Uno de los problemas a los que se enfrentan las motos eléctricas son los incendios espontáneos. Curiosamente, un podría pensar que una moto de combustión, con 15 litros de gasolina y una reacción exotérmica cerca, podría ser más propensa a arder. Pero la tecnología está más que probada, y los casos son testimoniales. No así con los vehículos eléctricos, que parecen salir ardiendo más a menudo de lo que a uno le gustaría.
El último caso ha ocurrido en Barcelona, donde una moto de Acciona ofrecida en régimen de motosharing empezó a arder la semana pasada. Lo peor es que además se vieron afectados otros tres vehículos que estaban estacionados en las inmediaciones, así como un árbol parte del mobiliario urbano.

Según cuentan en Metropoliabierta, el incendio se produjo en la calle Enric Granados, y el fuego fue apagado por los bomberos en poco tiempo. Tras las investigaciones pertinentes, se pudo saber que la causa fue la explosión de la batería. No hay más datos, como por ejemplo si en ese momento se estaba cargando, o por el contrario tenía algún problema fruto del uso. O fue debido simplemente a un fallo fortuito.
Hemos visto en los últimos años como con los sistemas de baterías, poca broma. Una perforación, un mal uso o recarga, puede hacer que la temperatura supere el umbral y se produzca una reacción en cadena que haga que comience un conato de incendio. Por ello es muy importante seguir las recomendaciones del fabricante en todo momento.