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Distracciones y publicidad, el mal que nos ataca inconscientemente

Fotos: SMN
La publicidad es un elemento de nuestro entorno que continuamente nos está lanzando estímulos. Pero su captación la tenemos tan interiorizada que cuando se junta con otras tareas que también hacemos de forma automatizada como conducir, puede entrar en conflicto y provocar situaciones de alto riesgo.

Aunque en España a partir del 30 de septiembre del 2015, la nueva Ley de Carreteras otorgaba al Ministerio de Fomento a través de la Dirección de Carreteras plena potestad para retirar aquella publicidad que pudiese afectar a la seguridad vial, lo cierto es que las distracciones achacables a elementos publicitarios no se han evitado completamente, ni en España ni en otros países como revelan algunos estudios realizados en los últimos años.

Todo se inicia por el factor de la automatización tanto en la conducción como en la captación de los estímulos procedentes de la publicidad. Aunque debemos evitarlo, en algunos momentos llevar un vehículo se llega a hacer de forma inconsciente y cuando al cerebro, inmerso en la realización de todas las tareas relativas a la conducción capta un estímulo que le llama la atención, puede descuidar sus funciones para mover destinar recursos al nuevo elemento.

Sirva como ejemplo la campaña lanzada en los años 90 por Wonderbra con Eva Herzigova como protagonista. Además de ser la más llamativa y que más éxito ha tenido en décadas, provocó no pocos sustos a algunos conductores que acababan encandilados con los atributos de la modelo checa

Quizás este tipo de distracciones sea sencillo de evitar en carretera, donde las vayas publicitarias se pueden controlar de una forma mucho más eficaz. De igual forma que hay veces que los paneles luminosos de las carreteras deberían permanecer apagados si no tienen información realmente importante que mostrar a los conductores.

Pero en ciudad la cosa cambia ya que los estímulos deben llegar sobre todo a los peatones, pero también lo hacen indirectamente a los conductores. Por suerte, la velocidad es relativamente menor y por lo tanto el riesgo disminuye, pero aun así deben extremarse las precauciones.

Para que nos hagamos una idea del impacto que la publicidad tiene en los accidentes, un estudio realizado por el Centro de Experimentación y Seguridad Vial (CESVI) en Ciudad de México concluía que la publicidad es una de las distracciones más frecuentes y con ello, una de las principales causas de accidentes.

En cifras se calculaba que el 14%, unos 168.000 accidentes, eran achacables a la publicidad en el Distrito Federal mientras que a nivel nacional la cifra ascendía a casi la mitad, en concreto 44,8 % o lo que es lo mismo, más de 1,2 millones de accidentes que se traducen en un gasto derivado de los daños por lesiones, muerte y/o discapacidad de 7.560 millones de pesos anuales, casi 350 millones de euros al año.

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