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Las rutas de Garmisch: un continuo cuento alpino

Fotos: BMW/SMN
La concentración anual mundial BMW Motorrad Days en Garmisch ofrece, además de todo el espectáculo expuesto en su recinto, unas rutas de verdadero ensueño a lo largo de un entorno con una belleza y un esplendor que nada tiene que ver, ni de lejos, con recorrerlos y vivirlos tras el manillar de una moto.

El entorno de Garmisch, amurallado por montañas colosales, ya nos anticipa la ruta de verdadero ensueño que nos vamos a encontrar, aquí y allá, siempre que no tomemos la única dirección que abandona la cordillera. Así pues la pregunta ¿qué camino escoger para disfrutar? tiene una respuesta tan sencilla que podemos complicarnos hasta donde queramos: todos. Así pues, podemos contar con que el paisaje nos va a acompañar a lo largo de todo el paseo evocando un continuo cuento alpino.

Pero, ¿cómo es el camino, cómo es la calzada y cómo es ese trazo que serpentea las encrespadas laderas, o que fluye entre la montaña, de la misma forma en la que lo hace el caudaloso arroyo que pone fondo al sonido de la ciudad? Pues no podemos decir otra cosa más que el asfalto de estas carreteras brinda al motorista un agarre de lujo, con una textura inédita en España, que se ve resistente a la intemperie, con sólo mirarlo, y que, si se tiene la fortuna, como un servidor, de pasar en mojado sobre él, no es que el apoyo que ofrece se muestre irreprochable, es que la forma en que se coge el neumático puede resultar un lujo desconocido para la mayoría de los motoristas.

Entrada principal al BMW Motorrad Days Garmisch 2016

Por otro lado, la trazada, previsible y divertida, con un peralte calculado en cada curva, parece estar pensada para el puro deleite del motorista, sea cual sea su cultura, su estilo o su planeta de la moto. Y es que el desnivel es tan acuchillado que cualquier camino tiene que serpentear, por fuerza, a veces de la forma más retorcida; sin embargo, los alemanes ha puesto un cuidado especial, ¡cómo no!, a la hora de dibujar un recorrido rítmico, sin picos ni estridencias, sobre la ladera de sus vertiginosas montañas. Una verdadera delicia que invita a balancearse con la moto, a un lado y a otro, a medida que toma altura, o desciende, por el macizo más elevado del continente.

Además, a ese agarre excepcional, hay que añadir el buen criterio de sus ingenieros de caminos, que ha dejado la pintura para otras vías más amplias, manteniendo impoluto y sin marcas el asfalto de las carreteras más estrechas de montaña, donde el talante ponderado y respetuoso del conductor germano es el que rige en esas travesías los escasos momentos disponibles para adelantar con seguridad.

El color verde es el gran dominar en las rutas alrededor de Garmisch

En cuanto al panorama que nos puede ir recreando la vista sobre la marcha, y más aun en cualquier parada, la postal está garantizada a la vuelta de cada viraje, al encarar cualquiera de las breves rectas que te encuentras a tu paso y, no digamos ya, al coronar el más modesto promontorio. El verde luminoso, de lírica estampa, tiñe toda la franja baja, como un bálsamo que sumerge los sentidos en todos aquellos sueños por los que nos llevaron nuestros cuentos de la infancia. Y es que la estrechez del llano no deja de albergar un mar de praderas, con sus alambradas para las vacas, que sugieren a nuestra imaginación la inminente aparición de Steve McQueen surcando el verde brillante, haciendo su enduro bélico de la Gran Evasión. Y si no es el espectro del actor, también puede salirnos al paso cualquier lago alpino, así, como el que no quiere la cosa, para hacer más cristalina nuestra postal, con el duplicado añadido de su reflejo.

Y elevando la vista, a partir de la media altura, el panorama nos muestra un marcado contraste, que se exhibe con una belleza salvaje, con el gris árido de la roca expuesto a la encarnizada intemperie, mostrando los surcos de minúsculos glaciares que se precipitan durante el invierno, agarrándose con desesperación a la verticalidad de la ladera para evitar el vacío. Y por fin, en la cúspide, taladrando las nubes con la fuerza más agreste, el negro azabache, pulido, fustigado y machacado por la meteorología más hostil, se corona en la cima como una oscuridad imponente que se contempla desde el llano como si fuera de otro planeta.

Un paseo por el entorno alpino de Garmisch…, o dos, o tres, durante el fin de semana que dura la concentración BMW es un complemento ideal (cuando no una actividad autónoma, por sí misma) a todo lo que se vive durante el inicio de cada verano en la multitudinaria reunión. El visitante no debe, de ninguna manera, dejar pasar la oportunidad de perderse con su moto a lo largo del cuento alpino que atraviesa las montañas bávaras.

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