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Las grandes ciudades ponen coto a los patinetes

Madrid los reduce y París quiere prohibirlos
La nueva movilidad urbana que han supuesto los patinetes está poniendo en jaque a las grandes ciudades, tanto por su siniestralidad como por la invasión de aceras.

No cabe duda de que la llegada de los patinetes a las grandes ciudades ha sido toda una revolución. En un corto plazo de tiempo, este vehículo unipersonal, económico y sin emisiones se ha convertido en una alternativa para miles de usuarios. Con su implantación han surgido nuevos problemas y algunas ciudades están planteando la manera de atajarlos. No hay que olvidar que ni tienen seguro, ni tienen matrícula, ni se necesita licencia de ningún tipo para conducirlos, de ahí que sean un quebradero de cabeza continuo.

De hecho, hay dos grandes ciudades que están planteando la manera de evitar el problema y, como por ahora no pueden atajarlo con los particulares, se centran en los patinetes de alquiler. En el caso de Madrid hay 10.000 patinetes compartidos en la ciudad, con todo lo que ello conlleva tanto en materia de seguridad vial como en el prácticamente nulo civismo de muchos de quienes los usan, y luego invaden las aceras o los dejan tirados. Para ello, el ayuntamiento plantea restringir el número total a 6.000 y limitar a tres las empresas que los gestionen. Fijarán un número máximo de 3.600 patinetes circulando de M30 para dentro y el resto en los barrios del exterior de la circunvalación.

Pero París parece estar dispuesta a ir un paso más lejos y plantea prohibirlo. En la capital francesa los accidentes no han dejado de crecer como en el resto del país, y es que en 2021 en Francia fallecieron 24 usuarios a bordo de patinetes. Además, el número de heridos aumentó un 177% y quien haya visto la manera de usarlos, habitualmente entenderá el motivo.

En todas las ciudades se repiten las mismas escenas

Es por eso que a pesar de que el consistorio francés cuenta con el dato que se evitaron en 2021, 1,5 millones de desplazamientos en automóvil (según las empresas de alquiler), está sopesando la posibilidad de acabar con los patinetes compartidos. La manera será no renovar las licencias de los operadores, que caducan en 2023 y que podrían perder su negocio si el plan se llevase a cabo. Como decimos, esto no implica de momento al uso privado, aunque es obvio que incluso en estos casos debe regularse.

A día de hoy y teniendo en cuenta que son una alternativa sin emisiones, es incomprensible que como decíamos anteriormente, un vehículo a motor eléctrico pueda circular por las calles de las ciudades sin una obligatoriedad de elementos de protección, sin licencia del conductor, sin placa identificativa y sin seguro de responsabilidad civil. Por desgracia los accidentes están a la orden del día y ser atropellado por uno de estos vehículos es una realidad que ya se ha cobrado muchas víctimas, alguna de ellas mortales. Es urgente que las administraciones se pongan manos a la obra para regularlo en todos sus ámbitos.

 

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