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Valentino Rossi: que veinte años no es nada…

Fotos: Motogp.com
Se cumplen veinte años exactos del debut de Valentino Rossi en el Mundial de Velocidad. Fue el 31 de marzo de 1996, en el circuito de Shah Alam. Como dice la letra del tango, veinte años no es nada.

No se ha ido, y no piensa hacerlo, al menos, en los dos próximos años, pero la letra de Volver, el mítico tango cantado por Carlos Gardel, no puede ser más oportuna para enmarcar los 20 años de Valentino Rossi en el Mundial: “Sentir / que es un soplo la vida / que veinte años no es nada…”.

Rossi llegó al Mundial tras una fulgurante carrera deportiva. A los trece años, después de haber compaginado minimotos y karts, se decantó por las dos ruedas, siguiendo los pasos de Graziano, su padre. Participó en el campeonato Sport Production 125 italiano, un potente campeonato junior donde se dieron a conocer muchos de los grandes talentos italianos. Y al año siguiente, en 1994 gana en SP125, con un polémico final con Stefano Cruciani, que terminó en pelea, y realizó sus primeras carreras con motos de Gran Premio en el campeonato italiano y el Open Ducados.

A partir de 1995, disputó el Campeonato de Europa, que esa temporada se realizaba en el marco de las pruebas europeas del Mundial, y el Open Ducados. Siempre acompañado por Graziano, por entonces el padre era más popular que el hijo. No tardaría en invertirse la situación.

Valentino Rossi ganó su primer título en 125.

Veinte años han pasado desde que Valentino Rossi tomó la salida en su primer Gran Premio: Malasia, en Shah Alam. Llegaba al Mundial integrado en la escudería AGV (su compañero en 250 era Luca Boscoscuro, que ahora dirige Speed Up) que dirigía Gianpiero Sacchi, actual patrón de Iodaracing en el Mundial de SBK. En esa primera carrera acabó sexto, imponiéndose por milésimas a Tomomi Manako y Akira Saito.

Veinte años después, Rossi es protagonista de todo en el Mundial. Permanece colgado de las secuelas del incidente de Sepang con Marc Márquez, que todavía colea. Echando la mirada atrás esos veinte años vemos como desde ese primer día Rossi ha vivido inmerso en una turbulencia. En su primer Gran Premio ya tuvo “movida”. Aquella primera carrera en Shah Alam la arrancó desde la tercera línea y peleó por la séptima posición durante buena parte de la carrera. Rodaba detrás de Raudies hasta que este gripó, y para evitarlo frenó bruscamente y cambió de trayectoria. “Aspar”, que rodaba detrás, chocó con él y se cayó.

Cuando acabó la carrera, sexto, estaba feliz: sexto en su debut mundialista era todo un éxito. “Entonces, de repente, me encontré cara a cara con Aspar y Ángel Nieto, recuerda en su biografía. “Supuse que aquellos dos no me querían mucho… así que me escondí como un felino detrás de uno de mis mecánicos (…). Se los veía muy cabreados, pero eran tan bajitos y delgados… moviendo los brazos arriba y abajo…. la verdad es que daban poco miedo y era divertido, dice en su libro, recordando aquella carrera. Veinte años después, Rossi sigue en el ojo del huracán.

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