La red viaria de pago, con una media de 14.041 automóviles al día, continúa recuperando usuarios tras cerrar el año 2014 con un aumento del 2,6 por ciento y pone fin a siete años de caídas en el tráfico.
La subida de los tres primeros meses estuvo impulsada por el aumento del 13, 4 por ciento que experimentó durante el mes de marzo coincidiendo con las vacaciones de Semana Santa.
El volumen medio de usuarios es similar al de mediados de los años 90 a pesar de las últimas subidas.
Sin embargo, el volumen medio de usuarios de autopistas aún se mantiene en niveles similares a los de mediados de la década de los noventa a pesar de estas subidas. En esta época, la red de vías de pago contaba con una longitud de unos 1.760 kilómetros frente a los 2.550 actuales.
En el primer trimestre del año el tráfico asciende en todas las autopistas en riesgo de quiebra, excepto la que une Madrid y Toledo. Aquí la circulación se desploma un 36,7 por ciento ya que sólo se contabilizan 699 vehículos al día. En el caso de las radiales de la comunidad madrileña, se registran subidas de entre el 0,8 y el 13,8 por ciento.
La autopista R-2 Madrid-Guadalajara elevó un 0,88 por ciento su tráfico en el primer trimestre hasta alcanzar una media de 4.215 usuarios al día. La R-3 Madrid-Arganda, lo elevó un 13,8 por ciento (8.969 vehículos).
La autopista que une Madrid y Toledo cuenta con 699 vehículos al día.
Por su parte, la R-5 Madrid-Navalcarnero incrementó su tráfico en un 3,84 por ciento (5.832 coches) y la R-4 Madrid-Ocaña, un 9,37 por ciento (3.242 usuarios).
Respecto a la autopista Eje Aeropuerto, que une la capital con Barajas, elevó su concurrencia de vehículos en un 7 por ciento hasta sumar una media diaria de 18.843 coches. La Ocaña-La Roda lo aumentó un 6,11 por ciento (1.682 vehículos) y la Cartagena-Vera, un 5,14 por ciento (2.371 usuarios).
Proceso judicial
Estas vías están a la espera de los procesos judiciales en los que está actualmente inmerso el plan de rescate que diseñó el Ministerio de Fomento. La iniciativa, que no cuenta con el ‘visto bueno’ de los bancos acreedores, consiste en integrar las autopistas en una sociedad pública, tras llevar a cabo una quita del 50 por ciento de la deuda de 3.400 millones que suman.