General
La cordillera pirenaica es uno de esos lugares donde todo motero ha de ir de ruta al menos una vez en la vida. Afortunadamente es bastante larga, abarca varias provincias dejándonos muchos kilómetros para disfrutar de nuestras monturas. En nuestra escapada de fin de semana de este mes nos centraremos en la parte más occidental del pirineo y prepirineo oscense, dejando el resto de la cordillera para aventuras futuras.
Realizamos un recorrido circular entorno a Sabiñánigo que nos llevara inicialmente al Parque Natural de la Sierra y los Cañones de Guara, pasamos a recorrer el valle del río Ara hasta los pies del Parque Natural de Ordesa y Monte Perdido. Volveremos hasta Sabiñánigo a través de Biescas para tomar rumbo Jaca y finalmente Canfranc, en un valle de ensueño a pocos kilómetros de Francia.
Comenzamos la ruta dejando atrás Sabiñánigo, pueblo extraño dentro de la comarca puesto que el encontramos industria y numerosos servicios en una comarca muy centrada en el turismo y todo lo que el ocio relacionado con la nieve deja a su paso. Ponemos rumbo al prolongado puerto de Monrepós, perfecto para el disfrute encima de la RT si no fuera porque suele tener bastante tráfico al ser la vía principal que une Huesca con los Pirineos.
A los pocos kilómetros tomamos el desvío que nos indica Boltaña a través de la A-1604. La toma de contacto con las laderas de la sierra de Guara es inmediata y trazas curvas entre cañones y valles de una belleza inusual. Los aventureros podréis adentraros más aún por las carreteras que salen de la comarcal con destino a Nocito o Used, pueblos ya dentro de la sierra.
A medio camino de Boltaña, cambiamos la suave conducción a través del valle por una geografía mucho más abrupta donde el puerto del Serrablo (1.290 m) nos permite seguir disfrutando de espectaculares vistas de Pirineo y un vertiginoso descenso hasta el río Ara. Eso si, debéis tener cuidado porque los barrancos a los pies de la calzada son enormes y no es el mejor momento de practicar nada parecido a conducción deportiva.
Boltaña es el principal pueblo de la comarca del Sobrarbe, un enclave único al situarse en el tramo final del cauce del río Ara. Merece la pena hacer una parada en la ruta para disfrutar de su castillo, plaza mayor y el empedrado de sus calles, el encanto del entorno es notable en esta población. Bien conocido por los aficionados a la montaña, de él parten buena parte de las rutas y senderos hacia la Sierra de Guara.
Seguimos la senda del río que nos llevará a Fiscal y Broto. Antes de llegar a Fiscal la carretera se hace muy revirada, se rueda entre el río y la montaña durante muchos kilómetros. Uno de los aspectos más destacables, que se repite de manera obstinada durante toda la ruta, es que complace a todo tipo de moteros, los que rodéis en grupo y a dúo podréis disfrutar un entorno con una belleza única y los que prefieran realizar una conducción mas deportiva estáis de enhorabuena porque la cantidad de curvas unido a la calidad del asfalto os harán disfrutar de todo el tramo.
Después de una buena ración de curvas llegamos a Broto, sin duda uno de los pueblos más bonitos y cuidados de todas las rutas que he realizado. Sobradamente conocido por los aficionados a la montaña y al esquí, a pocos kilómetros de Formigal, tiene una cuidada estética de casas de piedra con los tejados de pizarra y el río cruzando a través de él me recordó a otro de los más rememorados pueblos de las rutas, Ezcaray. Muy acogedor y con una notable oferta gastronómica es uno de los lugares más recomendados para llenar el depósito y la panza antes de proseguir.
Desde Broto hasta Jaca es territorio motero, la subida hacia Linás de Broto está repleta de redondas “paelleras” necesarias para salvar el desnivel hasta subir el puerto de Cotefablo. Dejamos a nuestra espalda el Parque Natural de Ordesa y Monte Perdido, los desfiladeros y cañones merecen mas de una foto. Pasado el tunel de Cotefablo y hasta llegar a Biescas nos espera el tramo con curvas de todo tipo donde destacan mis favoritas, las enlazadas. Estaría toda la jornada entre Biescas y Broto, volviendo una y otra vez por el mismo camino.
Biescas es tristemente recordado por la tragedia acontecida en su camping en 1996, es un pueblo de montaña que guarda parecido con Broto. Estética muy cuidada en todas sus construcciones, muy próxima a las principales poblaciones de la zona sigue siendo refugio de fin de semana o vacaciones para los aficionados al turismo de nieve, pero sus carreteras también ofrecen muchas posibilidades a los moteros. También muy reconocida por los amantes de la micología que tiene fiel reflejo en tu gastronomía, como bien pudimos comprobar.
Volvemos hacia Sabiñanigo por una mas relajada N-260 que ha dejado paso a una larga recta después de muchos kilómetros de suntuosas curvas y no nos resistimos a hacer una parada en Larrés. Pueblo medieval con un casco histórico conservado e manera intacta para permitirnos disfrutar de su castillo e iglesia antes de proseguir camino. Desde la altura de sus murallas se puede observar la planicie que le une con Sabiñanigo, muy poco común en estas poblaciones siempre enclavadas entre montañas.
A pocos kilómetros nos encontramos con la turística Jaca, muy diferente a la mas industrial Sabiñánigo. De vieja historia, fue conquistada por Roma entorno al 200 a.c, es una moderna ciudad de una importancia capital en la zona. El turismo de nieve ha hecho de Jaca una ciudad de referencia para todos los aficionados al esquí y de montaña. Pero es interesante perderse en la que fue la capital del reino de Aragón y descubrir su pasado con históricas construcciones entre las que destaca su ciudadela, fortificación del siglo XVI en un excelente estado de conservación.
Como punto final de la ruta ponemos rumbo a Francia continuando por la N -330 hasta su final para mostraros la última joya de esta comarca, la estación de ferrocarril de Canfranc. El pueblo de Canfrac es mucho menos conocido que su estación que fue inaugurada en 1928 y aunque actualmente está cerrada fue de reconocido prestigio a lo largo de cincuenta años. Supuso una obra de ingeniería civil sin parangón hasta entonces, abriendo el túnel de Somport y os aseguro que es una lástima haberla visto funcionando en su máximo esplendor, no obstante es visita obligada y aún conserva un halo mágico en su estructura y fachada.
Sin duda esta ruta es diferente, su trazado y curvas, lo espectacular de sus paisajes, el contacto con la naturaleza y la belleza de los pocos pueblos que recorreréis la hacen especial. Una de esas rutas que todo motero debe realizar al menos una vez. No hace falta ir hasta los Alpes teniendo esta maravillosa ruta tan cerca.
En Detalle
Pese a no ser una ruta muy larga, 181 km, debéis tener en cuenta lo retorcido de su recorrido en general. Especialmente entre Boltaña y Biescas, donde cada kilómetro cuenta y se tarda bastante en hacer pocos. Con todo, yo os recomiendo hacerla en una sola jornada.
Pese a no atravesar muchos pueblos, no dejan de ser 6, os recomiendo visitarlo de manera pausada y no perder la oportunidad de deteneros en los numerosos miradores que la ruta deja a su paso. Muchos de ellos son imágenes “de postal” que afortunadamente recordaréis durante mucho tiempo.
Por supuesto la estación del año para realizarla es crucial, inviable en invierno por el hielo y no muy recomendable en primavera por las lluvias.
Calificando la ruta:
Tramo 1: Sabiñanigo – Boltaña: Según se sale de Sabiñánigo comienza la subida del puerto de Monrepós. La calzada está en muy buen estado, pero a partir del desvio hacia Boltaña, ya en la A-1604, nos encontramos en una carretera comarcal. El firme está bien pero no contamos con arcén, deberéis tener cuidado con el tráfico de este tramo si realizáis la salida en fin de semana.
Tramo 2: Boltaña – Broto: La N-260 es estrecha y muy revirada, encontraréis algunos parches en el asfalto pero el principal problema es la falta de visibilidad en alguna de sus cerradas curvas, extremar las precauciones.
Tramo 3: Broto – Biescas: Sin duda la parte más racing de la ruta y con el mejor asfalto. Hablamos de carreras de montaña y pese a eso bastante parte del trazado cuenta con arcén. La calidad del firme es muy buena.
Tramo 3: Broto – Canfranc: Mucho menos retorcido que el tramo anterior, deberéis tener más cuidado con el hielo que con el asfalto, porque esté último es insuperable. La parte negativa es que cuenta con mas tráfico que en los anteriores. El paso de camiones por el túnel de Somport hacia Francia es bastante intenso.
¿Qué ver?
Parque Natural de la Sierra de Guara, Ordesa y Monte Perdido.
Los motoaventureros estáis de enhorabuena, la proximidad de la serranía a la ruta os permitirá conocerla muy de cerca. Las vistas desde los numerosos miradores y las paradas espontaneas son obligadas, especialmente para los que viajamos desde grandes ciudades y estos parajes quedan muy lejos.
Arquitectura de Broto y Biescas.
Ambos pueblos comparten el mismo estilo arquitectónico con casas de piedra, ventanas de madera y tejados de pizarra. Todo un entorno urbanístico muy cuidado en un país repleto de desmanes arquitectónicos, ausencia total de macro edificios.
Ciudadela de Jaca.
La particularidad de esta fortaleza es su diseño pentagonal. A diferencia de otras su estado de conservación es magnífico, podréis conocer: foso, baluartes, escarpas, cuarteles, túneles y polvorines como si estuvierais a principios del siglo XVII. Como curiosidad decir que dentro de él hay un Museo de Miniaturas Militares.
Estación Internacional de Canfranc.
Pese a estar cerrada desde hace décadas, la estación recibe a diario numerosas visitas. Se han realizado varias propuestas para reconstruir la estación, su magnifica arquitectura ha hecho que varias de estas propuestas fueran para convertirla en hotel o balneario.
El descanso del motero
Dónde dormir
Pese a no pasar por muchas poblaciones en todas ellas se puede disponer de opciones de alojamiento. En especial en Jaca donde son numerosos los hoteles, pero el resto de las opciones son igual de recomendables porque se hereda toda la actividad de la nieve o la montaña en forma de alojamiento.
Dónde comer
Cualquiera de los restaurantes de la zona ofrece cocina tradicional aragonesa a buen precio. No nos pudimos resistir a probar las setas del valle en forma de un excepcional rissoto, seguido de un guiso de corzo en Laguarta, poco antes de llegar a Boltaña.
En Broto hay que destacar los numerosos restaurantes ubicados a la orilla del río donde, si el tiempo acompaña, os recomiendo disfrutar de sus terrazas. Las opciones gastronómicas de Jaca son variadas, podréis comer desde un revuelto de gambas casero hasta cualquier cadena de comida rápida que encontréis en cualquier capital.
Bmw R 1200 RT
La RT es la gran turismo de referencia en el mercado desde hace años y esta ruta es buena del por qué de ello. A pesar del buen tiempo que disfrutamos durante la ruta os aseguro que hasta que llegamos a Sabiñánigo el tiempo fue un desastre y el regreso hasta devolver la moto en BMW no fue mejor. Esta climatología adversa duele mucho menos con el amplio nivel de equipamiento que puede ostantar la RT: pantalla regulable, puños y asientos calefactables, control de tracción, suspensiones regulables electrónicamente, equipo de audio … Todos estos pequeños detalles hacen la ruta mucho más agradable incluso en las peores condiciones.
Pero dejando los “gadgets” aparte el comportamiento de la BMW es ejemplar. Cuenta con el robusto boxer de 1200 con un consumo más que contenido, una agilidad sorprendente en los tramos revirados y un confort en marcha casi exclusivo de la fábrica alemana. Pese a alcanzar velocidades punta suficientes para quitarte un buen puñado de puntos del carnet, lo único que se echa en falta en esta GT es algo más de potencia que te permita recuperaciones enérgicas cuando el motor cae de vueltas, algo que BMW ha cambiado en su nuevo boxer 1200.
El pasajero se une a los elogios para la RT por su confort y calidad de marcha. Pese que el modelo tiene ahora nuevas rivales dentro y fuera de su propia fábrica, sigue estando en plena vigencia. Tiene el don que convertir cualquier trayecto, por duro que sea, en un suave paseo.