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Prueba Yamaha XSR700 XTribute 2019: homenaje XT

La XSR700 XTribute cuesta 8.499 €
Fotos: Yamaha
Yamaha tira de archivo y nos recuerda su mítica XT500 de 1981, una campera nacida en 1976 que cambió el panorama de las motos trail de media cilindrada para siempre. De este modo, la XSR700 XTribute incluye múltiples modificaciones estéticas que la transforman en una scrambler-tracker, diferenciándose así de su hermana naked-retro.

En 2016 Yamaha lanzó su XSR700 iniciando así su división Faster Sons, una gama de motos moderna con tintes retro gracias a su diseño con reminiscencias del pasado. Aquella XSR heredaba el espíritu de la XS650 de 1970, adaptándolo a las necesidades actuales. YARDBuilt, el programa oficial de customizaciones de la marca japonesa, lleva 7 años mostrando preparaciones únicas de manos de los mejores especialistas del planeta, otro pilar sobre el que asentar todo el universo vintage de la la firma de Iwata. Para ello qué mejor manera que utilizar la plataforma de la MT-07, una súper ventas en nuestro país, incluyendo nuevas ópticas, carrocería, subchasis desmontable, instrumentación, manillar, asiento alto, neumáticos y basculante acortado, principalmente. 

Tres años después aterriza esta cuidada versión XTribute, un homenaje scrambler a la XT500 de 1981. Y es que la XT fue, como la GS para BMW, una moto histórica que todo buen aficionado al motociclismo recuerda con cariño desde su lanzamiento en 1976 como evolución de la DT1 primigenia de 1968. Desde entonces, se ha comercializado en múltiples cilindradas (500, 250, 400, 600 ó 660 cc, pasando por la era bicilíndrica actual de 1200 y 700 cc).

Las principales diferencias de la XTribute respecto a la XSR700 estándar pasan por la adopción de una pintura/decoración conmemorativa Tech Black, neumáticos mixtos Pirelli MT60RS, fuelles de horquilla, guardabarros de plástico recortados, rejilla protectora de radiador, asiento subido 3 cm más (84.5 cm al suelo, 1 cm más que la XSR7 estándar) con logo especial, manillar y estriberas off road, intermitentes naranjas, piezas pintadas en negro y tornillos de chasis personalizados. Además, nuestra unidad de pruebas contaba con silenciador Akrapovic elevado (1.414,49 €), faro trasero LED retro (158 €) y extensión de pata de cabra (67 €), tres de los cuarenta accesorios disponibles para personalizar a conciencia este modelo. 

En su punto de mira competidoras en la misma línea, tales como la Benelli Leoncino Trail, Ducati Scrambler Icon o Husqvarna Svartpilen 701.

La Yamaha XSR700 XTribute tiene personalidad

Fun Bike

La Yamaha XSR700 XTribute es compacta, estrecha y de dimensiones contenidas. Su bicilíndrico en paralelo de 689 cc y 75 CV casa a la perfección con este concepto de moto naked-endurera. Como buena moto de corte retro, vas sentado muy encima, expuesto, y no tan integrado como en otras monturas. Todo queda a mano y, ya desde parado, ya te transmite ese feeling de “vas a pasártelo bien”.

En marcha el sonido ronco y cañero del Akrapovic enamora, un elemento casi de obligado montaje para todos los “Faster Boys”. La aceleración es instantánea en cada marcha, la respuesta a las insinuaciones del gas muy directa y todo, con una curva de potencia lineal y constante que nunca da síntomas de fatiga. Pronto le encuentras el gusto a esa conducción “on-off” abriendo-cerrando el gas a tope para afrontar tus tramos ratoneros favoritos, como si de una supermotard se tratase. Sus medios te permiten circular cómodamente en marchas largas, sin exigencias: puro disfrute.

Los puertos de montaña son el escenario preferido de la Yamaha XSR700 XTribute

Y es que esta XTribute te permite, junto a una parte ciclo equilibrada y natural, una conducción tan divertida como efectiva. Cambios de dirección rápidos, agilidad, inmediatez y confianza en un mismo conjunto, estructurado en un bastidor tubular de acero. Bien es cierto que el amortiguador trasero es algo seco de reacciones si pillas algún bache en plena trazada o circulando a dúo, pero apoyándote en el manillar con barra de refuerzo central, manejas la moto como una 500. Además, los neumáticos de tacos (calza los mismos Pirelli que la Ducati SCR) son blandos y agarran muy bien en cualquier tipo de asfalto. Sus 188 kg declarados llena son toda una declaración de intenciones, ligereza y par motor a partes iguales.

Los puertos de montaña son el escenario preferido para poder explotar todas sus virtudes, pero también el ámbito urbano diario debido a manejabilidad, dimensiones y contenido consumo (5 l./100 km de media durante la prueba). También puedes adentrarte por un camino de tierra si la «madre tierra» te llama, siempre teniendo en cuenta que no es una enduro, aunque transmite sensaciones off y se deja manejar con soltura sobre la superficie marrón (si quieres más capacidad off road, pásate a una Ténéré 700). La frenada, tan potente y dosificable como siempre, gracias a las habituales pinzas delanteras Advics «marca de la casa» con ABS de serie. 

Cabe destacar que esta XSR700 carece de ayudas electrónicas a la conducción, algo que por un lado ya se hace raro, pero que por otro no limita las capacidades de su piloto y las sensaciones “old school” puras producidas por la conducción deportiva de toda la vida.

La Yamaha XSR700 XTribute carece de ayudas electrónicas a la conducción

Valoración Final

Naked, retro, scrambler y tracker, cuatro especialidades en una misma Yamaha de apellido XSR700 XTribute. Fácil, ligera, divertida, accesible y fiable, también es una moto con personalidad que se desmarca de la versión estándar, pudiendo limitarse para usuarios de carnet A2. Sus 800 € extra (8.499 €) marcan la diferencia, adaptándose a cualquier usuario con gran versatilidad y polivalencia, tanto por ciudad como por carretera.

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