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A la caza del motero ruidoso

Francia aumenta sus “cámaras” de ruido
Fotos: SMN
Nuestros vecinos del norte se están poniendo serios con el tema de la contaminación sonora y están ampliando su red de dispositivos de pruebas.

Está claro que la contaminación sonora es un grave problema, tanto en las ciudades como en los pueblos y zonas de paso de muchos vehículos. Los estudios avalan que un exceso de ruido tiene serias consecuencias en la salud de la población, y es por eso que las medidas irán siendo más estrictas con el paso del tiempo. Incluso es de esperar que en los próximos años con la masificación de vehículos prácticamente silenciosos como son los eléctrico,s la persecución a los que sean ruidosos vaya en aumento.

Por ahora esto es lo que está pasando, en fase experimental eso sí, en Francia. Ya hace un tiempo se pusieron en funcionamiento los denominados “radares de ruido”. Realmente no se trata de un radar sino de un dispositivo que lleva diferentes micrófonos y una cámara de 360º. Cuando los micrófonos captan el ruido y de dónde proviene, el sistema desarrollado por Brutiparif es capaz de detectar (en teoría) de qué vehículo está saliendo. A partir de ahí se activa la cámara que toma la foto de la matrícula y comienza el proceso de sanción.

El colectivo motero francés se siente atacado

Como decíamos, por ahora solamente está en fase experimental aunque tras la implantación del primer dispositivo en la carretera departamental 46, en Saint-Lambert-des-Bois, se está preparando la instalación de nuevos dispositivos “Méduse” en otros puntos del país galo. En concreto se situarán en Bron, Niza, París, Rueil-Malmaison, Saint-Forget, Toulouse y Villeneuve-le-Roi pero, eso sí, continuarán siendo experimentales por lo que por ahora no sancionarán a ningún usuario de la vía. En principio lo que intentan es pulir el sistema y sus problemas.

Sin embargo, la comunidad motera francesa se está sintiendo atacada en cierto modo, pues dicen que están siendo claramente señalados al estar instalando todos estos dispositivos en zonas de rutas moteras. Además son muchos los puntos que quedan por aclarar en todos los sentidos tanto en el funcionamiento del propio aparato como en las sanciones que acarrearán. Por el momento no hay un límite de ruido establecido, y es que no es fácil a tenor de la diferencia de vehículos que circulan y las homologaciones a las que fueron sometidos. Es decir, una moto prenormativas europeas emitirá mucho más ruido que una Euro5 siendo ambas motos legales. 

También se plantean dudas sobre qué pasará si son varios los vehículos que transitan a la vez por la zona y cómo un micrófono podría ser capaz de discernir exactamente de dónde viene el ruido. Incluso podría pasar que en función del entorno el sonido se amplificase por paredes u otros vehículos. En resumen, muchos puntos aun por definir pero con la clara certeza de que la guerra al ruido ya ha comenzado.

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