La historia de FB Mondial podría considerarse paralela a la de muchas de las marcas europeas del siglo XX, especialmente de muchas compañías que vivieron sus años de gloria en la postguerra en una Europa en reconstrucción y que llegaron a su ocaso en el último cuarto de siglo, desapareciendo por un tiempo para volver a la vida en el nuevo milenio.
Fundada en 1936 por Giuseppe Boselli con la colaboración de sus hermanos Luigi, Carlo y Ettore, FB Mondial comenzó a ganar relevancia tras acabar la Segunda Guerra Mundial, cuando se traslada a Milán. Es en ese punto en el que la firma comienza a destacar en competición y a labrar el nombre que aún hoy permanece en el recuerdo de muchos. El caso es que en 1949 se llevaron el primer Campeonato del Mundo de Velocidad tanto por marcas como por pilotos, coronando a Nello Pagani como campeón de 125. Los dos años siguientes continuaron con el monopolio y Bruno Ruffo en el 50 y Carlo Ubbiali en el 51 siguieron los caminos de Pagani. El doblete en 125 y 250 llega en 1957 con los títulos de Provini y Sandorf y la consecución en ambas categorías también del título de marcas.
A finales de los 50 dejan la competición para centrarse en las motos de serie y durante casi 20 años estuvieron fabricando motos hasta que en 1979 decidieron poner punto y final al proyecto. Pero lo que era un punto y final se convirtió en un punto y a parte cuando a comienzos de este siglo se comenzó a trabajar en la vuelta de las FB Mondial a la vida, algo que terminó cuajando ya en la presente década. La FB Mondial HPS 125 es una de las muestras de ese regreso a la vida de la marca, aunque ya con una concepción diferente y unos tiempos totalmente distintos, ya que la HPS 125, como muchas otras motos de 125 se fabrican en el continente asiático, lejos de Milán.
Eso no quiere decir que la HPS 125 no sea un producto de buena calidad, era solamente una introducción para aquellos a los que Mondial les sonaba de algo y no sabían de qué o para aquellos que no la conocían. Dicho esto, vamos a subirnos a ella y ver qué es capaz de ofrecer una moto pensada para que la disfruten aquellos con el permiso A1 o con el carné de coche convalidado.
De entrada, a la hora de subirse destacan sus medidas. Es una moto compacta, con el asiento bajo y un manillar muy ancho. En principio el asiento tan bajo parece que nos va a resultar de gran ayuda a los que tenemos poca estatura, pero es un efecto visual y es que como la moto es ancha, el asiento también lo es y aunque está relativamente cerca del suelo a efectos prácticos se necesita algo más de altura. El manillar es ancho y con los retrovisores aún más ancho. Este tamaño hace que la moto sea cómoda y junto con el asiento nos proporciona una buena ergonomía, el problema llega cuando queremos meternos entre el tráfico y es que como los retrovisores sobresalen al manillar nos va a costar en algunos tramos.
Si hablamos de las prestaciones del motor, hay que tener que nos situamos cerca del límite por ley en lo que a potencia se refiere ya que entrega, según los datos de Mondial, 13,6 cv. Gracias a ello y aunque el peso en seco es algo más alto que el de la mayoría de 125 (130 kilos declarados en seco), nos podemos mover con soltura tanto en ciudad como es obvio, como en los alrededores. Como siempre que podemos, nos metemos en autopista para saber cuál es la velocidad máxima que marca el velocímetro y hay que decir que sus seis marchas permite que podamos tener una velocidad media, gas a fondo, por encima de los 110 km/h con puntas algo por encima de los 120 km/h y penalizando algo en las cuestas que podemos encontrar. Eso sí, en carreteras convencionales tenemos moto para ir a la velocidad marcada por las señales de manera cómoda. Igualmente, en los primeros metros tenemos una aceleración que se puede comparar a la que nos entregan las 125 de gama media-alta y es que la Mondial HPS 125 se trata de un modelo que podemos considerar como tal.
El sistema de frenado se confía a un conjunto con CBS en lugar de ABS, lo que hace que al accionar el freno trasero también envíe fuerza al delantero (con pinza radial) haciendo una frenada combinada que ayuda a detener la moto lo antes posible. Además como detalle, decir que emplea latiguillos metálicos que si bien en una 125 no debería afectar mucho, es una muestra de la calidad del modelo además de un seguro de que la frenada no perderá mordiente. En cualquier caso frenando solamente con el delantero tiene también suficiente mordida, más aún teniendo en cuenta que monta unos neumáticos cortados simulando la estética que vemos en las motos scrambler y que podríamos considerar como de uso mixto en lugar que de uso 100% asfáltico.
