La pasión por la moto puede llegar a límites fuera de lo normal. Billy Standley, un hombre de 82 años tenía muy claro que el amor por su Harley Davidson: Electra Glide de 1967 le acompañaría hasta el más allá. Y para que no quedara duda de ello, se hizo enterrar con ella tras su muerte.
Billy murió el pasado domingo 26. Vestido con su chupa de cuero y con casco abierto, se le colocó sobre el asiento de su querida Harley e introducidos los dos en un enorme ataúd realizado en plexiglas transparente, reforzado con madera y barras de acero y de esta forma fue trasladado al cementerio de Mechanisburg, en Ohio en un remolque. En el cementerio, donde Billy había reservado el espacio necesario (el equivalente a tres tumbas) fue depositado por una grúa en la forma que el había querido.
Lógicamente este original entierro ha requerido de cierta preparación. Para ello, el especial ataúd en que descansan la Harley y su piloto estaba preparado desde hacía cinco años en el garaje de la casa de Billy. Estaba orgulloso de ello, según cuenta su hija, Dorothy Brown: a todo el que pasaba por su casa le contaba los planes para su entierro y le enseñaba el ataúd.
En el último año Billy fue diagnosticado de Alzheimer, por lo que su mente divagaba. Aún así, sus cuatro hijos quisieron cumplir su voluntad, por lo que Billy hizo en su ataúd, sobre la Harley, sujetado mediante un armazón, su último viaje a la vista de sus compañeros moteros, hasta el cementerio donde ha sido enterrado.
