Da igual dónde se viva o qué tipo de moto se tenga, los malditos cacos están siempre al acecho y más de uno y de dos hemos vivido en primera persona lo que se siente cuando te enteras que tu moto ha sido robada. Por desgracia el punto fuerte de las motos, que es su movilidad, su tamaño reducido y su contenido peso hace que cuando un bastardo decide que la quiere, lo tiene realmente fácil. Pero es más, este mercado de moto robada, es fomentado muchas veces con compras de piezas baratas a las que no se le da importancia de su lugar de procedencia en lugar de comprarlas en lugares especializados y legales.
El caso es que hay infinidad de productos pensados para evitar o, mejor dicho, dificultar el robo de nuestras motos. Desde cepos, a candados, inmovilizadores, bloqueos… y también localizadores GPS que indican donde está la moto una vez se ha producido el desastre.
Sin embargo, este usuario brasileño ha tenido una idea bastante peculiar. Ha comprado una Yamaha Tenere a estrenar y lo primero que ha hecho ha sido, sin desmontar más que el sillín y tapar el faro, pintar toda la moto de naranja fluorescente. Así, a primera vista, uno piensa que nadie va a querer robar esa moto por lo fea que es. Hay que reconocer que si el diseñador de esta moto lo ve es probable que decida arrancarse los ojos. Sin embargo, se puede mirar de otra manera y es que todas y cada una de las piezas han quedado marcadas con un particular color naranja que hará complicado el que incluso una vez despiezada esa moto no llame la atención.
No sabemos si será una manera eficaz, eso sí, siempre se ha dicho que cuanto más llamativo es un vehículo, más complicado es que lo roben. ¿Estarán en lo cierto?
