Sobre el papel, los motores de ciclo Wankel (o rotativos) son los motores térmicos más eficaces. Por su composición en la que no hay cilindro ni pistón, las pérdidas de inercia que suponen el final de cada carrera desaparecen. Es por eso que sus potencias por litro son superiores, pero también son motores más complejos y aunque la teoría está de su lado, la historia está en su contra. Por norma general, este motor, que en motos popularizó Norton, tiene problemas tanto de refrigeración como de consumo de aceite.
Eso no quita para que nos hayamos quedado alucinados al encontrar uno de estos motores pero en miniatura, y que es capaz de ofrecer una potencia por litro de 285 CV. Aunque lo más llamativo es que alcanza las 30.000 revoluciones por minuto, eso es el doble de cualquier supersport rindiendo antes de llegar al corte de encendido. Eso sí, en este caso, como decíamos, tiene un pequeño truco y es que es de un modelo en miniatura. Cubica solamente 2,4 cc, pero es capaz de ofrecer 0,75 CV lo que es una auténtica locura. Para que te hagas una idea, solamente necesitaría cubicar 48 cc para alcanzar los 15 CV de las más potentes de las 125 del A1/B.
El caso es que como decimos, no se trata de un motor de tamaño real sino en miniatura, pero eso no es óbice para que tenga su refrigeración por líquido. Su peso también es ridículo, solamente 415 gramos, y su lubricación es por aceite. En cuanto al combustible, funciona con una mezcla de nitro al 20%. El Toyan RS-S 100, que es el nombre del propulsor, cuesta unos 450 euros.
A pesar de ser tan pequeño no es ningún juguete, de hecho su régimen de giro nada más arrancar es de 3.000 RPM, por lo que está recomendado para su uso por parte de mayores de 14 años. Por cierto, si estabas pensando en emplearlo en algún vehículo, se recomienda el uso tanto de embrague como de caja de cambios en él. Otra cosa es lo que dure…
