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No te lo vas a creer, pero esta Kawasaki KH250 es eléctrica

Una restauración tan original como efectiva
Fotos: MCN
En los tiempos que corren los modelos más clásicos tienen sus problemas para entrar en determinadas zonas. Sin embargo, los modelos eléctricos pueden pasar casi a cualquier sitio así que ¿por qué no juntar los dos conceptos? De esa suma nació esta Kawasaki KH250 totalmente eléctrica.

Cuando comenzaron las restricciones de tráfico a los vehículos con motores de combustión, hubo algunos bromistas que le pusieron un cable colgando al coche o a la moto por aquello de echarse unas risas. Pero siempre hay alguien que se puede tomar las cosas más en serio y ese es justo el caso que tenemos delante. Aunque no te lo parezca a simple vista, esta veterana y restaurada Kawasaki KH250 es eléctrica.

Detrás de esta creación está Simon Whitelock, que ya nos ha sorprendido con otras preparaciones como la de esa Kawasaki de 48 cilindros que inundó las redes. Suponemos que para compensar un poco se le ocurrió la idea de esta conversión que arrancó con una moto que, literalmente, se estaba cayendo a pedazos. Es por eso que lo primero que hubo que hacer fue limpiar y arreglar todos los desperfectos estéticos que se fueron compaginando con una transformación de la mecánica.

El desafío detrás de esta preparación es mucho, y es que el motor de 10 kW que impulsa la moto y la batería que le da vida están totalmente ocultos y no se ven a simple vista. Para ello tuvo que diseccionar diferentes partes de la moto como el depósito o, todavía más espectacular, el bloque motor. Para poder albergar las baterías, que están en la zona del asiento, hubo que hacer más ancho todo el conjunto de la moto, y el depósito fue cortado para lograr el propósito y luego añadir en él la toma de conexión a la corriente.

Conseguir llevar a cabo el proyecto llevó a Whitelock ni más ni menos que dos años. Cuando consiguió ver que todo funcionaba correctamente llegó el momento de centrarse en recuperar la parte estética, y devolver el brillo que algún día tuvo la moto. Así que llegó el momento de los cromados, el repintado…

Si te estás preguntando por el rendimiento, la velocidad punta se sitúa en torno a los 100 kilómetros por hora, mientras que la autonomía es de poco más de 70 kilómetros. Quizás sea un rendimiento modesto para una moto que antaño albergaba un rabioso tricilíndrico de dos tiempos y 249 cc, pero también es la demostración de que hay gente con mucho estilo capaz de cuidar del medio ambiente y, a la vez, pasearse con una moto de hace casi medio siglo y con sus escapes incluidos.

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