Arrancamos dentro del box del Pramac Ducati. Allí, la Desmosedici de Pecco Bagnaia espera a que se suba su piloto mientras los técnicos trabajan en ello. Cuando Bagnaia llega todo está listo para salir a pista y en ese mismo momento es cuando nos damos cuenta de lo largo que se hace el «pit-lane» de Misano, ya que pasan unos 20 segundos desde el box, uno de los últimos, hasta la señal de fin del pit-lane. Ahí se acaba la tranquilidad, ya nada más salir de él comienza a dar gas a un nivel que la mayoría envidiamos ¡y eso que va calentando!.
Tras pasar las curvas 4-5 primero y la 6 un poco después, llega la primera de las rectas y es justo en ese punto donde uno se hace una idea de lo que es realmente una MotoGP. La manera de acelerar y empalmar marchas es, simplemente, digna de videojuego, como la frenada de después y el resto de la vuelta de «calentamiento».
Cualquiera de nosotros ya no tendríamos aliento y es entonces cuando comienza la vuelta lanzada al Misano World Circuit Marco Simoncelli. La recta apenas dura y enseguida está pasando por la pasarela del final antes de afrontar las tres enlazadas tan decisivas en carreras y más especialmente en el inicio. Otra vez gas a fondo para llegar lanzado hasta la curva cuatro, con una frenada mucho más fuerte de lo que parece y sin perder de vista que la cinco se hace como si fuese un apéndice de la cuatro, la moto no llega a estar recta.
En un abrir y cerrar de ojos estamos en la seis y si antes parecía pasar rápido, ahora que sale abriendo gas sin piedad alguna ya es para «alucinar». En la frenada un pequeño movimiento de esos que encima de la moto no parecen tan pequeños y entrada a una curva peculiar, que va abriéndose y en la que la Ducati se retuerce mientras «Pecco» no para de dar gas.
Con todo ello llegamos a la parte más espectacular del circuito, aunque antes negocia la 9-10, una curva doble que en función de cómo se salga de ella tendrá repercusión en el crono. Después de un tramo de recta, que con la MotoGP pasa en un abrir y cerrar de ojos, el «curvone», la curva 11 que se pasa muy, pero que muy rápido y no, en una MotoGP no se puede pasar a fondo ¡ni mucho menos! Luego un poquito más de recta aunque sin poner recta del todo la moto, un poquito de piano por fuera y a por otras dos curvas que se trazan como una, la 12-13 antes de llegar a la 14 (Carro), muy pegada a ellas y en la que se vuelve a frenar más fuerte de lo que parece.
Saliendo una marcha más, curva rápida a izquierdas unos metros rectos en los que se estira la tercera y otra de las curvas claves, la de entrada a meta. En esta toma on-board se aprecia lo rápido que se traza y el mérito que tiene plantearse adelantar allí y mucho más conseguir consolidar el adelantamiento. El vídeo sigue y es toda una gozada. Volumen a tope y dale al play, ¡lo vas a disfrutar!
