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Tucano Urbano: fábrica de estilo y confort

Fotos: SMN / Tucano
Recientemente hemos visitado la sede central de la firma, situadas en Peschiera Borromeo, una localidad colindante a Milán. Allí hemos podido conocer de primera mano la historia de la marca y sus nuevos productos, pero también charlar con sus responsables y circular en moto por Milán equipados con sus protecciones térmicas.

En la actualidad Tucano Urbano es una marca con un peso específico dentro del mundo de la moto y más especialmente si hablamos de equipaciones y protecciones contra el frío, donde son referentes. Pero para llegar a ser una marca “top” en un mercado tan competitivo hay que tener buenas ideas, visión de negocio y creer en el proyecto. Prueba de ello es que Tucano Urbano es una “escisión” de Tucano Milano, cuya andadura comenzó hace 20 años aunque con un negocio que poco o nada tiene que ver con la moto.

Aunque parezca extraño, el negocio principal de Tucano era fabricar bolsas y maletines para ordenadores portátiles. Con el tiempo comenzaron a diversificar y comenzaron con el diseño y la fabricación de equipación para moto. Ese fue el inicio para, más tarde, separar el camino de dos empresas hermanas lo que nos lleva hasta las afueras de Milán para conocer lo que a día de hoy es Tucano Urbano y lo que representa, con una prueba de producto de esas de verdad en las que pones a prueba lo que te ofrecen en las condiciones que luego se reproducen en el día a día de cualquier usuario de moto.

Visitamos la sede de la firma italiana

La llegada

Desde el mismo momento que uno pone el pie en las instalaciones de Tucano Urbano, se da cuenta de que el diseño y el estilo están en el ambiente. No obstante y dejando de lado las oficinas, más convencionales, la zona del showroom y la sala de reuniones son espectaculares, así que no es de extrañar que de esas instalaciones salgan las creaciones que luego impregnan de diseño y clase a los usuarios de medio mundo.

Una de las cosas que te queda claro, si es que aún no lo tenías, es que Tucano Urbano no es solamente protección contra el frío en forma de mantas o manoplas, si no una empresa que se dedica a suministrar confort a los usuarios de moto.

Después de ese primer momento, comenzamos a conocer los secretos de una marca que, como luego comprobamos en nuestra ruta por el centro de Milán, es profeta en su tierra. Sin complejos y hablando claro, los responsables de Tucano Urbano nos abrieron la puerta a un modelo de negocio que visto lo visto está dando los pasos en la dirección correcta y que tiene entre uno de lemas el de “Prendas honestas”. Esto quiere decir que la firma milanesa no va a ser la más barata del mercado, pero que su relación calidad-precio estará siempre fuera de toda duda, algo que cualquiera puede corroborar. Pero además de este “estandarte”, en Tucano tienen cuatro características que cualquiera de sus productos deben cumplir: ingenio, estilo, practicidad y óptima relación calidad-precio.

Visitamos la sede de la firma italiana

En la actualidad, Tucano Urbano lucha por seguir creciendo y evolucionando pero siempre fieles a su filosofía de conseguir hacer la vida más fácil a los usuarios. Para ello, un día por semana se reúnen los diferentes departamentos y se ponen a pensar en los futuros productos, analizan prototipos, evalúan el camino a seguir y después de varios meses (el proceso comienza en marzo) para el mes de junio comienza la producción de la línea que llegará a las tiendas de cara al invierno. No hay que olvidar que en un mundo global, la logística marca los tiempos y aunque entrar en producción junio pueda parecer temprano, la realidad es que después de todo el proceso el material llega justo para el momento clave, cuando el frío comienza a hacer acto de presencia.

Eso sí, a pesar de esto, cuando uno está en Tucano Urbano comprende a ciencia cierta que no estamos hablando de ropa de moto para el frío, si no también de protección para el verano, por lo que en realidad el ciclo mencionado antes se repite una y otra vez con las colecciones de invierno y verano.

Uno de los puntos en los que más orgullosos se sienten en Peschiera Borromeo es que muchos de sus productos, especialmente sus guantes, protecciones y chubasqueros pasan rigurosos test específicos y estandarizados por terceros y lo hacen con buena nota, en el caso de los impermeables llegando a conseguir para algunos modelos el certificado 343:2008 que es el que se exige para la ropa que emplean los trabajadores bajo la lluvia.

La hora de la verdad

Después de la cálida acogida que tuvimos por parte de los responsables de la firma italiana, llegó el momento de pasar al frío de Milán. Con unos 7ºC de temperatura ambiente y atardeciendo, llegó el momento de comprobar si todo aquello que nos habían contado sobre sus productos y lo confortable de ellos era cierto. Así pues, equipados de arriba a abajo con su colección de invierno y con una moto equipada con manoplas y manta nos pusimos en marcha.

He de confesar que nunca había probado una manta y que, de hecho, me parecía un accesorio que rompía la estética de la moto, algo parecido a lo que sucede con las manoplas. Sin embargo, a toro pasado, reconozco que estaba equivocado y que aquello de “ande yo caliente ríase la gente” cobra una nueva dimensión. Todo aquel que se halla subido en una moto o un scooter en invierno sabe el frío que hace y aunque la ropa de temporada ayuda, os puedo asegurar que descubrí un mundo nuevo, rompiendo todos los esquemas.

Visitamos la sede de la firma italiana

Nuestro trayecto empezó por autopista y, teniendo en cuenta que la noche se echaba encima y que el ambiente estaba más que fresco, empecé la ruta con incredulidad, pero después de los primeros metros no pude más que dibujar una sonrisa. A pesar de todo estaba calentito, casi como si estuviera debajo de la manta de la mesa camilla de la abuela aunque sin el brasero cerca y esquivando el tráfico. Precisamente ese era otro punto que me preocupaba, el de la limitación por parte de la manta de la maniobrabilidad, pero lo cierto es que no afecta lo más mínimo y eso que el tráfico de Milán en plena hora punta de la tarde era intenso y que allí eso de respetar las señales no se estila.

Al final, después de cerca de tres horas de ruta y de llegar de nuevo a las instalaciones de Tucano Urbano en torno a las 8 de la tarde, cuando todos en la sede se habían ido ya a casa y es la hora del aperitivo, me había convertido. Dicen que uno no sabe lo que se pierde hasta que lo prueba y en esta ocasión así fue.

Ahora llega el buen tiempo y es hora de ir pensando en la equipación de verano, pero para el otoño, en cuanto empiecen caer un poco las temperaturas: manta y manoplas, sin duda.

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