La marca italiana Benelli nació en 1911 como fábrica familiar (nunca mejor dicho al ser de seis hermanos) en Pésaro y en 1921 presentó su primera moto. A lo largo de su larga historia ha tenido diferentes dueños: a finales de la década de 1960 la Tornado 750 fue el último fruto de la familia antes de que De Tomaso comprara la fábrica. En 1995 pasaría a manos del grupo Merloni marcando una nueva época de modelos avanzados e incluso futuristas, como las TNT tricilíndricas. Finalmente en 2005 el potente grupo chino QianJiang se hace con las riendas de la marca y fábrica italiana, y además de ofrecer productos populares en la clase 125 han expandido su gama y han cosechado también mucho éxito con sus recientes trail TRK 502 o la naked Leoncino, cuya versión Trail con rueda delantera de 19 pulgadas cuesta por debajo de los seis mil euros.
QianJiang estaba participada mayoritariamente por el Gobierno de China, pero recientemente sus acciones (un 60 por ciento) han pasado al grupo privado Geely, el mismo que tiene un diez por ciento de Daimler: tienen mucho conocimiento del mercado mundial y acceso a lo último en tecnologías de automoción. Completa así perfectamente una marca centenaria, con su estilo y tradición, y diseño italiano. Además según nos comentó Raul Alba, su Director Comercial y de Marketing, el nuevo presidente de la fábrica tiene una política más abierta y como ejemplo no tardaremos en ver novedades en scooter de mediana y alta cilindrada… Los puntos fuertes de la marca en España, así como de su hermana Keeway (la propia de QianJiang), están en su presencia directa (no a través de un importador): relación directa con el fabricante (ventajas a nivel de garantía, tres años, o postventa) o mejores promociones. Son líderes del mercado de 125 de marchas y en 2018 su objetivo será alcanzar 3.000 motos vendidas.
En breve, de cara al año próximo, veremos llegar más novedades en cilindrada medianas, algunas conocidas por haberse anticipado en salones el año pasado. Nos llamó la atención durante la presentación una Benelli 502c que tampoco llegará a los seis mil euros, con un estilo entre naked y custom deportiva (un poco Diavel digamos), o su hermana mayor 752s que costará unos mil más (en este caso nos recordó a las Monster). La Benelli Imperiale será otro estilo, más retro, con un motor monocilíndrico de 400 cc y por debajo de los cuatro mil euros. Y llegarán las hermanas pequeñas de las Leoncino y TRK, con motor “251” monocilíndrico y precios que superarán por poco los 3.000 euros.
Las nuevas 125
La gran novedad del día de la presentación (en que por desgracia no acompañó el tiempo para probarlas como nos hubiera gustado) eran sin embargo las 125, que son sus superventas ahora mismo y cada vez más apreciadas por el mercado nacional. La verdad es que motivos no les faltan y si nos fijamos en algunos detalles técnicos descubriremos que Benelli/Keeway van un paso por delante en bastantes aspectos. Los motores sin ir más lejos: en ambos casos son monocilíndricos pero en las dos motos con culata de cuatro válvulas (con un solo árbol de levas) y además también en ambas con doble encendido (dos bujías). La Keeway RKF monta un motor de nueva generación con refrigeración líquida, y ambos llevan alimentación por inyección electrónica. El motor de la Benelli monta un radiador para el lubricante, algo raro en las 125 , de forma que su refrigeración más que por aire “puro” podríamos llamarla mixta aire-aceite.
El doble encendido es algo casi único en la categoría y ayuda a extraer el máximo rendimiento de los escasos 124’8 cc límite de la ley. También por reglamento la potencia está limitada como sabemos a 15 CV (11 kW) pero, dado el rendimiento natural de un motor cuatro tiempos de un octavo de litro, la clave para ganarse un buen sitio en el mercado y el favor de los usuarios está más allá de conseguir una potencia máxima cercana al límite. Se trata de conseguir una buena respuesta desde pocas revoluciones, un tacto de motor que facilite su conducción en tráfico urbano con paradas y arrancadas habituales. Por eso la RKF 125 declara 13 CV en su motor “de agua”, para conseguirlos sin perder bajos, mientras la BN 125 se queda en algo más de 11 CV.
En la parte ciclo ambas motos van también muy bien dotadas: la novedosa Keeway monta un chasis doble viga en acero, bien a la vista en esta RKF y más oculto en la nueva deportiva carenada (RKR) idéntica en lo demás. La Benelli monta un atractivo chasis multitubular en acero. Una horquilla invertida con barras de 35 mm en ambas y un monoamortiguador trasero se encargan de las suspensiones. Las ruedas, de 17 pulgadas en ambas, montan detrás un neumático de medida 130/70 mientras delante la BN apuesta por 110/80 y la RKF un algo más estrecho 100/80. Los frenos son de disco delante y detrás, con sistema combinado CBS: no hay ABS pero conviene recordar los buenos precios de estas motos, que son de 2.499 euros la Benelli BN 125 y 2.799 euros la Keeway RKF 125.
En acción
Los acabados de ambas motos nos parecieron muy correctos y mejores de lo que recordamos en sus rivales de categoría. El nivel de fabricación incluso en estos precios está llegando ya a no envidiar nada de otras gamas o fabricantes, pero recordemos que QianJiang es una fábrica líder en China y es normal que evolucione antes o mejor. Los plásticos, mandos, estriberas… son cómodos y con aspecto de durar, aunque sin florituras. El cuadro de instrumentos es completo, pero totalmente digital (testigos aparte) en ambos casos. Aunque más compacto, nos gustó más el de la RKF por diseño y por su cuentavueltas en arco (lineal en la BN).
Probar estas motos en un circuito y con tanta lluvia tenía su punto, y podía haber acabado en susto o algo más, o eso pensé antes de atreverme a lanzarme al ruedo, pensando también en los neumáticos Cordial que montan y que no van precedidos de una gran fama en mojado… El caso es que mi conclusión, después de estar dando vueltas a ver si los fotógrafos acertaban a pillarme entre charcos, es muy buena. Mirando atrás y repasando mis notas posteriores me llama la atención que con la Keeway RKF no sólo no tuve ni un solo “aviso” sino que acabé animándome a rodar a buen ritmo. El nuevo motor refrigerado por agua realmente tiene un tacto más lineal, más “lleno” de lo que recuerdo habitual en estas motos, que suelen exigir llevar el motor en la parte alta del cuentavueltas para moverse con agilidad: buen tacto motor y también del conjunto cambio/embrague. Los frenos combinados no me dieron tampoco de qué preocuparme y las suspensiones no me llamaron la atención por demasiado incómodas ni muy blandas (con asfalto seco habría sido otro cantar seguramente).
Con la Benelli BN 125 se repitieron esas sensaciones, pero es verdad que su motor se sentía menos lleno, con menos empuje, y había que hacer trabajar más la mano izquierda (embrague). Quizás por cuestión de presiones (eran los mismos neumáticos) o porque la medida delantera 100/80 era más acertada con agua, la BN 125 no daba tanta confianza de delante sobre el asfalto empapado. Viniendo (animado) de la RKF, que me gustó directamente y estoy deseando poderla probar con más calma en zonas conocidas, la Benelli me parece prometedora a falta de confirmar su talento. Cuando arreció la lluvia y nos pusimos a hacer pasadas dando la vuelta sobre la marcha, descubrí lo ágiles que son y cuánto giran: estupendas para los atascos.
