Hace unos días saltaba la noticia. Primero Volvo y luego Renault, anunciaban que todos sus modelos estarían limitados a 180 km/h. ¿El motivo? Evitar muertos en accidente que vayan en sus coches. De poco o nada sirve dotar a los vehículos de decenas de sistemas que prevengan de accidentes si estos dejan de surtir efecto debido a una velocidad excesiva.
Es cierto que detrás de este anuncio hay parte de razón, pero también parte de marketing. Me explico. Es cierto que a más velocidad, o mejor dicho, cuánta más velocidad inadecuada, más posibilidades de quedarse “pajarito” en un accidente. La energía cinética está ahí, y no desaparece.
Pero por otro lado, parte de esa limitación viene impuesta por los nuevos vehículos híbridos (enchufables o no) y eléctricos, quienes salvo raras excepciones no superan esa velocidad dado los enormes consumos de electricidad que supone en kw/km. Pero siempre queda mejor decir que es para que no te mates, y no para que no te quedes sin batería
Por otro lado, sabemos que las motos van a rebufo de la industria de los automóviles. Esto quiere decir que muchos de los elementos que primero se usan sobre cuatro ruedas, acaban en nuestro mundo. Véase los sistemas de control de crucero adaptativo, o las llamadas automáticas de emergencia.
Imaginamos por lo tanto un futuro en el que las motos podrían estar limitadas a 180 km/h. O lo que es peor, a una velocidad inferior pues como la moto es mucho más peligrosa… Motos que saben dónde circulas por el GPS y, con ello, limitan su velocidad de forma automática. ¿Estás en España? Pues entonces a 130 km/h (un pequeño margen de ´”seguridad”). ¿Te vas a Francia? Pues a 140 km/h. ¿Alemania? Barra libre en determinadas situaciones. Y si vas a circuito, chupado porque de nuevo el GPS dice a la moto que has entrado en un circuito y de esa forma, mágicamente el límite desaparece.
«Buenos días señor, esta es la moto que nos encargó, 250 CV pero limitada a 180 km/h. Es por ello que solamente tiene activada la primera y segunda velocidad, el resto son innecesarias a no ser que nos pague el paquete “mad pack” y firme este documento que nos evita cualquier responsabilidad.»
¿Sería justo? Realmente no, porque entramos como decíamos en el debate de la imposición de normas y leyes que hay que cumplir, sin dejar al ciudadano que él mismo sea capaz de elegir por sus propios medios. Pero claro, luego te das cuenta de que muchos ciudadanos no saben vivir en sociedad, y solamente miran para su ombligo. El resto del mundo les importa tres pimientos, y no dudan en jugar con su vida y la de los demas, demostrando lo rápidos que son capaces de ir cualquier domingo por la mañana en cualquier carretera. Ejemplos en la sección de “Así no…” tenemos para aburrir.
¿Qué es más peligroso? ¿Un conductor por un tramo de autopista a 150 km/h o un conductor borracho/drogado/con el móvil? Está claro que la segunda acción es peor, pero eso no hace que automáticamente la primera acción esté bien vista o deba permitirse. Ni una ni otra debería existir. Y si a día de hoy, a la gente todavía no le entra en la cabeza que al volante o al manillar, alcohol y drogas cero y los ojos siempre en la carretera y no en una pantallita, como para convencerles de que hay unas señales a los lados de la carretera que hay que respetar…
