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Román Ramos: nuestro privadísimo en el WSBK

Fotos: Javier Artés
Román Ramos es nuestro tercer representante en el Mundial de Superbike. El piloto cántabro del Team Goeleven Kawasaki se muestra siempre como una persona sencilla con las ideas muy claras, y también, sin duda, a lo largo de la conversación que mantuvimos con él sobre el panorama que ofrece hoy su campeonato, y, por extensión, del momento que viven en la actualidad las carreras en general.

La nueva normativa, implantada en el arranque de esta temporada, ha afectado a las marcas de una manera diferente, rebajando el régimen máximo del motor, en unas motos más y otras menos, resultando las 1.200 rpm de la Kawasaki oficial, al parecer, el recorte más drástico. Nuestra primera pregunta para Román va en esa línea…

– ¿Te ha afectado en alguna medida la nueva normativa?

Al final, a nosotros también nos ha afectado. Y la verdad es que no sé decir si nos perjudica o si nos beneficia. Yo pensé que nos iba a beneficiar bastante, pero no está siendo así. Sí es verdad que el motor corre más, pero sólo eso.

– Tradicionalmente se decía que cuando llueve, aparece la oportunidad de verse en cabeza para los pilotos privados. Siendo cántabro, parece obligado que el pilotaje en mojado se te tenga que dar bien.

No. No me va mal. Y me siento bastante seguro, sobre todo cuando ajustamos bien la electrónica, que es totalmente diferente en agua.

– ¿Qué curva o qué sector, o en definitiva, qué es lo que más te gusta de la Ronda de Jerez?

Todo. El circuito, la ciudad…, pero si al final Dorna tiene claro que hay que ir, en este caso, a Argentina, es lo que nos toca. Nosotros no podemos decir nada. Desde luego que me gustaría correr este año en Jerez, pero seguro que Mercado, por ejemplo, prefiere ir a Argentina.

– Siempre le sacarías un punto más a Jerez, ¿no es así?

Claro, es el circuito en el que he corrido siempre, y cuando llegas, ya tienes la sensación de que sabes por dónde ir. Aunque si luego no tienes la moto a punto (sonríe), te cuesta un poco más ir por el sitio.

– Reflexiona por un momento y añade:

Lo que estaría bien es que viniera a Jerez la mitad de público que va a MotoGP, con la mitad nos conformábamos. Es muy triste ir allí, o ir a Motorland, y no ver a nadie. La gente que va a ver MotoGP se sienta, ve la carrera y se marcha a casa, nada más. Ni siquiera saben qué tiempos hacen. En Super Bikes, puedes estar en el paddock, ver el paddok-show, puedes también preguntar a los pilotos, y todo por 45 euros.

Román Ramos escuchando una de nuestras preguntas.

– En Francia, por ejemplo, durante la semana anterior a las 24 Horas Motociclistas de Le Mans, los colegios llevan a los niños a ver el circuito como una actividad extra escolar más. ¿Algo así ayudaría en España?

Bueno, en Valencia, en algún test, también lo he visto.

Lo cierto es que hemos recorrido el vial de Jerez durante vuestras carreras y hemos visto tribunas y tribunas completamente desiertas, mientras que compitiendo, por ejemplo, en un simple campeonato de aficionados, como es la Mac90, hemos visto desde la moto esas mismas tribunas con un número discreto de espectadores, desde luego, pero con alguien al fin y al cabo.

Sí es verdad que, cuando se hacía Valencia, en 2007 y 2008, no era MotoGP, pero había mucha gente en las dos primeras gradas del final de recta. Ahora, en cambio…

– ¿Crees que, recuperando espectáculos como el de la vuelta lanzada en la Superpole, iría más gente en España a ver las SBK?

Yo creo que no, porque da la impresión de que el tipo de afición ha cambiado. Tú fíjate en la gente que va a vernos a Magny-Cours, a Holanda o a Australia, son gente mayor, casi toda. No ves a algunos chavales, como gente joven de mi tierra que conozco y que va a MotoGP sin entrada. Van a emborracharse y ya está. No son capaces de valorar las carreras, ni lo que hacemos. Y eso, al final, te jode.

– También se ha hablado de introducir algunas variantes en el WSBK para hacerlo más atractivo, se ha hablado incluso de hacer tres carreras durante el mismo fin de semana, una el sábado y dos el domingo.

No le veo sentido, la verdad.

– Por otro lado, se observan cada vez más encontronazos, choques en MotoGP, sin duda porque la estabilidad de las motos lo permite. ¿Piensas que hay la misma agresividad en SBK?

Agresividad sí que hay. Incluso yo diría que más que en MotoGP. Lo que pasa es que tal vez ellos lo hagan más oculto, o más discreto. No sé, quizá sean algo más zorros.

Román mirando el monitor de tiempos en su box, después de una sesión de entrenamientos.

– En vuestro campeonato, todas las motos son derivadas de las de serie, y, claro está, no podéis montar esas alas de MotoGP. ¿Has pensado alguna vez si os favorecería en algún circuito, si tendría algún efecto?

Jamás lo he pensado. De hecho no sé lo que puede favorecer realmente en MotoGP. Sí que corren más que las SBK, pero no pasan cien kilómetros por hora más rápidos que nosotros, y no sé en qué aspecto pueden mejorar.

– No sé… se nos ocurre, por ejemplo, en Motorland, al final de la curva 10, cuando llegáis en subida y se aligera el tren delantero yendo bastante deprisa.

Al final de esa curva, tampoco sales tan fuerte. La hacemos en tercera, o sea que 180, como mucho, y aunque se levante la rueda, no vamos a tanta velocidad. Igual sí que hace algo, pero no sé, la verdad.

– Con el auge del segmento naked, cada vez más potente y sofisticado, tú, que corres con motos derivadas de la serie, ¿te imaginas cómo sería un campeonato con motos Super Naked? Podría ser algo así como el supermotard a alta velocidad, ¿no?

Pues no me lo he imaginado, la verdad. Es cierto que yo, si me comprase una moto, que no tengo el pensamiento de hacerlo, sería una naked antes que una erre para ir por la calle, la verdad. Es mucho más cómoda, porque imagínate ir en ciudad con una erre, tiembla y es muy rígida. Y sí que las nakeds son más cómodas, pero, para la competición, la verdad es que nunca me lo he planteado.

Lo cierto es que, hace algunos años, se llegó a un punto en el que las erre fueron poco menos criminalizadas; y de hecho pasaron a ser, prácticamente, motos que se vendían, y que se venden, para ir directamente al circuito, sin casi pisar la calle. Al final una naked de ahora es una moto igual, con el manillar alto, un poco menos de admisión, algo menos de compresión en la culata… El hecho de que prácticamente criminalicen las deportivas en la carretera y luego hagan naked que tienen los mismos CV, con menos suspensiones, y menos frenos, al final es lo mismo, la moto corre igual. ¿Es que es menos peligrosa porque tiene el manillar alto?

Román Ramos explicándonos cómo es su equipo, el Goeleven Kawasaki

– Es verdad que, si observamos tu moto en el box, vemos los semimanillares muy abajo, desde luego, pero también los encontramos muy abiertos, abiertos hasta casi hacer el efecto de un único manillar plano que está debajo de la tija.

Sí, es así; y también sé que se hace la Z Cup de Kawasaki; pero yo creo que, de momento, para el público, para la televisión, las carreras que hacemos ahora con estas motos es lo mejor.

– Volvamos a vuestras motos de ahora y al Mundial de Superbike. Siempre te hemos oído decir que tu equipo, el Team Goeleven Kawasaki, es como una familia, ¿sigue siendo igual, incluso cuando aparece algún fantasma electrónico, como el de Motorland, que no deja a la moto ir bien del todo?

Sí, siempre lo digo, es una familia, porque realmente es así, es una familia, y me siento súper arropado. Cuando las cosas no salen como esperamos, estamos todos un poco cabizbajos, pero al final seguimos trabajando, porque es lo que toca. Si fuera fácil, estaríamos todos ganando. Este es mi cuarto año con ellos, los mecánicos no han cambiado, y sólo ha venido un técnico de electrónica nuevo.

– Es llamativo que un piloto se mantenga nada menos que cuatro temporadas en un equipo privado de un mundial, porque sería fácil para ellos probar con otro, a ver si de esa forma subían algún puesto en la clasificación. ¿Cuántos miembros forman tu equipo?

Pues dos mecánicos, el ingeniero, el técnico en suspensiones y el encargado de las gomas. Cinco. La verdad es que yo me siento muy apoyado, muy arropado, y eso me anima mucho sobre la pista.

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