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Neumáticos: ¿conviene llevar presiones más bajas en invierno?

Cambios de temperatura
Fotos: SMN
Parece que ya está claro lo (muy) importantes que son las presiones de las ruedas en moto y cómo afectan a su comportamiento. ¿En invierno conviene bajarlas?

Afortunadamente parece que todos los que vamos en moto tenemos cada vez más clara la importancia de los neumáticos: esa pequeña superficie de contacto con el asfalto de la que depende el agarre y comportamiento de la moto, es decir, nuestra seguridad (aparte de disfrutar, o sufrir, cómo va la moto). Además de llevar unos neumáticos adecuados, sin desgaste excesivo ni demasiada antiguedad (goma endurecida), las presiones es algo cuya importancia parece clara para todo el mundo. Todavía ves alguna moto con las ruedas «en el suelo» en algún semáforo y la cara de sorprendido de quien la lleva cuando le avisas, pero… poco a poco la mayoría sabe que «hay que mirarlas» con frecuencia (siempre en frío).

Deformación en marcha del neumático (caso extremo en competición)

También va siendo popular saber que en determinadas ocasiones las presiones conviene alterarlas: claramente, cuando se rueda en circuito con neumáticos de calle, las presiones se bajan unas cuantas décimas delante e incluso algo más detrás, para compensar las mayores temperaturas que se alcanzan en esa situación. Dentro de unos márgenes de presión aceptables, hay matices importantes a considerar: fijémonos en qué pasa con los nuemáticos en relación a la presión de hinchado… Si el neumático está algo por encima (sobrehinchado) la carcasa será más rígida, la huella algo más pequeña, disminuyendo ligeramente el agarre aunque aumentando algo la rigidez y estabilidad, así como la agilidad. Si la presión está un poco baja ocurre lo contrario: la carcasa se deforma algo más, la huella crece aumentando el agarre, pero se «moverá» más dando menos precisión.

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¿Cuál es el punto medio ideal? El fabricante ha hecho muchas pruebas al desarrollar el neumático (carcasa y goma) y lo hace con unas recomendaciones claras: las presiones indicadas son las ideales para un equilibrio perfecto entre agarre y precisión. Si un neumático particular trabaja mejor con presiones diferentes, nos lo dirán claramente (así ocurre con los de uso en circuito, por ejemplo). Uno puede jugar con alguna décima si es más ligero (o pesado) de la media, y según la estación del año podríamos pensar también en adaptarnos: en invierno parecería interesante también bajar alguna décima buscando más agarre. Pero no es así. Con temperaturas entre 10 y 20 grados más bajas que en verano, a la hora de la verdad el neumático trabajaría mucho más deshinchado de lo deseable, y sabemos que poca presión hace la moto más inestable y menos segura. Además, bajar la presión «cierra» el dibujo del neumático en la huella y eso hace que, con agua, la evacuación sea peor (mal asunto). En la práctica, pues, la misma presión (medida en frío, recuerda siempre) ya da en invierno una presión «eficaz» ligeramente menor ofreciendo algo más de agarre.

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