Hacía 7 años que Yamaha no retocaba su WR250F, en concreto desde 2007 cuando la equipó con un nuevo chasis de aluminio. En su versión 2015 queda patente que la marca de los diapasones ha hecho mucho más que poner un arranque eléctrico a la crossera YZ250F: han creado la 250 cc destinada a convertirse en punto de referencia del enduro.
Para la renovación de su WR250F Yamaha tenía una máxima clara: usar la tecnología de última generación de su moto de cross como punto de partida y adaptarla para lograr la “máquina de enduro perfecta”. Su nueva WR250F es, en esencia, una variación de su archiconocida YZ250F, optimizada para la práctica del enduro como fruto de un largo y estudiado desarrollo. La arquitectura de la moto destila ADN YZ por cada costado, incluyendo el escape trasero, el motor de culata invertida, el* filtro de aire encima del motor* (en un falso depósito de gasolina), así como la geometría del chasis y los componentes conectados a él.
Hemos tenido la primera toma de contacto con la nueva enduro de Yamaha en la idílica isla de Cerdeña, un escenario con amplio pasado endurero gracias a sus impresionantes paisajes, enrevesados caminos y trialeras, y las sensaciones han sido muy gratas.
Herencia YZ
Nada más arrancar la WR250F ya notamos el salto tecnológico de los japoneses en el desarrollo de nuevo propulsor. La arquitectura del motor es la misma que la de la YZ250F, con la culata invertida y el cilindro inclinado, es decir, con la admisión en la parte frontal y el escape en la parte trasera. Con esta especial configuración, se consigue que el trayecto de la admisión sea más recto y vertical, aumentando el rendimiento del motor y se ofrece una mejor centralización de masas, una mejor tracción y un bajo nivel de inercias que hace a la moto más ágil que nunca antes. Semejante disposición del motor deriva en un mejor y más sensible reparto del peso: sólo con inclinar el cuerpo hacia atrás notamos cómo el tren delantero comienza a levantarse sin apenas esfuerzo.
La potencia y el par están a la altura de lo esperado y la relación peso-potencia es muy buena, llegando en ocasiones a aparentar una cilindrada por encima de sus 250 cc. Lo más destacable del nuevo propulsor es la respuesta dinámica, precisa y efectiva que ofrece desde bajo régimen: el motor sube de revoluciones a toda velocidad y lo hace de forma lineal. Impresiona la excelente estirada que tiene en zonas rápidas, llegando mucho más arriba de lo que uno se espera.
La nueva transmisión de 6 velocidades (novedad en la WR250F 2015, y diferencia frente a la YZ250F que tiene 5) con relación abierta permite un aprovechamiento más eficaz del motor y hace a la moto más apta para todo tipo de terrenos, desde escaladas técnicas hasta pilotaje exigente a máxima velocidad. Además, el nuevo embrague por cable que equipa es más resistente y preciso (y más apropiado para el enduro) al contar con nuevas placas de fricción y muelles, así como una maneta que ofrece un tacto más suave.
El carácter del motor se puede regular gracias al Power Tuner que ofrece Yamaha, un sencillo aparato que permite ajustar los reglajes de volumen de inyección de combustible y de distribución del encendido. De esta manera, se elimina la necesidad de disponer de un portátil para poner a punto la potencia de la WR250F según las condiciones de pista y el estilo de conducción y se ofrece una enorme versatilidad.
Al disponer de arranque eléctrico, incluso llegamos a olvidarnos de la tradicional palanca de arranque. Un toque al botón rojo y el motor comienza a ronronear. Bastan pocos metros para ser testigos de la sensación de poderío y osadía de esta máquina que, en combinación con la manejabilidad que ofrece, responde perfectamente a las más altas expectativas endureras.
Cuando llega el momento de trialear, la WR250F demuestra gran coraje a pocas vueltas y responde con gran brío a los golpes de gas, con un motor que empuja casi desde ralentí, lo que facilita superar cualquier obstáculo sin pasar calvarios y hace a la moto apta para todo tipo de niveles. Se puede subir despacio, eligiendo cada trazada y sabiendo que, cuando necesitemos dar gas, la WR250F estará siempre lista.
Tuvimos la oportunidad de testar la moto equipada con el escape Akrapovic de titanio que Yamaha ofrece como accesorio opcional en su catálogo. Con el escape esloveno, el motor experimenta un rendimiento aún mayor, con unas subidas de vueltas rapidísimas y un aumento de potencia en todos los regímenes. ¡Un gustazo para los que quieran experimentar sensaciones sin límite!
Equilibrio perfecto
La WR250F confía en el chasis de doble viga de aluminio, de probadas virtudes y el mismo que en la YZ250F, con algunos cambios en los soportes del motor, ahora más adecuados para el enduro.
A nivel de suspensión, la WR250F monta de serie una horquilla invertida Kayaba de 48 mm y un amortiguador trasero anclado al basculante por medio de un sistema de bieletas con reglajes endureros (más cómodos y absorbentes). La horquilla invertida ofrece la estabilidad y el aplomo necesarios para una conducción estable y una excelente capacidad de absorción sin llegar a ser demasiado blanda a la hora de amortiguar grandes impactos. Además, se ha aumentado el recorrido del amortiguador trasero en 10 mm, haciendo a la moto algo más ratonera y ayudándola a virar con más rapidez. Esta combinación resulta en una extrema agilidad sin renunciar a la rigidez y estabilidad necesarias, una transición perfecta partiendo de un chasis de motocross.
A la hora de abordar las cronos, la moto dibuja curvas con mucha facilidad. Los cambios de dirección son muy rápidos y la moto se coloca fácilmente en la entrada en curvas, permitiendo un paso por curva cómodo e intuitivo. Con la nueva WRF sentimos la confianza para rodar con agresividad sin perder la serenidad en ningún momento.
En cuanto al peso, si bien no es lo ligera que se nos antojaba en un principio, incluso se nota algo pesada, está poco más allá de los 118 kg en vacío. Un punto éste que sólo notaremos cuando la fatiga aprieta o hay que levantar la moto del suelo.
La WR250F 2015 hace uso de frenos Nissin de 250 mm de doble pistón en el tren delantero y 245 mm en el trasero. El conjunto demuestra una capacidad de frenado dosificable sin llegar a ser demasiado sensible ni dar sustos en terrenos resbaladizos. Echamos en falta algo más de potencia y tacto en el freno delantero, aunque no es un problema significante.
En cuanto a la posición de conducción, la moto permite pilotar con gran comodidad tanto sentado como de pie: nada estorba ni molesta y todo está en su lugar, gracias a una carrocería muy lisa y estrecha que garantiza una gran movilidad y permite apretar con las rodillas para dirigir la moto de lado a lado.
Valoración final
Tras la prueba de la nueva enduro nipona, podemos calificarla de acierto total. Los ingenieros de la marca de los diapasones han tenido gran puntería a la hora de reconcebir su nueva WR250F y han dado forma a la idea con gran destreza, logrando que la ansiada renovación de su moto de enduro sea un éxito rotundo. Por 8.699 € (precio que queda por debajo de la competencia), Yamaha ofrece una moto mucho más equilibrada que su predecesora y más cómoda de pilotar. Nerviosa, osada, divertida, fiable y polivalente: así es la nueva WR250F.
La gran calidad y respuesta de sus suspensiones, las prestaciones de su propulsor, sus bajas inercias y mejor tracción y su nivel de equipamiento nos han dibujado sonrisas de oreja a oreja a través de los escenarios sardos y nos han dejado algo claro: Yamaha ha creado el arma perfecta para competir en enduro y la moto que seguramente se convertirá en toda una referencia para las marcas de la competencia en el próximo año.
Lo mejor:
- Manejabilidad y agilidad crosseras
- Gran estabilidad y aplomo
- Respuesta rápida y dinámica del motor
Mejoraríamos:
- Peso
- Capacidad del depósito de gasolina (7,5 l.)
- Tacto del freno delantero
