La irrupción de la Royal Enfield Scram 411 2022 en el catálogo de Royal Enfield supone un golpe de aire fresco en una marca tan conservadora que, si bien está especializada en modelos neoclásicos de carretera, desde 2018 (actualizada en 2021) también apuesta por los modelos neo-retro off road para carnet A2 con su Royal Enfield Himalayan.
Aunque sus rivales directas del subsegmento scrambler-iniciación podrían englobar todas las camperas entre 250 y 500 cc, siendo estrictos debemos centramos en las monocilíndricas con llanta delantera de 19 pulgadas, es decir, BMW G 310 GS, Fantic Caballero Scrambler 500, KTM 390 Adventure y Zontes T2-310. Lógicamente, hay otras «mono» como la Benelli Leoncino 250, Brixton Felsberg 250, Honda CRF300L, Husqvarna Svartpilen 401 o la VOGE 300DS, pero no tienen las mismas dimensiones de llanta delantera.
CARACTERÍSTICAS Y EQUIPAMIENTO SCRAM 411
Un aspecto destacable en la Royal Enfield Scram 411 es que, al contrario de lo que suele imponer el mercado, la «scramblerización» se ha realizado partiendo de su hermana trail en vez de hacerlo desde una base naked, algo poco habitual.
Aunque comparte plataforma con la Himalayan, las principales diferencias pasan por la adopción de una carrocería y asiento (monopieza) específicos, instrumentación de Royal Enfield Meteor 350 con navegación tripper de serie, llanta delantera de 19 pulgadas (en vez de 21″) y neumático más ancho (CEAT Gripp-XL con cámara), menos distancia entre ejes (1 cm) y distancia libre al suelo (2 cm), menor recorrido de horquilla (19 cm en vez de 20 cm), guardabarros trasero recortado, ausencia de parrilla portabultos, 5 kg menos (185 kg en vacío), ABS no desconectable, colores (5) y precio (100 € menos).
Por lo demás, se mantiene el robusto propulsor monocilíndrico SOHC 2 válvulas refrigerado por aire/aceite con 24.3 CV a 6.500 rpm, 32 Nm a 4.250 rpm y cambio de 5 velocidades, abrazado por un chasis tubular doble cuna de acero firmado por Harris, horquilla convencional de 41 mm (no regulable) con fuelles, monoamortiguador trasero, disco delantero de 300 mm mordido por una pinza BYBRE de doble pistón y depósito de gasolina de 15 l.
EN MARCHA
Sentado en la Scram rápidamente adviertes que es una moto cómoda, accesible y más baja que la Himalayan, uno de esos modelos que transmite confianza y buen rollo desde el primer momento. Además, es estrecha y tiene mucho radio de giro, ideal para maniobrar en ciudad. El sonido del monocilíndrico nos resulta familiar, un peculiar ronroneo consistente con ciertos toques metálicos que invita a engranar la primera.
El talante de este motor está pensado para rodar sin estridencias ni extremismos usando el rango medio y sin estresarlo en alta, pues arriba no hay nada y las vibraciones son más notorias. Al ser una configuración de carrera larga, debes dejarlo correr para que te de lo mejor de sí, aprovechando sus buenas recuperaciones y jugando algo con el cambio si quieres revitalizarlo un poco. Sin saber su cifra de potencia, parece que entrega más CV de los que declara: realmente está muy bien aprovechado y rinde correctamente. En nuestra prueba fijamos un consumo de 4 l./100 km, un buen mechero para rutear.
La parte ciclo brilla en estabilidad y manejabilidad, con una configuración clásica muy bien equilibrada, presidida por una suspensión tarada para todos los públicos. La frenada, al igual que sucede en todas las motos que montan un único disco delantero, es justa si sólo te aplicas sobre la maneta pero es buena si primero accionas el pedal y luego redondeas un poco con el delantero.
Si optas por adentrarte en un camino de tierra, la Royal Enfield Scram 411 se defiende de maravilla y admite un uso intensivo sin miedo a quedar peor que su hermana trail. De pie no cansa y su conducción resulta tan natural como competente en este escenario, siempre teniendo en cuenta que no conduces una moto de enduro. Lo más importante es que con su llanta de 19” puedes llegar a los lugares más recónditos a un ritmo más que alegre y controlando la situación mejor de lo que imaginabas. Es suficientemente ágil para divertirte y estable para ganar confianza rápidamente. El cubrecárter protege de los golpes y también puedes quitar las gomas de las estriberas dentadas para usar botas de campo, toda una declaración de intenciones. Además, el caballete central facilita tareas de mantenimiento.
