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Brembo GP4-MS: tecnología de MotoGP a tu alcance

Frenada inaccesible al desaliento
Fotos: Brembo / MotoGP
Siempre decimos que la tecnología de competición termina llegando a la calle. Pues bien, gracias a las nuevas pinzas Brembo GP4-MS esta afirmación es más cierta que nunca.

Cuando hablamos de competición siempre nos centramos en el motor, en el chasis, las suspensiones y los neumáticos, pero hay una cosa que damos por hecho: los frenos. Poco se habla actualmente de los frenos en competición y eso es síntoma del buen trabajo que durante décadas han hecho los fabricantes, entre los que destaca Brembo.

Con el resto de las partes que hemos comentado en evolución, al final hay que hacer que la moto pare desde velocidades más altas y no sea accesible al desaliento, es decir, que siempre esté en las mejores condiciones para afrontar frenada tras frenada. Es por eso que la tecnología “monobloque” se instauró en la competición y, también, es el motivo por el que ahora está también en la calle.

Las ranuras ayudan a la evacuación del calor

En esta ocasión ha sido Brembo quien ha puesto en el mercado su nueva pinza GP4-MS que está fabricada en un único bloque de aluminio que se mecaniza para obtener el producto. Lo más estandarizado es que en lugar de esa manera se hicieran a través de moldes de fundición. La ventaja del monobloque en este sentido es clara, ya que sus características mecánicas y técnicas son superiores y su rendimiento aumenta.

De cara a la versión 2023, esta pinza cuenta con una más que interesante novedad y es que está disponible para la fijación de 108 milímetros, lo que implica que además de poder montarse en las deportivas europeas, también puede hacerse en las japonesas. Cuenta con cuatro pistones de aluminio y tiene el característico acabado en níquel que termina de convertir la pinza en una de las mejores opciones a las que se puede acceder.

Y todavía hay más novedades, ya que también se pueden apreciar las aletas de ventilación en la parte exterior. Con ellas se consigue mejorar la ventilación de la pinza, gracias al intercambio de temperatura entre esta y el aire que la rodea, lo que ayuda a que la frenada siga siendo efectiva con el paso de las vueltas. Eso sí, para poder disponer de ellas habrá que esperar al mes de marzo y, aunque no es oficial, se espera que el precio del juego de pinzas se sitúe en torno a los 3.000 euros. Es el precio a pagar por tener lo último en tecnología de competición, y eso es caro.

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