En moto a veces es más importante “ser visto” que “ver”. Evidentemente que no podremos pilotar con seguridad si no vemos hacia dónde vamos, y ahí unas buenas luces ayudan a iluminar mejor nuestro camino. Con tantas calles, avenidas y autovías bien iluminadas de noche, según nuestro recorrido es fácil que se nos olvide lo importante que es contar con buenas luces. Pero basta una salida por carreteras secundarias que termine algo tarde para recordar lo negra y oscura que puede ser la noche lejos de la “civilización”…
Una bombilla envejecida pierde un porcentaje importante de su capacidad lumínica. Su luz deja de ser tan blanca y las horas acumuladas hacen que sea más fácil sufrir un fallo: cuanto más vieja menos falta para que se funda. Si usas tu moto por zonas sin iluminación, no te puedes permitir ese fallo porque te dejaría literalmente a ciegas. Si te ocurre, de todas formas, recuerda que tendrás otro filamento (luz larga con bombillas H4) o quizás otra bombilla (H1 o H7) para superar la emergencia.
Cuando buscas una bombilla nueva es bueno aprovechar los avances para mejorar tu luz. Recuerda que no es legal montar bombillas de mayor potencia o diferente tecnología (Xenon) en ópticas homologadas para halógenas. Pero sí es posible y legal montar bombillas capaces de ofrecer más luz con la misma potencia. Las del tipo Philips Xtreme Vision lo consiguen, dando hasta un 130 por ciento más de luz, con un haz más blanco que nos permitirá rodar más seguros de noche.
La ventaja añadida de llevar bombillas de alta luminosidad es que además de ver mejor, también seremos mejor vistos (sin que ello implique deslumbrar a los demás). Que otros conductores (coches o vehículos más grandes) te vean antes o desde más lejos es evidente: se percatarán de tu presencia y no podrán decir, si ocurre algo, aquello de “no te he visto”. A veces lo cierto es que no habían mirado… pero a veces sí es de verdad que no nos habían visto. Asegúrate de llevar un faro brillante y verás cómo te respetan más.
