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Evitar accidentes en los semáforos: también depende de ti

Fotos: RTVE
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Un coche golpea una moto parada en un semáforo: es un accidente bastante habitual, y muy feo. La culpa es obviamente siempre del que golpea por detrás, pero al ser tú y tu moto la parte más débil... ¿haces siempre todo lo posible por evitarlo? Quizá pases por alto más cosas de las que imaginas.

El golpe por “alcance” (dar por detrás) es el más habitual en todos los accidentes de todo el mundo. Por eso, los coches cuentan con varios elementos de seguridad pasiva que minimizan sus efectos para los ocupantes. Recuerda que la seguridad pasiva es la que interviene cuando el accidente ya es insalvable o se está produciendo: cinturón de seguridad, airbag, o casco; la seguridad activa es la que intenta evitar el accidente (frenos ABS por ejemplo). Además de parachoques absorbentes y estructuras deformables, un coche cuenta con algo obvio pero fundamental en un golpe por detrás: el asiento. Respaldo y reposacabezas están ahí para dar comodidad, pero sobre todo seguridad: sujetan espalda, cuello y cabeza en caso de golpe trasero.

En moto no tenemos nada de eso. No hay parachoques ni estructuras deformables: un golpe por detrás se transmite tal cual de rueda trasera a basculante y chasis, y ahí estamos. Nuestra espalda no cuenta con ninguna protección (la espaldera, si llevamos, suaviza sólo golpes directos). Peor todavía: llevamos casco, es decir, nuestra cabeza pesa uno o dos kilos más de lo normal, y el cuello tiene que soportar por tanto fuerzas más grandes ante el impacto. El casco nos protegerá de la caída posterior, y nos puede salvar la vida, ojo, pero en este tipo de golpe puede agravar lesiones de cuello.

En el tráfico todo el mundo tiende a ser egoísta, a pensar en su seguridad y no en la de los demás: no des nunca por hecho que te han visto ni que respetarán tu espacio. Y con lo feo que hemos visto puede ser un golpe trasero… igual que “está prohibido” caerse uno solo en carretera, hay que hacer todo lo posible por evitar que nunca nos den un golpe por detrás. En este vídeo podemos ver un buen golpe a un motorista australiano, y nos sirve para analizar qué podía haber hecho para evitarlo.

Semáforos

Llegas al semáforo siguiendo el tráfico de coches, y te quedas parado con los demás. Ves como otras motos se cuelan entre coches para llegar delante… ¿hacen mal? Si el tráfico está detenido, no, pero sobre todo están mejorando su seguridad. Quedarse entre coches es más inseguro, porque el coche que va detrás tuyo tiende a fijar su mirada en el de delante tuyo, no en ti y tu moto. Así, no es difícil que se te acerque demasiado, o incluso que te dé “sin querer” (no adrede, pero tampoco presta atención para evitarlo) un golpecito. Ese golpecito, aunque sea leve, te puede desequilibrar y provocar una caída en parado, que a nadie le gusta. Además de algún arañazo, también puede provocar lesiones.

En el vídeo el primer error del motorista está en quedarse entre los coches. Es más, se queda en mitad del carril. En moto tenemos la ventaja que nuestro vehículo ocupa una fracción del ancho del carril, y por lo tanto podemos elegir en qué zona nos quedamos, o circulamos. Es mejor quedarse hacia los lados. Si en una calle hay varios carriles y eres el primero en llegar al rojo (muy habitual en moto), nunca te detengas en el carril central, y nunca en la parte central de ningún carril. Hay varios motivos para esto: primero, la parte central es la que recoge más suciedad (grasa y aceite) de los coches, y frenar ahí puede tener sorpresa. Pero sobre todo y en relación a los golpes traseros, si te quedas en medio eres una “diana” para los que vengan por detrás. Pueden pensar saltarse el semáforo, no haberlo (ni haberte) visto… ¡peligro! Párate siempre echándote a un lado, bien apartado, y así si alguien viene despistado o encendido… que no te leve por delante. Circulando por las zonas laterales de los carriles, además, podremos colarnos entre coches si nos hace falta, si el de detrás se nos acerca mucho.

Ése es el segundo error de nuestro protagonista: ignora lo que está pasando detrás suyo. Siempre hay que estar pendiente de los retrovisores y si, como en este caso, además tenemos el sol de espaldas y se está proyectando una sombra enorme, está claro que detrás llevamos algo grande y demasiado cercano… Además de tener un ojo siempre en los espejos, cada vez que te subas a la moto debes comprobar que están bien colocados (es muy normal que estando la moto aparcada alguien haya podido tocarlos sin querer). De poco servirá mirar un retrovisor que refleje nuestra cara o el suelo. Cuando ves que un coche (o moto) te sigue incómodamente cerca, en un atasco o en tráfico circulando, si no puedes “escapar” ni apartarte (las mejores estrategias) puedes hacer que se dé cuenta que te sigue demasiado cerca tocando repetidamente el freno. Por eso es tan importante tener bien las luces en perfecto estado.

Otro error que comete es acelerar y frenar fuerte. Vamos a ver, si los coches de delante arrancan y paran pocos metros más allá… ¿para qué acelerar tanto, y luego frenar fuerte? Además de gastar más gasolina, embrague y rueda trasera, están llevando a error al conductor que tienes detrás. Si te ve acelerar fuerte, puede pensar que conoces la zona y sabes que el tráfico seguirá enseguida; es posible incluso que le contagies las ganas de acelerar un poco más. Pero cuando frenes, fuerte, quizás él no esté tan atento o no pueda frenar tanto… ya sabes contra quién frenará.

Conclusiones…

  • Los golpes por detrás en moto pueden ser muy feos y debemos hacer lo posible por evitar que nos den.
  • Circular, y pararse, en mitad de un carril es muy mala idea. Usa los carriles laterales, y usa la parte lateral de tu carril.
  • Los retrovisores son para controlar qué ocurre detrás nuestro: no dejes de estar pendiente de ellos y asegúrate que están ajustados para ver bien.

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