Este verano no habrá 1.500 radares móviles esperándote. Su cifra es algo superior a los 500, y estarán desplazándose de forma aleatoria a lo largo de las 1.500 localizaciones establecidas por la DGT. No existen datos de Cataluña y País Vasco, dado que ambas comunidades tienen transferidas sus competencias de circulación y dependen de sus respectivos servicios de tráfico, que no van a hacer pública la ubicación de sus controles.
La DGT ha repartido de forma lineal los radares móviles por el resto del territorio español, lo que no deja de resultar sorprendente, porque la siniestralidad en carreteras secundarias no es lineal. La mayoría de las provincias cuentan con 30 tramos bajo control. Por debajo de esa cifra solo están Huesca y Málaga (29), Orense (26), y Asturias, que es la que menos tramos controlados tiene: 25. Por encima, Cádiz y Murcia (31), Albacete (32), y la más controlada, Segovia, con 40.
En cuanto a kilometraje bajo control, la provincia de Ávila es la que cuenta con el mayor número de kilómetros con radares móviles, 1.472, mientras que Baleares es la que menos, 333. En la Península es la provincia de Toledo, con 342 kilómetros, la que tiene menos controles.
No hay relación directa entre siniestralidad y kilómetros bajo control con radares móviles. Esta campaña es un gesto cosmético de la DGT.
Sin embargo, la distribución de los radares parece que se ha hecho de forma arbitraria, sin aplicar criterios de siniestralidad, como si se hubiera actuado de una forma meramente cosmética o meramente promocional.
Comparando los datos de siniestralidad en vias interurbanas en las diferentes provincias en 2013 (los últimos disponibles), con los kilómetros de carretera bajo control de los radares móviles, no existe relación directa entre unos y otros. Hay ejemplos que hablan por sí solos: en Ávila, que es la provincia más controlada con 1.472 kilómetros, se produjeron 251 accidentes con víctimas; sin embargo, en Pontevedra, con 682 kilómetros bajo control (menos de la mitad que Ávila), hubo 1.461 accidentes con víctimas, un 582 por ciento más que en Ávila.
Otro ejemplo: Toledo tiene 342 kilómetros controlados, un 77 por ciento menos que Ávila, pero registró 635 accidentes, un 252 por ciento más que la provincia más controlada por la DGT. Y Baleares, que es la que cuenta con menos número de kilómetros bajo control de los radares móviles (333), es la cuarta en número de accidentes, después Barcelona, Madrid y Valencia, entre el total de las 50 provincias españolas.
Puedes consultar la ubicación de todos los rádares, fijos y móviles, en este enlace de la DGT.
