Prueba Royal Enfield Continental GT 650
Royal Enfield es probablemente la marca de motos en funcionamiento más antigua del mundo, con su primera moto en producción aparecida en 1901 y tiene en la Bullet el modelo de motocicleta más longevo de la historia que arrastra el nombre desde 1931 y se ha mantenido sin cambios significativos desde 1948. Durante los 50 y los 60 Royal Enfield tuvo mucha presencia en el mercado americano y europeo con su versión de los ahora populares motores bicilíndricos en paralelo y modelos icónicos como la Meteor, Supermeteor y Constellation de 700 cc.
Aquellas motos se vendieron bien aunque nunca tuvieron el reconocimiento debido, en parte a veces por la poca fiabilidad y calidad de sus componentes. Durante la expansión de los fabricantes japoneses a finales de los años 60 y principios de los 70 la compañía no tuvo el éxito necesario para mantenerse competitiva en el mercado americano y terminó por cerrar sus fábricas en Inglaterra entre 1967 y 1970.
La fábrica en india de la compañía, denominada Enfield a secas por aquel entonces, continuó produciendo la Bullet prácticamente sin cambios durante décadas para el consumo del mercado local. En 1999 la compañía recuperó el nombre de Royal Enfield y al comienzo de los 2000, con el fichaje de un jovencísimo CEO llamado Siddhartha Lal, comenzó su reconstrucción y evolución a lo que es ahora.
Con la llegada de Siddartha Lal y durante los últimos años, Royal Enfield ha abierto un centro de investigación en Inglaterra, ha atraído talento y trabajadores de competidores directos y en 2015 consumó la adquisición de Harris Performance, compañía puntera en diseño y fabricación de chasis y componentes premium. Hechos todos que han ido aportando valor a la marca y calidad notable a sus modelos.
Prueba Royal Enfield Continental GT 650: El Renacer de la Continental GT
La Royal Enfield Continental GT ha sido una moto estilo Cafe Racer desde su concepción original en los años 60 con una primera motorización monocilíndrica de 250 cc. Más adelante, en 2014, se recuperó el nombre de Continental GT para la 535 que seguía siendo monocilíndrica, pero pasó a ser el modelo más potente de la marca con 30 caballos de potencia convirtiéndose en un importante hito de la evolución de la compañía.
Finalmente, en 2017, Royal Enfield presentaría el que sería su primer motor bicilíndrico en paralelo moderno incorporado a las nuevas Interceptor 650 y Continental GT 650. Estos modelos que también comparten chasis y componentes, han pasado a ser la punta de lanza de Royal Enfield en su evolución hasta la actualidad.
La Continental GT 650, igual que las continental GT que la precedieron, se mantiene fiel a su probada fórmula de éxito: un estilo clásico y deportivo y un rendimiento más que digno a un precio asequible. El nuevo motor, desarrollado por antiguos ingenieros de Triumph en las nuevas instalaciones del Reino Unido, está gustando mucho y junto con el chasis y las suspensiones obra de Harris Performance, presenta un conjunto muy equilibrado de funcionamiento moderno y estilo clásico.
Para el modelo de 2023, Royal Enfield introduce algunos cambios estéticos y de equipamiento que modernizan el modelo sin cambiar su esencia. Estos cambios incluyen, un asiento más confortable, mejoras en las botoneras, nueva toma de USB bajo la maneta del embrague, iluminación LED, llantas de aleación, neumáticos tubeless y motor y escape en negro mate.
Prueba Royal Enfield Continental GT 650: Estética y ergonomía de la Continental GT 650
Uno de los puntos que enamoran de esta moto es sin duda alguna su estética. Tiene una apariencia cafe racer muy minimalista, eminentemente clásica y muy evocadora. Para este 2023 que ya casi nos abandona, la Continental GT presenta motor y escapes en negro mate y llantas de aleación de 7 palos. La pintura del depósito y de las tapas es estupenda y presenta muy buena cara. La iluminación Full LED le aporta un toque de modernidad sin romper con las líneas clásicas de diseño. El faro redondo preside el frontal, un frontal que junto a una instrumentación minimalista y clásica de dos relojes y los semimanillares, se mantiene muy liviano.
Los semimanillares tienen recorrido suficiente para aquellos que se quieran aventurar a ponerlos un poco más bajos y aumentar la postura racing que ya de por sí tiene la Continental GT de formar natural. Una postura que es juguetona, de ataque, que nos incita a echarnos sobre el tren delantero y con unas estriberas más bien retrasadas.
Mis 186 cms de altura me ponen por poco por fuera del rango idóneo de la moto, porque aunque no me encuentro incómodo en ella, estoy seguro de que le quedará mucho mejor a los que no pasen del metro ochenta. El espacio para el pasajero no es grande, pero el asiento es cómodo y bien acabado tanto en la plaza del piloto como en la del acompañante. No le veo ninguna pega para hacer trayectos de a dos por ciudad o incluso alguna salida tranquila de fin de semana en pareja. Resulta una moto muy accesible en términos de altura, puesto que es una moto liviana que además tiene el asiento tan solo a 80 cms del suelo.
Por todo esto, la Royal Enfield Continental GT 650 resulta una moto accesible y muy bonita a mi parecer, que atrae miradas y que mantiene esa esencia de lo clásico que se busca en este segmento.
Prueba Royal Enfield Continental GT 650: Motor suave y cambio bien escalonado
El propulsor de la Royal Enfield Continental GT 650 fusiona lo tradicional y lo contemporáneo sin comprometer el concepto original con un exceso de electrónica. Se trata de un motor bicilíndrico en paralelo de 648 cc con cigüeñal calado a 270º para lograr una sensación similar a un V2. Con 8 válvulas, doble árbol de levas en culata, refrigeración por aire y aceite, eje de equilibrado para minimizar vibraciones y embrague asistido anti-rebote, no le faltan adelantos para ganarse el calificativo de «moderno».
Este propulsor declara una potencia de 47 CV a 7.250 rpm y un par de 52 Nm a 5.250 rpm, pero con la muy particular característica de que el 80% del par está disponible ya a las 2.500 rpm. Con lo que a pesar de no subir muy rápido de vueltas, sí que es cierto que presenta un buen empuje desde muy pronto y mantiene esa fuerza sin problemas durante prácticamente toda la curva de potencial. Por eso es una moto muy lineal y el motor se siente muy lleno. Personalmente me parece muy agradecida de conducir porque me gustan las motos con patada abajo que nos ayudan en recuperaciones, salidas de curvas y adelantamientos.
Este buen motor, está acompañado por una transmisión de 6 velocidades que se mantiene a la altura. Su accionamiento es muy suave, casi telepático. Las marchas entran con facilidad y tiene un escalonamiento muy acertado para que no haya que trabajar demasiado sobre él. La sexta es especialmente larga y junto con el par motor, permite mantener velocidades altas de crucero con poco esfuerzo.
Prueba Royal Enfield Continental GT 650: Parte ciclo que mantiene el nivel
La parte ciclo de la Continental GT está muy bien conseguida y gira en torno a un fantástico chasis de Harris Performance. De tipo de doble cuna de acero, con anclajes directos al motor por la parte delantera, ofrece una rigidez y un aplomo en carretera que resulta una evolución notable frente a los antiguos chasis que montaban las Continental GT 535. El chasis es sin duda lo que más sorprenderá a los que se acerquen a la Continental GT 650 sin conocerla y principal causa de que en tramos sinuosos la moto nos permita llevarnos más alegrías de las que su apariencia sugiere.
La horquilla telescópica de 41 mm no es regulable pero el tren delantero ofrece un tacto agradable y firme. Con un paso por curvas aplomado, divertido y que inspira gran confianza. Esta confianza, junto con la postura «de ataque» del puesto de conducción, nos invitan a acercar el mentón a los semimanillares y divertirnos de lo lindo cuando la carretera se pone revirada. Además a baja velocidad la moto es tremendamente ágil puesto que no es muy larga (distancia entre ejes 1.398 mm), el radio de giro es muy bueno para llevar semimanillares y ruedas de 18 pulgadas y es sorprendentemente fácil darle la vuelta en vías estrechas. El doble amortiguador trasero con botellas de gas separadas es regulable y cumple su función a las mil maravillas.
Los frenos ByBre son suficientes y adecuados, si bien es cierto que la frenada delantera podría ser más contundente. Es peccata minuta que se explica por el hecho de montar un solo disco delantero de 320 mm (y 240 mm en el trasero). El ABS Bosch de doble canal funciona como esperamos y elemento de seguridad clave, aunque resulta a veces un tanto intrusivo en el tren trasero. En general la frenada es dosificable y si acompañamos la frenada delantera con un buen uso del freno trasero, se podría calificar de notable.
Prueba Royal Enfield Continental GT 650: En Marcha con la Royal Enfield Continental GT
Es difícil no enamorarse de la Continental GT 650, es una moto preciosa que ha recibido las adaptaciones justas para modernizarse sin perder su esencia. Al subirnos a ella, nos recibe sencilla y accesible, con un puesto de mando clasiquísimo y una instrumentación liviana y sin estridencias.
Nada más arrancar sentimos el motor, que es suavísimo y emite un sonido muy agradable. Se disfruta mucho del par, que se encuentra muy pronto, ya que el 80% de esos 52 Nm están disponibles desde las 2.500 vueltas. Por tanto es una moto que no hace falta estirar mucho, aunque se puede hacer si es lo que nos gusta. La postura de conducción me resulta un poco incómoda con mis 186 cms de altura, pero la juzgo adecuada para la filosofía de la moto.
Cuando entramos en curvas, da gusto comprobar que el tren delantero es ágil pero muy aplomado también. La moto perdona muchos errores y es fácil de llevar. No hay que luchar con ella para divertirse. Cargamos ligeramente hacia adelante y eso unido a los Pirelli Phantom Sportscomp (de serie) que son bastante estrechos y reactivos, hace que sea muy fácil cambiar de dirección y se disfruta mucho del zigzagueo y de las recuperaciones en las salidas de curvas. En general es una experiencia de conducción fantástica.
Es cierto que no estamos ante una superdeportiva y que no es una moto con un espíritu moderno. Pero ahí radica toda su gracia. Es una moto divertidísima, que tiene alma y que presenta un conjunto final de acabados más que aceptable.
Es facilísimo darle la vuelta a la moto y hacerla culebrear entre los coches. El par nos ayuda a navegar entre el tráfico de las circunvalaciones y al tiempo que vamos pasando coches, puede que se nos escape una sonrisa al escuchar el sonido tamborileante del motor. Claro que no estamos ante unas prestaciones locas para según qué usos, pero desde luego que te lo puedes pasar muy bien con ella en una carretera ratonera de montaña.
Las vibraciones del motor no son excesivas, los espejos no emborronan hasta muy arriba en el cuentavueltas y es seguramente llegaremos al límite de la vía mucho antes que a los límites de la moto. Si no te enamoras es porque no quieres, porque esta Continental GT tiene la planta y el espíritu para encandilar a cualquiera.