Aunque unos pocos se resisten a que el smartphone sea un elemento más en sus motos, bien es cierto que la inmensa mayoría hace un uso de ellos cuando circula. Ya sea para escuchar música, usarlo como navegador o con aplicaciones pensadas para grabar nuestras rutas y recorridos, cada vez se utilizan más. Los últimos modelos de moto ya cuentan con cuadros de instrumentación con conexión Bluetooth, que nos permite poder llevar nuestro teléfono en el bolsillo.
Pero para el resto, un soporte de móvil se convierte en el gran aliado. Así que hemos puesto a prueba uno de los últimos en llegar al mercado. Se trata del Shapeheart, desarrollado por la compañía francesa de mismo nombre y que cuenta con la particularidad de ser magnético y fácilmente adaptable a cualquier tipo de montura, desde scooters a naked pasando por deportivas.
Características del soporte para móvil Shapeheart
Lo curioso del soporte para poder llevar el móvil en la moto de Shapeheart, es que no nació como tal sino que se desarrolló el sistema magnético para sus equipos de monitorización de pulsaciones. Pero luego vieron que en el mercado no había nada similar y por lo tanto, decidieron darle otras aplicaciones, en este caso en el ámbito de las dos ruedas.
Existen varios tipos de soportes en función de la moto que tengamos. Podemos dividirlos en tres familias: para scooter, para moto naked y para moto deportiva. Luego, en cada uno de ellos podemos optar por un soporte más sencillo que se ancla directamente, o bien uno articulado que nos permite jugar con la posición y ángulo de nuestro teléfono.
Eso sí, exceptuando el sistema de fijación a la moto, todos comparten idénticas características en cuando a la forma en que se sujeta el teléfono, o la funda que incorpora y que protege el smartphone de los elementos exteriores. Respecto a la funda, está disponible en diferentes tamaños para que se pueda ajustar a nuestro teléfono, y también los hay con disponibilidad de apertura posterior para la cámara.
Desgranando cada uno de los elementos, el elemento principal y característico es el soporte formado por cuatro imanes muy potentes (hablaremos de ellos más adelante). Según nuestro tipo de moto, podemos pedirlo con anclaje al retrovisor (scooter), manillar (naked) o agujero de la pipa de la dirección (deportiva). Nosotros hemos probado este último dado que nuestra moto de pruebas cuenta con semimanillares.
Los imanes son capaces de resistir hasta 9 kg en tracción, o lo que es lo mismo, 50 veces el peso de nuestro smartphone. Os aconsejamos no ponerlo sobre un banco de trabajo metálico, si no queréis comprobar lo difícil que es volver a separarlo de él.
Esta fuerza de atracción permite que sea casi imposible que se desprenda, incluso a alta velocidad (circuito). Ha sido testado a 140 km/h en túnel de viento, 215 km/h en circuito y de forma teórica, aguantaría hasta 280 km/h. Por supuesto, el soporte permite la colocación del teléfono tanto en formato horizontal como vertical.
Para los que teman que el campo magnético pueda dañar sus teléfonos, Shapeheart anuncia que estos imanes están ubicados entre dos placas de hierro y por lo tanto, ellas se encargan de cortarlo o desviarlo, salvaguardando la integridad.
En cuanto a las dimensiones, el anclaje al retrovisor permite medidas de entre 10 y 30 mm, en el manillar de 22 a 28 mm y en el hueco de la tija, de entre 11 y 25 mm de diámetro interior. Para las fundas, estas se encuentran disponibles en tres tamaños: M 8,8 x 15 cm, XL 9,2 x 16,8 cm, XXL 9,6 X 17,2 cm. Al contrario que otros soportes de móvil, estos pueden ir dentro de la funda incluso con la funda protectora que estemos usando. La funda, táctil, cuenta con un hueco inferior para que podamos pasar un cable de carga USB o auriculares.
Si tenemos un móvil IP67 o similar, es decir, resistente al agua, podemos adquirir por separado una placa adhesiva trasera para que el móvil se sujete directamente al soporte sin necesidad de funda.
En marcha con el soporte para móvil Shapeheart
Como la moto en la que hemos probado es una deportiva, Corver (importador oficial Shapeheart para España) nos hizo llegar el modelo Sportive, especial para acoplar al agujero de la tija. Cuando abrimos el paquete nos encontramos con un embalaje premium. Una funda similar a la de las gafas incluye en su interior tanto el soporte como las diferentes gomas que permite ajustar al diámetro necesario. Por otro lado tenemos la funda propiamente dicha, una llave allen y un sencillo manual de instrucciones.
La instalación no nos debería llevar más de 5 minutos. Solo es necesario comprobar el diámetro del agujero que tiene nuestra moto, elegir el adaptador correcto, quitar el protector de goma que protege los imanes y el tornillo de apriete, y hacer que todo quede firmemente anclado. De igual forma metemos el móvil en la funda gracias a una abertura de solapa que tiene en un extremo (en el otro va el hueco para el cable USB). Y con eso ya estamos listos.
La primera vez que aceramos el teléfono al soporte Shapeheart nos podemos llevar un susto. ¿Por qué? Pues porque el poder de atracción es tan bestia que no nos lo esperaremos. Y al revés, cuando queramos quitarlo, habrá que tirar con fuerza, más de lo que nos podemos imaginar en un primer momento. En ocasiones y dependiendo de cómo lo tengamos anclado, puede ser más sencillo a la hora de retirarlo, deslizar hasta el borde de la placa de imantación de la funda.
Con el móvil bien sujeto nos ponemos en marcha. El móvil es legible mientras el día esté nublado pero con mucho sol, si incide directamente, tendremos más dificultades en poder ver la pantalla de forma nítida. Es conveniente poner el brillo al máximo (evitando la función automática), pero aun así habrá momentos en los que refleje demasiado.
No hemos apreciado vibraciones, aun teniendo en cuenta que la moto en la que se probó es un bicilíndrico con calado a 270º y de la vieja escuela. La goma que hay debajo de los imanes y la superior, filtra la mayoría de las vibraciones. No podemos decir si en el manillar o el retrovisor ocurre lo mismo, pues no lo hemos probado, pero auguramos un resultado muy similar al que hemos podido comprobar.
En cuanto a la impermeabilidad de la funda, bien es cierto que no hay un cierre hermético, solo una solapa. Pero esta va situada a contramarcha por lo que parece difícil que penetre el agua. Lo hemos probado con lluvia ligera y el móvil estaba seco, aunque también iba protegido tras la cúpula. En el manillar de una naked o el retrovisor, con lluvia fuerte, puede que algo se filtre.
Por último, a la hora de manejar el móvil dentro de la funda, no todas las pulsaciones encontrarán respuesta en nuestro dispositivo. La parte transparente es ligeramente curva, y debemos asegurarnos que esta llega a tocar la pantalla antes de retirar el dedo. Pero, por otro lado, debemos recordar que en marcha usar el dispositivo móvil es motivo de sanción.
Lo que sí hemos podido comprobar es que la funda no permite disipar el calor del dispositivo, y este alcanza bastante temperatura, sobre todo si la pantalla va constantemente encendida. La parte trasera es de un material similar al neopreno, y la parte delantera, transparente, impide un buen intercambio térmico. No se nos ha llegado a poner el móvil en modo seguro por alta temperatura (aunque llegamos a rozar los 30º C durante la prueba y le daba el sol), pero al tacto se notaba más caliente de lo habitual.
