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MotoGP Le Mans 2013: Puig y los «cronos» que acabaron con su carrera

Fotos: SMN
En los entrenamientos cronometrados del GP de Francia del '95, Alberto Puig sufrió una brutal caída de la que nunca se recuperó del todo. Una lástima porque ése era su Mundial.

Después del GP de Francia de 500 cc en 1995, el circuito de Le Mans se cerró durante cuatro años para realizar unas profundas reformas que incrementaran su seguridad. La principal damnificada de la remodelación fue la sección Dunlop, la vertiginosa curva a derechas situada a final de recta. Sin apenas escapatorias ni protecciones, la curva Dunlop se tomaba en 5ª a más de 260 km/h.

El motivo principal de esta drástica decisión fue el accidente de Alberto Puig en los entrenamientos oficiales del GP de Francia, cuando luchaba por arañar un par de décimas que le dieran la pole position: «En aquella zona siempre iba en quinta y derrapando. Lo intenté en sexta a fondo para realizar un buen tiempo y corté gas tarde. La moto se fue de delante y ya no me acuerdo de nada más. Aquella era mi vuelta y de acabarla habría rodado en 1:39, cerca de la pole». Relataba días después el piloto del Fortuna Honda Pons. Se calcula que Puig tomó la curva a 283 km/h.

No sólo la vuelta, sino que también ese era el mundial de Alberto Puig. Habían pasado ya dos años sin Rainey, el estado físico de Schwantz presagiaba una pronta retirada y la gran referencia era el australiano Mick Doohan, vigente campeón del mundo y claro dominador de la cilindrada.

A pesar de la superioridad de Doohan, Alberto Puig se había postulado como serio aspirante al título junto al también australiano Daryl Beattie, que pilotaba para Suzuki. Tras un inicio discreto en Australia y dos quintos puestos en las carreras asiáticas de Malasia y Japón, Puig buscó con total determinación y logró su primera victoria en el Mundial en el Circuito de Jerez, aprovechando una absurda caída de Doohan cuando lideraba la prueba. Era la segunda victoria de un piloto español en la máxima categoría del mundial de velocidad después de la de Alex Crivillé en Holanda.

Su triunfo frente a la afición española le dio alas para conseguir dos podios consecutivos en Mugello y Assen, que le situaban segundo en la clasificación general al inicio del GP de Francia en Le Mans. Pero su vertiginosa ascensión a lo más alto del Mundial se truncó en los entrenamientos clasificatorios. Como él mismo Alberto Puig ha admitido, él era ese tipo de piloto que raramente se caía, pero que cuando lo hacía terminaba con lesiones importantes: «Me pegué una hostia acojonante, muy bestia. Podía haberme quedado allí, pero quiero ver la cara positiva y decir que sólo me he hecho daño en una pierna. Así son las carreras, y aunque me duela tengo que aceptarlo».

Alberto Puig y Dani Pedrosa en parrilla de salida de un Gran Premio.

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