado una 125 cc animada por un monocilíndrico con refrigeración líquida y 4 válvulas, dotado, además, de embrague antibloqueo. Es de fabricación y diseño propio. En este sentido, es interesante destacar que Zontes fabrica más de 2 millones de motores al año, la mitad de ellos, para otras marcas. Para propulsor de la Z2 se declaran 13 Nm de par a 7.000 rpm, y 14.5 CV de potencia máxima a 9.000 rpm. Otro componente de calidad que atañe a la motorización, es su inyección electrónica BOSCH MSE 6.0. Y por supuesto, se rige bajo la normativa anticontaminación Euro 5.

El chasis es de simple cuna de acero. A él se ancla el motor y entorno al bastidor se desarrolla el resto de la moto. Llama especialmente la atención su basculante en fundición de aluminio asimétrico, en forma de boomerang por el dado derecho para dejar hueco al catalizador y el escape que se sitúa bajo el motor. El monoamortiguador, regulable en precarga de muelle para adaptarse a uno o dos ocupantes, y en definitiva al peso que ha de soportar el conjunto, se ancla directamente al bastidor por arriba, y al basculante por debajo. Carece por tanto de progresividad al no contar con bieletas. Sea como fuere, y como veremos más adelante, cumple notablemente. La suspensión delantera, por su parte, se compone de una masiva horquilla invertida no regulable. Tiene unos reglajes muy adecuados y polivalentes, y es idéntica al resto de Zontes de 125 cc. 

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Lo mismo ocurre con los frenos, compuestos por un disco delantero de 300 mm mordido por una pinza de dos pistones firmada por Zontes, y un disco trasero de 230 con pinza de simple pistón. El ABS es BOSCH 9.1, y su funcionamiento, intachable. Pero hay más elementos que hacen de la Z2 una 125 realmente muy bien dotada. La iluminación es full-LED (faros e intermitentes), y sinceramente hay que quitarse el sombrero de lo increíblemente bien que alumbra su grupo óptico delantero. Un diez. También dispone de piñas de mandos retroiluminadas para verse perfectamente de noche, manetas de freno y embrague regulables, y una toma USB de 2.1A escondida tras el embellecedor delantero izquierdo. Un detalle que no pasa desapercibido. Tampoco lo hace la parrilla portabultos que incorpora de serie, y que es desmontable si prefieres prescindir de ella para acentuar la línea deportiva de la zaga. El asiento en dos alturas es amplio y confortable, y el depósito de combustible de 17 litros de capacidad. Con apenas 3 litros a los 100 km recorridos de consumo, se adivina una autonomía encomiable.

Para completar el equipamiento, destacar la instrumentación por pantalla TFT con indicador de marcha engranada, modo Sport y Eco (en la práctica no se diferencian), nivel de combustible, etc.; las llantas de aleación de aluminio calzadas con neumáticos en medidas 110/70-17” delante y 130/70-17” detrás, y la utilización de una batería de gel exenta de mantenimiento más ligera que las convencionales. 

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EN MARCHA

Definir en una frase el comportamiento de la Zontes Z2 125 es muy sencillo. Es una moto amigable, manejable, fácil de conducir y que desprende buena calidad general. A partir de ahí vienen aspectos muy favorables, y otros algo mejorables. 

Por ejemplo, me ha encantado su habitabilidad, algo de lo que carece su hermana, la U125, más pensada en gente joven y menuda. En la Z2 cabe cualquiera, grande o pequeño, y tiene un asiento y una disposición de los estribos (algo adelantados todo hay que decirlo), que favorecen la conducción de pilotos de todas las tallas. Además, el asiento es amplio, confortable, y te deja llegar con los dos pies al suelo sin problema con sus 830 mm de altura con respecto al suelo. El cuerpo queda en una posición erguida y confortable, que favorece la visión de lo que ocurre varios coches por delante al circular entre el tráfico. Pensando en maniobras en parado y a baja velocidad, el radio de giro del manillar podría ser un par de grados o tres superiores, pero no es tan cerrado como para criticarlo. Además, está todo en su sitio: los mandos accesibles, las manetas regulables, los espejos elevados y capaces de ofrecer una sensacional perspectiva de lo que acontece a nuestras espaldas; y para colmo si llevas el teléfono móvil descargado o usas navegador, pues tiene toma de USB. No tiene llave inalámbrica, pero a cambio la misma emula el propio frontal de la moto en su diseño.

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En ciudad el motor responde de forma resuelta. La primera velocidad es cortita. Ayuda en las salidas y da reprís a un conjunto que no es particularmente ligero (160 kg declarados con todos los llenos). Aun con todo no se percibe particularmente pesada. Después el resto de marchas está muy bien escalonada, incluso la sexta velocidad para autopista, puesto que es capaz de cortar encendido con pendiente favorable. Alrededor de los 120 km/h de marcador. Sea como fuere, lo más normal es ir jugando entre la 5ª y la 6ª para extraer todo su potencial y poder sobrepasar a camiones y autobuses en este entorno, así que no esperes grandes prestaciones en vías rápidas, porque no las tiene. Lo suyo es más la ciudad, y rodar con soltura entre los 90 y 100 km/h. Así, cero inconvenientes. Entre otras cosas porque ni percibes las vibraciones a la altura del depósito que si ocurre cuando la llevas «a tope», ni se siente que vaya forzada.

Por cierto, el corte de encendido se sitúa a 10.000 rpm de marcador, aunque la línea roja está a 9.000 rpm, momento en el que teóricamente rinde su potencia máxima. En este sentido, si bien se agradecen sus bajos y medios (dentro de que se trata de una 125 cc), en lo más alto del cuenta vueltas se echa en falta algo de pegada, y la prueba es que la llevas al corte muchas veces sin apenas darte cuenta en marchas intermedias. Un detalle que podría ser mejorable, o no, porque es más una apreciación personal que verificada, es el sonido del motor. Es algo «enlatado» a altos regímenes de giro. Es cuestión de gustos. 

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Esta Zontes Z2-125 es una moto muy equilibrada en el comportamiento de su parte ciclo. La verdad es que lo borda. El chasis ofrece la rigidez justa, y se maneja con seguridad y con la sensación de solidez de motos mayores. Además, la horquilla trabaja de manera sobresaliente, ya sea en zonas rizadas con asfalto irregular, como en carretera abierta con buen firme. Tiene unos reglajes internos muy bien resueltos y responde bien siempre: de sobresaliente. El amortiguador es más seco, más brusco si se quiere, pero en ningún momento ofrece mal tacto, y mantiene la parte trasera siempre apoyada contra el asfalto y lista para superar cualquier obstáculo. 

Respecto a la frenada, esta Zontes se detiene con rapidez. Tacto y potencia se combinan en la leva derecha para ofrecer seguridad y precisión al conductor. Al pedal derecho le ocurre lo mismo, y es un excelente apoyo al freno delantero antes de que, si lo presionas en exceso, comience a actuar el ABS. Delante tarda en hacerlo, como debe ser, y está reglado para actuar en caso de «panic braking», y no ante una fuerte apurada de frenada. En caso de traspiés y caída maniobrando, por ejemplo, viene equipada con unos protectores de motor y chasis prácticos iguales a los de la Zontes G1-125.

 

Valoración Final

Como ocurre con sus hermanas de marca y cilindrada, la Zontes Z2-125 cc es una moto muy bien resuelta. Equipada con componentes de calidad, ofrece un notable rendimiento en líneas generales, y no tiene ningún punto débil circulando a sus mandos. Todo lo contrario, es una moto muy interesante en las más diversas situaciones. El diseño también juega muy a su favor, con un innegable atractivo tanto para jóvenes como para mayores. Es una moto con porte, y no solo parece de mayor cilindrada, sino que es perfectamente válida para conductores de las más variadas tallas. Además, esta sensación de «moto grande» no afecta a su comportamiento en ciudad, sin duda alguna su hábitat natural. 

Lo mejor
  • Comportamiento
  • Ergonomía/Habitabilidad
  • Equipamiento
Mejoraríamos
  • Vibraciones en el depósito
  • Sonido del motor

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